Capítulo
XI
SECRETOS
GUARDADOS
Todos corrieron guiados por el
misterioso perro que los había salvado de la explosión del laboratorio de la
organización Muerte. Aseguraba conocer la situación de Lilian, y Marina no
dudaba en seguirlo. Quería volver a ver a su madre y saber cómo se encontraba
tras su secuestro por los hombres de negro.
No tardaron en llegar a un claro
rocoso, dónde se detuvo el can y los demás. Tras asegurarse de que nadie los
seguía, miró unas rocas del fondo:
- Puedes salir Lilian, ya pasó el
peligro.
De entre las rocas salió la anciana
madre de Marina. La maga y su madre se unieron en un profundo abrazo y soltaron
lágrimas de emoción y alegría después de tanto tiempo sin verse y tras superar
las dificultades que les había puesto el enemigo. Los demás las miraban con
felicidad:
- ¿Cómo has conseguido escapar?-
preguntó Marina sin poder creérselo.
- Ese buen perro atacó a mis opresores
y me liberó de la prisión- señaló Lilian con una sonrisa- y luego me guió hasta
la salida, antes de ir a por vosotros… siempre estaré profundamente agradecida.
- ¿Pero…cómo…?- se giró la maga hacia
el can, confusa- si tú estabas encerrado al igual que yo en la jaula de
cristal…
- Tengo muchas cosas que explicar-
afirmó el perro- verás… cuando liberé a tu madre, os vi correr por los pasillos
siguiendo a Rodvar, y supuse que ibais tras la pista de vuestra amiga…-
explicó- nunca he sido alguien que deja atrás a otro en peligro, de modo que
regresé a la jaula dónde me encerraron y fingí seguir en manos del
enemigo…hasta que me llevaron a ti y los demás en la sala del laboratorio- y
luego añadió- perdona por gruñirte y amenazarte de esa manera, tenía que
guardar las apariencias.
- No tienes que perdonar nada, más
bien la que tiene que agradecerte soy yo…- sonrió Marina- si no fuera por ti,
ahora ni mi madre ni nosotros estaríamos aquí…nos salvaste la vida.
- No ha sido nada…- sonrió el can.
- Por cierto, ¿tienes nombre?-
intervino Erika, emocionada.
El perro asintió con la cabeza y dijo:
- Me llamo Rex y pertenezco a la tribu
canina de Kengo, en el Cañón Cosmo, situado en la parte suroeste del continente
central.
- ¿Cómo acabaste encerrado en ese
laboratorio?- preguntó Jack.
- Me atraparon unos tipos raros
liderados por Rodvar mientras salía de caza. Eran demasiados y aunque traté de
huir no pude hacer nada…- explicó- mi único objetivo ahora es volver a casa con
mi familia.
Fue entonces cuando Eduardo formuló
una pregunta que estaba deseando hacer desde que conocieron al perro:
- ¿Y cómo es que puedes hablar?
Rex sonrió diciendo:
- Los Kengo tenemos la rara capacidad
de hablar, algo muy poco frecuente en el reino animal. Supongo que sería por
eso mismo por lo que Rodvar me atrapó y trató de fusionarme con vuestra amiga…
- Marina- sonrió ella- encantada de
conocerte.
En ese momento el can miró a los
demás, mientras cada uno se iba presentando por sus nombres y transmitiendo un
clima agradable con la sonrisa de sus rostros. Rex se sintió cómodo con
aquellas personas, parecían simpáticas y de confianza:
- Por cierto Rex- intervino el chico-
¿Qué lugar es la tierra prometida?
- Según contaban mis antepasados, es
tierra sagrada. En ella no sólo se encuentra la paz y la felicidad, sino
también el cáliz de la vida eterna…- explicó el perro- pero sólo es un mito,
una leyenda. Nunca nadie ha asegurado su existencia, y por lo tanto la gente no
suele creer en esas cosas. No entiendo cómo la muerte puede pensar que
realmente existe y que los Numu saben dónde se encuentra.
Repentinamente Marina recordó lo que
mencionó el científico de negro en el laboratorio. Confusa y preocupada, dijo:
- Un momento, recuerdo que Rodvar dijo
algo sobre la última superviviente de los Numu… ¿se refería a mí?
