sábado, 31 de enero de 2015

Crónicas de un amor platónico (parte 18)


Siempre he pensado que, a lo largo de la vida, y más concretamente en la académica, siempre hay un curso especial, uno sobre el resto que destaca de alguna manera muy positiva. Es distinto para cada uno, pero para algunos quizá el mismo, al sentirlo de la misma forma. Ese curso suele ser el más recordado, no solo por los buenos recuerdos que se mantienen, sino también por las increíbles experiencias vividas en el mismo. Esas experiencias son los momentos, los instantes, los contados segundos de felicidad plena en que nos sentimos muchísimo más felices que nunca.

En mi caso, ése curso especial, para mí, es sin duda el cuarto año de instituto. Nunca imaginé jamás que ocurrieran tales cosas entre Érika y yo, y mucho menos que fueran situaciones tan idílicas, propias de sueños infantiles como los que tenía en el colegio. Porque a decir verdad, cuando me encuentro en esos momentos, en esos instantes, siento que de verdad estoy inmerso en un cuento de hadas.

Además de felicitarnos todos los años por nuestros cumpleaños en clase, una costumbre habitual cada año y que aparentemente no tiene nada de especial, también hemos adquirido el hábito de saludarnos y despedirnos casi todos los días a la entrada o salida del centro. Esos saludos y despedidas ocurren casi siempre a la salida, acompañados de una sonrisa, y que me hacen terminar la jornada escolar con una increíble alegría y felicidad interior. También hay ocasiones en las que, cuando camino por la carretera, Érika pasa en un momento dado montada en el coche de sus padres, y se asoma por la ventanilla abierta gritando mi nombre y moviendo su brazo y mano abierta, sonriendo. Le correspondo con el mismo gesto, sonriente, y continuo tranquilamente el camino a casa, hasta verla desaparecer a lo lejos todavía montada en el coche. Me siento muy feliz por el sencillo gesto de Érika, y que solo ella me produce.

En otra ocasión también voy corriendo a toda velocidad para recoger algo que he olvidado. Como tengo prisa y no dispongo de mucho tiempo, acelero todo lo que me permiten mis piernas, y mirando distraídamente al suelo. Entonces, de repente y en un momento dado, choco con alguien. Nuestros hombros reciben el golpe, lo bastante fuerte como para que nos tambaleemos y casi perdamos el equilibrio. Oigo la queja de una voz femenina, y al darme la vuelta descubro asombrado que se trata de nada más y nada menos que Érika. Nos miramos sorprendidos y perplejos por un solo segundo, y le pido disculpas apresuradamente, muy avergonzado, antes de girarme y retomar la carrera, dejándola con la palabra en la boca.

Cierto día en clase también nos toca juntos como pareja hacer un pequeño monedero con el cartón de un zumo de frutas, como parte de un taller de material reciclable. Aunque me pongo nervioso estando tan cerca de Érika como de costumbre, y a la vez trato de disimularlo lo mejor que puedo, al final el monedero acaba saliendo bastante bien. Lo mejor de todo es que, al acabar, nuestra profesora nos pregunta qué tal nos fue, y ella le enseña nuestro resultado con una amplia sonrisa dibujada en la cara, a la vez que dice: "¡Si es que Edu y yo formamos un buen equipo!"

Y por decir "equipo", otro nuevo día estamos todo el instituto observando una competición de atletismo, en el campo de fútbol del mismo. Los participantes corren alrededor del circuito jugando al relevo, cuando de pronto uno de los de nuestra clase no puede seguir corriendo por una ligera lesión en un tobillo. De repente y sin saber quién o cómo, alguien se acuerda de mí y de mi excelente capacidad de velocidad, y me seleccionan de entre las gradas para correr. Todo sucede muy rápido, porque apenas hay tiempo. No llevo chándal ni ropa deportiva, sino unos vaqueros normales, pero aún así lo intento y corro con todas mis fuerzas, sustituyendo al recién lesionado participante. Y mientras lo hago, oigo a mis compañeros de clase gritando a lo lejos mi nombre desde las gradas, animándome. Entre ellos reconozco la voz de Érika, gritando mi nombre y apoyándome igual que el resto, y me siento muy feliz por ello. Corro animado por ella.