Los demás palidecieron al oírla decir
aquello. Jack, Eduardo y Erika permanecieron callados, sin saber qué decir.
Lilian bajó la cabeza y su rostro ensombreció de repente:
- Supongo que sí- confirmó Rex, que no
sabía nada del tema- por algo querían fusionarte conmigo… creo que querían
controlarte para…
Enseguida se dio cuenta de que el
resto de los presentes estaban incómodos con el tema, y calló. Los demás lo
miraron para hacerle saber que no continuara:
- ¿He dicho algo malo?
El silencio se apoderó del ambiente y
un clima de tensión reinaba entre Marina y su madre:
- No es posible, no soy una Numu o lo
que sea…- dijo la maga- soy una chica normal…siempre lo he sido… ¿por qué…?
- Te equivocas, Marina…- le cortó de
repente Lilian con un tono triste en sus palabras- hay algo que tengo que
contarte...bueno, en realidad debería habértelo dicho hace muchos años.
- Mamá…- dijo confusa- no me digas
que…
Los demás se quedaron perplejos ante
las palabras de la anciana. No esperaban que fuera ella misma la que le dijera
la verdad a Marina. En aquellas circunstancias, y llegados a ese punto, ya nada
podían hacer para solucionar el problema. Dejaron que el tema lo resolvieran
madre e hija, pues nadie más podía interferir en aquel momento de profunda angustia
y confusión para ambas:
- No me llames mamá, por favor…porque
no lo soy…- dijo con tristeza- no soy tu verdadera madre.
Marina palideció al oír aquello, y escuchó
temblando las palabras de Lilian:
- Tu verdadera madre murió hace muchos
años, dio su vida por protegerte. Por aquel entonces sólo eras un bebé…
segundos antes de morir, tu madre me confió la tarea de cuidarte y protegerte,
además de criarte como mi propia hija y vivir la vida de una chica normal.
Jack y los dos jóvenes escuchaban
sorprendidos a la anciana, todavía sin creérselo, mientras Lilian lloraba:
- Me hizo prometer que jamás te
contaría tu pasado, y mucho menos tu origen, pero la he fallado…tu madre era
una Numu, lo que significa que tú también lo eres…para ser exactos…la última de
tu raza.
Marina se quedó sin habla. Todo lo que
había creído ser durante veinte años era mentira. Había tenido una falsa vida,
ajena a su pasado. Quiso que aquello sólo fuera una pesadilla, un mal sueño.
Cualquier cosa con tal de despertar:
- Perdóname, Marina…- dijo Lilian
entre sollozos- por no decirte la verdad…por mentirte…y por ocultar algo
imposible.
La anciana lloró, esperando que la
maga enfureciera y la insultara o incluso la despreciara por su mentira. Los
demás también se prepararon para lo peor. Lejos de lo que esperaban, todos se
sorprendieron al ver a Marina abrazar a Lilian entre lágrimas:
- Has sufrido y aguantado muchas cosas
sólo para protegerme…pudiste haberme dejado morir y continuar tu propia vida
sin preocupaciones, pero no lo hiciste…has cargado con mi peso durante estos
últimos veinte años, con todas sus consecuencias, pero no lo hiciste…- dijo la
maga con una profunda y sincera sonrisa- aunque sea mentira…para mí siempre
serás mi madre.
- Al contrario, cariño…tú fuiste… mi
razón para seguir viviendo…- declaró Lilian.
Las dos se abrazaron con fuerza y
lloraron de alegría mientras los demás las miraban felizmente. A pesar de todo,
Marina había aceptado la revelación de su origen y perdonado a Lilian, a quien
consideraba su madre como la única que la había criado y cuidado desde siempre.
Minutos más tarde, más relajados y
animados, Lilian se separó lentamente del grupo y dijo:
- Bueno, será mejor que me vaya…debo
volver a casa.
- Pero mamá… ¿estarás bien?- le
preguntó Marina, preocupada.
- No te preocupes…después de todo lo
que ha pasado, no creo que esos tipos de negro vuelvan a por mí- sonrió Lilian-
además, vosotros tenéis que continuar con vuestro viaje, y esta vieja anciana
no piensa ser una carga de la que os tengáis que preocupar.