Otro importante momento de este curso ocurre a finales de Marzo, en una hora libre en la que no viene el profesor. Mientras veo a Érika y a otro grupo de compañeros de clase sentados alrededor de una mesa, se me ocurre una idea. Ya que últimamente he recibido varias dedicatorias de mis amigos y amigas escritas en la agenda, pienso que podría ser una buena oportunidad para conseguir aquella lejana dedicatoria que quiso escribirme una vez Érika, en segundo año.
Para ello, me acerco a la mesa con agenda en mano, y le pido abiertamente la dedicatoria a uno de los chicos que hay ahí sentados, que accede de buen agrado a escribirla. Mientras lo hace, se me acelera el corazón al oírle decir a Érika, allí presente y mirando, que cuando acabe se la deje a ella, para también escribirme una dedicatoria.

Tiemblo por dentro mientras la veo escribiendo en mi agenda, pero evito fijarme en el contenido escrito. Prefiero que lo acabe y así pueda luego leerlo todo seguido, con más tranquilidad. Cuando acaba, me devuelve la agenda con su ya desde siempre jovial sonrisa, y yo le devuelvo el gesto correspondiéndola con otra igual, a la vez que le doy las gracias y me despido.

Paso las siguientes horas de clase sin abrir la agenda, atendiendo a la pizarra y a las explicaciones del profesor. Aunque parezca concentrado en lo que está explicando, por dentro me muero de ganas de leer lo que me ha escrito Érika. En muchas ocasiones la curiosidad me tienta a abrirla por la página en blanco que ha usado ella, pero como soy paciente y puedo esperar, consigo retener mis ganas y llegar hasta la última hora de la jornada sin tocarla.

Ya en mi casa, sentado en mi cama, por fin me decido a leerla tranquilamente y con calma. Cojo la agenda, todavía temblando un poco, y la abro por la página en blanco que ha usado Érika para escribir su dedicatoria. Esto es lo que leo a continuación:

"Para Eduardito:
     Hemos compartido muchos momentos desde los tres años; que nos han alegrado o nos han defraudado. Ahora tenemos 16, y espero seguir viviendo muchos momentos inolvidables junto a ti y toda nuestra clase.
                                       Muchos besos. Ánimo y suerte.
                                                                        Érika"

Cuando acabo de leer la dedicatoria, todavía estoy con los ojos y la boca abierta de sorpresa. Me pregunto si eso realmente lo ha escrito ella, y si de verdad no estoy soñando. Al final acabo por asumir que sí, y pego un repentino grito de euforia y alegría, como nunca antes lo he hecho. En esta ocasión la sonrisa de felicidad es enorme, y suspiro de alivio mientras abrazo la agenda contra mi pecho, sintiendo latir el corazón con fuerza.

No dejo de pensar que quizá Érika sí se acuerde de alguno de los momentos que pasé con ella, y que para mí fueron especiales. Que quizá haya alguna posibilidad de que, aunque no lo parezca, ella también los recuerde con cariño y de una forma especial.

Pienso que, entre tantos momentos juntos, este sin duda podría ser el mejor curso de mi vida: ése que destaca de forma muy positiva sobre el resto. Pero sin embargo, completamente absorto en mi felicidad, lo que no sabía es que lo mejor estaba aún por llegar.

martes, 27 de enero de 2015

¿Posible luz verde para la secuela de FF: MP?


¡Hola, bloggers! Pues, tal y como prometí hace una semana, hoy os traigo la sorpresa de la que poco os hablé en la anterior entrada, que no resulta ser otra que...

¡Este fanfic posiblemente tenga una secuela!



¿Sorprendidos? No es para menos, la verdad, teniendo en cuenta que hace cuatro meses fui yo mismo el que dijo que no la haría, pero así es. Aunque por otro lado quizá fuera algo previsible, ya que había publicado el prólogo a principios de mes (sí, el oficial, no la mierda esa que publiqué en verano xD).

"Pero... ¿y por qué ahora cambiaste de idea?", seguramente os preguntaréis. Bueno, a decir verdad tuve una especie de "visión", una iluminación que me sirvió de inspiración. Dicha visión se trata del final de la trilogía (muy épico, por cierto xD), y que la tuve el primer día de este reciente año 2015, el mismo que escribí como un repentino loco el prólogo de la secuela, después de cenar.

Pero además de ese prólogo que ya conocéis y publiqué en una anterior entrada, resulta que hay más. Aprovechando el tiempo libre del que disponía en este mes de Enero, dediqué un par de horas cada día a seguir escribiendo, igual que lo hacía con FF: MP. Y con esa nueva rutina, al cabo de aproximadamente tres o cuatro semanas, logré como resultado otra nueva sorpresa...

¡El primer capítulo de la secuela!



Sí, lo que estáis leyendo. Ya tengo escrita la primera entrega oficial de la verdadera y auténtica secuela de FF: MP, con su nuevo protagonista y algunos de los personajes principales.

"¿¡Y qué demonios haces que no lo publicas!?", seguramente os preguntaréis también. Bueno, ahí va la mala noticia...

De momento no publicaré ningún capítulo que escriba de la secuela de este fanfic.

La razón es muy sencilla: no tengo la historia perfecta ni completamente organizada ni fundamentada. ¿Qué quiere decir esto? Que solo dispongo de ideas sueltas y ligeras pinceladas superficiales de los personajes. Tengo partes de la historia, escenas, personajes y combates sueltos que necesitan un orden, un perfecto y correcto equilibrio para que encajen y tengan sentido.
Tengo el guión de la historia general, pero no las individuales de cada protagonista. Tengo los personajes principales pensados, pero no profundizados. Tengo los antagonistas imaginados, pero no realizados. Tengo los mejores combates preparados, pero no colocados. Tengo muchísimas escenas a incluir, pero todavía sin decidir...

En resumidas cuentas, tengo la historia a medio construir. Y, por supuesto, la única forma de hacerlo es escribirla poco a poco y sobre la marcha.

Podría ir publicando los nuevos capítulos hasta ahora, igual que lo he estado haciendo con FF: MP, si no fuera por un nuevo e importantísimo problema: la historia no está total y completamente terminada. Imaginaos que, después de haber publicado por ejemplo 10 capítulos, de repente en el siguiente se me ocurre añadir algo nuevo, ya sea un nuevo personaje, una nueva escena o un  nuevo combate, pero que para ello necesito modificar alguno anterior... ¿Cómo puedo cambiar la historia, si vosotros ya la conocéis y no me queda más remedio que seguir adelante?

Pensadlo por un momento. Lo cierto es que sería bastante frustrante para el que escribe, por no decir tremendamente jodido.



Comparándolo con un posible símil, sería como construir sobre los cimientos de una casa. Una vez que empiezas y terminas con cada uno de sus elementos ya no hay vuelta atrás, hay que seguir obligatoriamente hacia delante, aunque no guste. Y lógicamente no me gustaría construir una casa sin conocer antes los planos definitivos: sería una verdadera chapuza de albañilería.

Por eso, y para no arriesgarme a llegar a tal situación, he decidido que no publicaré ningún capítulo de la secuela de FF: MP, al menos por el momento. Para poder hacerlo necesito dos condiciones: la primera y más importante, conocer de antemano la historia y todos sus detalles, y la segunda, el haber escrito por lo menos la mitad de la misma (ejemplo: si son 50 capítulos, tener escritos al menos 25).