Marina sonrió y suspiró diciendo:
- Está bien…si estás segura, entonces
yo me quedo más tranquila.
Lilian miró a cada uno de los miembros
del grupo y dijo:
- Cuidad de mi hija, por favor
- Lo haremos, no se preocupe- sonrió
Jack.
- Muchas gracias…a todos- agradeció
profundamente la anciana.
Lilian dirigió una última mirada a
Marina, y tras soltar una lágrima por sus mejillas, se alejó lentamente entre
los árboles. Cuando ésta desapareció, la maga dijo felizmente, también con una
lágrima cayendo por sus mejillas:
- Adiós…mamá.
Momentos después, cuando se quedaron
todos en el claro, Rex preguntó:
- ¿Puedo unirme a vuestro grupo? Sólo
hasta llegar al Cañón Cosmo.
Durante unos segundos, los demás se lo
pensaron un rato. Rex les había ayudado y salvado la vida en Mugget, y parecía
poseer una gran fuerza. Sin duda todo apuntaba a que se trataba de un buen
aliado, además de noble y adorable para las chicas. Viendo que nadie decía nada
pero sin embargo todos pensaban lo mismo, fue Erika la primera en hablar y
decir en nombre de todos:
- ¡Decidido, el perrito se viene con
nosotros!
Al oír eso, Rex se quejó diciendo:
- ¡Eh oye, más respeto! ¿Vale? ¡Ya no
soy un cachorro!
- ¡Para mí siempre serás un perrito
bonito!- exclamó la chica, sonriente.
Fue entonces cuando Erika lo abrazó y estrechó
entre sus brazos, con risas mientras Rex sonreía de felicidad. Todos soltaron
carcajadas y rieron de alegría al incorporar a un nuevo miembro al equipo de
aventuras, que poco a poco crecía cada vez más.
Después de aquello, el grupo decidió
descansar un rato y pasar la noche en aquel lugar antes de ponerse en marcha al
día siguiente. Habían pasado muchas cosas ese día, y necesitaban descansar y
asimilar los últimos acontecimientos.
Aquella noche, todos estaban
preparando la cena y a Eduardo le tocó ir a recoger leña para la hoguera.
Después de todo por lo que habían pasado aquel día, tenía pocas ganas de
trabajar más. Bostezó de sueño deseando irse a dormir cuanto antes.
Mientras recogía la poca madera que
había por los alrededores rocosos, tropezó con una rama sobresaliente de entre
las rocas y cayó al suelo. Todas las ramas que tenía en la mano se le cayeron
desperdigadas a su alrededor.
Dolorido por la caída, el chico apoyó
sus manos al suelo para levantarse. Se sorprendió al ver una mano amiga abierta
frente a él:
- ¡Anda Edu, déjame ayudarte!
El joven levantó la mirada y encontró
a su amiga Erika sonriente. Tendió su mano y se levantó con su ayuda. La chica
lo ayudó a recoger la madera que había en el suelo:
- Gracias, Erika.
La chica rió inocentemente y le dijo:
- Así fue como nos conocimos,
¿recuerdas?
Inmediatamente Eduardo recordó lo que
le dijo su amiga y sonrió inconscientemente. Todavía se acordaba de aquel día en
el colegio, cuando tenían tres años:
- Sí, es verdad…al principio como era
el nuevo de la clase, no tenía amigos y pasaba la mayor parte del tiempo sólo
en el recreo. Era un niño muy tímido y retraído que le costaba abrirse a los
demás.
La chica lo ayudó, añadiendo
sonriente:
- Pero un día…
- Te acercaste a mí…- continuó
Eduardo- preguntaste por mi nombre, te presentaste y me invitaste a jugar junto
con el resto de compañeros de la clase.
Erika asintió con la cabeza:
- Poco después hice amistad con mis
amigos y me integré de lleno en un grupo- dijo Eduardo.
- Sí, con Mandy, Laura, Bruno y
Lionel…lo recuerdo.