Final Fantasy: Memories of a Promise me ha salido bien porque cumplía ambas condiciones: ya conocía toda la historia salvo por pequeños detalles de última hora, y también porque antes de crear el blog ya tenía escritos 41 de sus 54 capítulos (más incluso de la mitad, unas 3/4 partes).


Soy de los que prefieren un trabajo lento pero bien hecho que rápido y mal hecho. Quiero escribir una secuela digna de su sucesora, y si cabe todavía mucho mejor que la primera (porque, tal y como la estoy imaginando en mi cabeza, es mucho más épica que FF: MP). Quiero escribir una secuela que sea recordada y alabada, no una secuela que los fans odien y deseen no haber leído.

Esto pasa exactamente igual con muchas películas, cuyas secuelas son el resultado de un trabajo rápido y barato, sin ningún mensaje importante de trasfondo, y cuyo único fin es comercial y perseguir el mayor ingreso de fondos lo antes posible. Este tipo de secuelas son en su mayoría cutres, rechazadas a su vez por el público y la crítica en general, y que tardan muy poco tiempo en hacerse.

Siendo ese uno de los principales motivos, además de que a partir de ahora ya no tendré tanto tiempo libre como antes, por eso me he propuesto ir escribiendo poco a poco esta nueva historia, partiendo de cero igual que lo hice con FF: MP. Eso significa volver a crear lugares, personajes y situaciones, y unirlos todos de manera coherente para que tengan sentido y significado. Una labor que lleva muchísimo más tiempo del que os podáis imaginar, y cuyo trabajo corresponde al de cualquier escritor que desea narrar cualquier historia.


Dicho todo lo anterior, creo que solo me falta añadir una posible fecha para publicar la secuela.

Ante todo debo decir que, obviamente, mi nivel de lectoescritura no es el mismo que cuando empecé a escribir FF: MP hace 7 años, y por lo tanto no tardaré el mismo tiempo en escribir esta historia. Dada la última tendencia que tengo a alargar las entregas, seguramente escribiré capítulos más largos que los primeros de FF: MP (los cuales escribía tranquilamente en un par de días) Eso conlleva más tiempo, por supuesto, y por consiguiente más meses y más años.


Mi objetivo inicial, dado que ahora voy a estar más ocupado, es escribir al menos un capítulo por mes, como he hecho ahora con el primero este mes de Enero, y siempre y cuando disponga de tiempo libre para hacerlo. Si pensamos de esa forma, serían aproximadamente 12 capítulos por año, y si contamos ya por hecho que serían más o menos 50 como FF: MP, pues el resultado final serían aproximadamente 4 o 5 años de trabajo.

El tiempo es bastante similar al de FF: MP, pero porque con éste me tomé varios meses de descanso durante su producción (además de que había temporadas en las que no me apetecía escribir, por pura vagancia xD). Quizá por eso tardé 6 años.

Sin embargo, si me pongo las pilas y no me tomo descansos por temporadas, seguro que podría terminar la secuela en 5 años. Lo cierto es que fuerza de voluntad sí tengo, y gracias a ella conseguí terminar de escribir FF: MP.


Hago esto porque recientemente me he dado cuenta de que, en el fondo y de verdad, sí que quiero seguir escribiendo esta historia. Me hace ilusión tener mi propia trilogía fanfiction de Final Fantasy, cosa que creo no conozco de nadie que lo haya hecho antes. No pretendo en absoluto ganar dinero (eso ya lo haré con mi trabajo de "teacher"), ni tampoco que esta historia alcance una fama tremenda como muchos quieren (cosa que podría hacer fácilmente en facebook, twitter o en otras redes sociales, pero no).

Lo único que me interesa es hacer realidad uno de mis mayores sueños, y que a los que también les interese (los lectores y seguidores) lo compartan conmigo si quieren. Me sentiría muy bien y realizado conmigo mismo si lo consiguiera, y ése es el objetivo que persigo. No me gustaría dejarlo ahora y que, dentro de unos años, luego me arrepienta por no haberlo intentado.


¿Recordáis el título de la entrada? Pues a eso se refiere precisamente. Muy a pesar de todo lo que os estoy contado, es también muy posible que, por unas razones u otras del futuro, no termine de escribir la secuela, para lo cual también dejaría definitivamente la trilogía.

Por eso os pido que no penséis que voy a dejarla de forma definitiva, pero tampoco que os hagáis muchas ilusiones. Nadie sabe lo que nos deparará el futuro, ni tampoco lo que haremos o dejaremos de hacer durante los próximos años.

Yo por mi parte me aseguraré de al menos intentarlo, pero no significa que vaya a terminarlo.

Mi pregunta para todos vosotros, queridos lectores y seguidores, es... ¿estáis dispuestos a esperar 4 o 5 años la secuela? ¿Tal vez 2 o 3, cuando tenga la mitad escrita, y me decida a publicarla y continuarla, igual que con FF: MP?

¡Nos leemos en la próxima entrada! ;D

martes, 20 de enero de 2015

Próximas noticias a la vuelta de la esquina


¡Hola, bloggers! ¡Sí, lo sé, hace ya más de una semana que no publico nada, y que también os tengo abandonados a todos por estos lares! Pero tranquilos, que todo tiene una explicación, y por supuesto estaré encantado de explicárosla en su debido momento, cuando pueda.

Quiero que sepáis que no he abandonado el blog de repente ni nada por el estilo. Es solo que últimamente he estado demasiado ocupado trabajando en un par de asuntos, quizá no tan importantes para la gente corriente, pero sí quizá para vosotros y en lo que a mi concierne.

Tan solo os pido un poco más de paciencia, que ya me falta poco para terminar lo que estoy haciendo, y que en cuanto lo acabe os aseguro que os informaré de ello. Se trata de una nueva sorpresa que, estoy casi seguro, a más de un lector y seguidor de este website le gustará.

Una sorpresa que podría cambiarlo todo, incluidos mis planes.

¡Nos leemos en la próxima entrada! ;D

sábado, 10 de enero de 2015

Crónicas de un amor platónico (parte 17)


Ha pasado más de un año desde aquella increíble acampada, en la que por primera vez tuve la oportunidad de pasar una jornada de convivencia con mis amigos y compañeros de clase. La experiencia fue tan grande y tan extraordinaria que, estoy seguro, jamás podré olvidarla. Hasta incluso he anotado la fecha de los tres días de la misma en mi nueva agenda escolar, la del siguiente año, marcando los tres días cada uno con una estrella.

Ahora me encuentro en el tercer año del instituto. Por suerte sigo estando con mis amigas y Érika en la misma clase, y por supuesto también con Laura y Mandy. He conocido a nuevos compañeros de clase con los que coincido este año, y también he hecho nuevos amigos en torno a otros círculos fuera del aula. Mi vida parece seguir mejorando poco a poco respecto al primer año, sin grandes pasos pero tampoco sin grandes prisas.

Pienso que todo me está yendo bien, aunque a estas alturas ya haya perdido el total contacto con mis antiguos amigos y amigas del colegio. Aún a pesar de vernos por los pasillos del centro o en el recreo, ya ni siquiera nos saludamos, sino que nos tratamos como a otros desconocidos. Supongo que, con el tiempo, se descubren este tipo de cosas, pero la verdad es que me da igual. Me siento cómodo y a gusto con Laura y Mandy, además de las otras chicas, y eso es lo único que me importa.

En lo que respecta a Érika, las cosas entre nosotros siguen igual que siempre: compañeros de clase que se saludan y despiden, se ayudan en clase y charlan brevemente en alguna ocasión. Nada ha cambiado desde la acampada de convivencia, salvo claro está el cariño que siento por ella. Ese cariño que crece a medida que vas conociendo a una persona y que, a pesar de los defectos que oyes de ella, no te importan, ya que la sigues queriendo igualmente. Pues ése es el tipo de cariño que siento por Érika.