El chico sonrió feliz. Le sorprendió
no recordar aquel día que cambió su vida para siempre. Miró a su amiga y le
dijo agradecido:
- Si no hubiera sido por ti, ahora
seguiría estando sólo…tú fuiste la única que tuvo el valor de hablar conmigo y
tenderme la mano. La primera persona que me liberó de mí mismo y me dio
confianza para hablar y expresarme con los demás…eso es algo que nunca podré
agradecerte.
La joven sonrió diciendo:
- No te preocupes, Edu… soy así y me
conoces desde hace muchos años…sabes que me gusta ayudar a los que tienen
problemas. No puedo quedarme parada sabiendo que hay personas que sufren o que
no están bien.
- Aún así, me siento mal por no
devolverte las muchas cosas que has hecho por mí.
- Tranquilo, la verdad es que no me
importa…comparado con aquel niño tímido, ahora te has vuelto más abierto, y eso
es lo que me importa…- y añadió sonriente-…con sólo verte sonreír me haces
feliz.
Eduardo, sorprendido por las palabras
de su amiga, dijo:
- Erika….gracias.
En ese momento, ambos se miraron a los
ojos. Eduardo sintió un profundo flechazo durante un instante, en el que toda
su vida y recuerdos con su compañera pasaron fugazmente por su memoria. De
repente su corazón latió a una velocidad increíble, mucho más que las veces
anteriores cuando estaba con ella. Algo dentro de él le dio el valor y la confianza
para decir:
- Erika…yo…
- ¿Si?- respondió ella.
De repente se oyó en la lejanía la voz
del mago, que llamaba a la chica. Fue entonces cuando Erika reaccionó:
- ¡Oh no, tengo que llevarle a Jack la
fruta para la cena!- exclamó.
Se alejó del chico andando a paso
ligero diciendo:
- ¡Perdona Edu, ya hablamos en otro
momento!
El chico se quedó sin palabras ante
aquella repentina interrupción. Por un momento estaba decidido a decirle a su
amiga todo lo que sentía por ella. Suspiró deprimido y continuó recogiendo
madera. Dudaba de que algún día le dijera la verdad a Erika.
A pesar de haber hecho más amistad con
ella, aún seguía siendo tímido y en muchas ocasiones no se atrevía a mostrar sus
verdaderos sentimientos. Se decía a sí mismo que tenía que decírselo, pero se
ponía colorado y nervioso cuando hablaba con su amiga.
Miró al cielo nocturno estrellado, y
sonrió:
“¡Algún día, tarde o temprano…se lo
diré!”- pensó para sí.
En ese momento oyó las voces de sus
amigos llamándole, y corrió con cuidado de no volver a caerse camino al
campamento donde se encontraban Jack y los demás. La aventura no había hecho
más que empezar, y no podía esperar a continuar su viaje por el mágico mundo de
Limaria.
Ya sabes que voy lento leyendo, te pido millones de disculpas y te deseo mucha suerte con este capítulo.
ResponderEliminarEn cuanto pueda seguiré donde me quedé. ^^
Tranquilo Patrick, no quiero agobiarte ni tampoco pretendo mucho menos estresarte a que leas todos los capítulos en un sólo día xD. Como le dije a Tex, no me importa esperar vuestra opinión el tiempo que haga falta. Lo que me importa es que disfrutéis con la lectura ^^
ResponderEliminarQue va no te preocupes que no me estresas jaja, solamente eso que aunque vaya lento disfruto tu historia, que lo que he leído me ha gustado mucho y más con ese segundo capítulo con tanta acción. =D
ResponderEliminarMe alegro de que te guste mucho, eso me anima a seguir escribiendo con ganas jejeje =)
ResponderEliminarSigo leyendo y quería preguntar ¿No tienes una imagen ampliada del mapa por ahí con los nombres de los sitios y eso? Estaría guay verlo.
ResponderEliminarTener creo que tengo la misma a tamaño mediano, pero puedo probar a ampliarla más, aunque se vea más pixelada. Es que la escaneé de una pequeña libreta en la que tengo toda la información de FF: MP.
ResponderEliminarProbaré a ampliarla y, si quieres, publicarla para que la veas, aunque no te aseguro que se vea muy bien :I