Además de eso, por primera vez me atrevo a contarle mi secreto a alguien. Y las dos primeras personas cómplices de mi amor platónico no son otras que, por supuesto, mis dos mejores amigas Mandy y Laura. Ellas también me cuentan a su vez quiénes son sus amores secretos, y los tres nos reímos de nuestros amores inalcanzables. Por primera vez siento que me libero de un gran peso de encima, con el que llevo cargando más de cinco años, y que al contarle a alguien me parece que me apoya, que me ayuda a sostenerlo. Ahora no me siento solo con este secreto, y en cierto modo también me siento un poco más libre, al saber que puedo confiárselo a alguien.

El primer día de este tercer año me sorprendo cuando, al decir la tutora que nos presentemos, Érika se pone en pie de las primeras, como de costumbre. No es para nada sorprendente oírle presentarse a sí misma, con su ya conocida voz alegre y particular, sino que también nos presenta a algunos de nosotros, los chicos y chicas de clase. Entre ellos me incluye a mí, como "uno de sus siempre compañeros de clase, desde que éramos muy pequeños en el colegio". Y con esas mismas palabras me mira y sonríe, mientras apoya ambas manos en mis hombros. Yo la miro y le devuelvo la sonrisa, riéndome por dentro. Por lo visto, parece que nunca va a olvidarme. Al menos, ya es algo.

La verdad es que este nuevo curso no sucede nada especialmente relevante o fuera de lo normal, salvo un único día, en una ocasión. Estamos en la cancha, en la hora de educación física, todos en círculo y calentando el cuerpo con rotaciones y estiramientos para hacer ejercicio, cuando de repente Érika sale de su posición y viene corriendo directamente hacia mí...para abrazarme. Todavía estoy con los ojos y la boca abierta, además de los brazos también abiertos parados en el aire, tratando de asimilar lo que acaba de ocurrir, cuando dudo por un instante de si abrazarla o no. Finalmente me decido a rodearla con los brazos y corresponder a su abrazo.

El motivo de su repentina e inesperada acción, que me pilla totalmente desprevenido, es que resulta que hoy es mi santo, y me felicita por ello con un abrazo. Al cabo de un momento la profesora le dice que vuelva a su posición y ella obedece, separándose de mí con absoluta naturalidad, y retomando el hilo de la clase.

Sin embargo, lo que más me deja asombrado es que, luego al llegar a casa y ver el calendario, me doy cuenta de que mi santo no es ése día, sino el trece de Octubre. Al descubrir la verdad pienso en dos posibles opciones: o bien Érika confundió el día de mi santo por error, o bien me abrazó por otra razón ajena a la primera. Tratándose de ella, pienso que lo más probable es que fuera el primer caso, para no hacerme demasiadas ilusiones.

Por otro lado, este año descubro una nueva afición secreta: escribir. Y el origen de esta afición surge cuando Laura me presenta lo que se conoce como "fanfic", o simplemente "fic": una historia sobre algo que ya existe (libros, películas, videojuegos, series, anime, manga) escrita por fans. Después de leer su primer capítulo de un videjouego de Pokémon (a los dos nos encanta), en el que aparecemos Mandy, ella y yo como protagonistas, comienzo a engancharme a su historia.

Por supuesto, Mandy tampoco se queda atrás, al empezar a escribir también su propia historia fanfiction sobre Kingdom Hearts (videojuego que nos encanta a los tres). En ella aparecemos nosotros tres también como protagonistas, empuñando llaves espadas y acompañados de nuestras fieles mascotas (la mía es un perro llamado Colmillo). En su historia, somos los elegidos que acompañamos a los ya conocidos héroes Sora, Donald y Goofy, y que entre todos debemos salvar a los mundos de la oscuridad. Además de eso, Mandy también ha incluido a Érika, representándola en la historia como la princesa dormida "Erikashia", la cual está sumida en un eterno sueño y mi propio personaje busca la forma de despertarla. Inventa una historia ficticia de amor entre nosotros dos.

A medida que voy leyendo los capítulos de estas dos historias, al mismo tiempo surge dentro de mí la necesidad de escribir la mía propia, y de compartirla con ellas. La sola idea me hipnotiza y me enamora, al saber que puedo crear mi propio mundo, con sus propios personajes y protagonistas, así como también controlar los hechos, el desarrollo y la evolución de los mismos, desde el inicio hasta el final. Se trata de un universo propio que, con algo de imaginación y mente abierta, no conoce límites.

Así pues, me decido a escribir mi propio fanfic. Pero para empezar, ¿De qué lo escribo? Pienso en conocidas series como Pokémon, Digimon, Dragon Ball, One Piece, Naruto, Bleach...así como también en grandes videojuegos como Final Fantasy, Kingdom Hearts, Assasins´s Creed, Metal Gear, Crash Bandicoot, Jack y Daxter...lo cierto es que, de todos ellos y una saga que siempre me ha encantado y enamorado, es Final Fantasy. De modo que al final opto por éste.

Vale, la siguiente pregunta es... ¿escribir sobre los mismos protagonistas, o inventar otros nuevos? Para ello recuerdo las historias de Laura y Mandy, en las que ellas mismas son las protagonistas de sus relatos, y para no ser menos pues yo mismo también seré el protagonista de la mía: me convertiré en un nuevo héroe de Final Fantasy, igual que Laura lo es de Pokémon o Mandy de Kingdom Hearts. Quizá así luego podamos hacer una especie de crossover mezclando las tres historias en una...quién sabe.

La tercera pregunta se trata del género o temática de la historia. ¿Será de magia y aventuras? ¿Quizá de terror y suspense? ¿Tal vez algo más romántico y sentimental? ¿O mejor una comedia divertida y graciosa? Ante esta cuestión se me ocurre la genial idea de contar mi propia historia romántica, la de mi amor platónico por Érika, pero en un contexto fantástico y de aventuras. Así ya tengo un motivo, una razón para escribir, y también de paso descubro de qué género será mi fanfic.

Hago un ligero repaso. Primera pregunta: ¿De qué escribo mi fanfic? de Final Fantasy. Vale, segunda pregunta: ¿Escribir sobre los mismos protagonistas o inventar otros nuevos? Otros nuevos, incluyéndonos a Érika y a mí. Ok, tercera pregunta: ¿Género de la historia? Fantasía, magia y aventuras, con toque romántico.

Muy bien. Una vez respondidas las anteriores preguntas, solo me queda una cuarta y última... ¿Cómo empiezo la historia? mmm...pienso en algo que me haya pasado últimamente, o en algo bueno que me haya ocurrido en la vida...

Podría emplear como contexto de partida la acampada del año pasado...y ponernos a Érika y a mí como los elegidos protagonistas de la historia...unidos por una anterior cálida promesa infantil...

¿El nombre? Ah, cierto, lo olvidaba...

¿Qué tal..."Final Fantasy: Memories of a Promise"?

martes, 6 de enero de 2015

Nuevos dibujos + prólogo inédito de la secuela de FF: MP

¡Hola, bloggers! Hoy, como regalo de parte de los reyes magos (?) xD, hoy os traigo las dos sorpresas que os comentaba en la anterior entrada.

La primera son los dos nuevos dibujos que he estado haciendo recientemente, cuyos protagonistas no son otros que los elegidos de FF: MP, y que podéis ver a continuación en las dos siguientes imágenes:



Como se puede apreciar, los dos jóvenes Eduardo y Erika aparecen representados en una especie de línea temporal, que comprende desde que son más pequeños hasta que alcanzan la plena madurez adulta. Como dato curioso, esta es la primera vez que dibujo a ambos en la tierna edad de 7 años: edad en la que Eduardo hace la promesa, y que podemos comprobar al ver a la Erika de 7 años llevando la piedra cristal, antes de dársela.

La edad mediana es la de 14 años, la correspondiente a FF: MP. Poco se puede decir de ella que no sepáis ya xD.

La tercera y última corresponde a la edad adulta de ambos, ahora de 25 años, y cuya forma adoptarían en la secuela de FF: MP. Si os fijáis bien, los dos han sufrido ligeros cambios con respecto a la primera versión que hice, hace más de un año. A Eduardo le cambié únicamente la chaqueta y le dejé los mismos pantalones, además de añadirle un poco más de volumen al pelo, y a Erika le dí un cambio de look total con ese nuevo peinado, que por cierto me gusta bastante y pienso que le queda mejor que el anterior. La ropa se la dejé tal cual porque simplemente me gusta y le da un toque juvenil y aventurero.

En general los dos me gustan más ahora, y pienso que, de hacerse la secuela, este sería sin duda el aspecto que tendrían. ¿A vosotros qué os parecen?

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Y hablando de la secuela, de eso precisamente se trata la segunda sorpresa. Fue el primer día de este año 2015, el 1 de Enero, cuando sentí de repente una bombilla encenderse en mi cabeza. El gusanillo de la inspiración me picó tan fuerte que, después de cenar, me puse a escribir de inmediato como un loco. No podía dejar escapar una ocasión tan inspiradora como ésa, porque sabía que, de hacerlo, luego me arrepentiría.

Después de cerca de hora y media (sí, soy lento para escribir, pero siempre lo he sido xD), terminé de plasmar lo que había en mi cabeza, y aquí os lo presento ahora: el verdadero prólogo de la secuela de FF: MP.

Antes de empezar a leer os pido que olvidéis todo cuanto recordáis de aquel prólogo descartado que publiqué hacia finales de verano del año pasado. Ése era basura, caca o "mierda" (como prefiráis llamarlo xD). Un prólogo que empecé a escribir antes siquiera de terminar la primera historia, y que desde luego nada tiene que ver con ésta. Un error fatal que cometí por bobo.

Pero ahora aquí lo tenéis, lectores y seguidores, por primera vez inédito. Aquí leyendo esto os aseguro que éste sí sería el verdadero prólogo de la secuela de FF: MP. No es muy largo, pero ya sabéis que así de cortos son los prólogos xD

PD: SPOILER ALERT! TIENES DOS OPCIONES:
       OPCIÓN 1: LEERTE PRIMERO FF: MP
       OPCIÓN 2: LEER ESTE PRÓLOGO, DESTRIPARTE EL FINAL Y JODERTE (TÚ SABRÁS)

¡Y ahora, sin más dilación, disfrutad de la lectura! ^^

Prólogo de la secuela de FF: MP

Desde hace varios años, llevo soñando cosas muy extrañas: todas ellas relacionadas con las mismas personas, los mismos lugares, y los mismos hechos. En todos esos sueños, siempre aparecen ocho personas…bueno, mejor dicho siete, más un perro que los acompaña.
En todos esos sueños, todos ellos viajan juntos, comen, duermen, ríen y lloran…pero sobretodo luchan. Siempre los veo luchando y peleando, ya sea contra todo tipo de monstruos grandes y feroces, como contra diferentes personas…todas ellas vestidas con el mismo atuendo negro, como el de una organización.
Se esfuerzan, luchan, pelean con todas sus fuerzas, y al final vencen, como el bien que siempre triunfa sobre el mal. En muchos de esos combates, aparecen además otras extrañas criaturas, que los acompañan en pequeñas esferas y surgen de éstas para apoyarles en la batalla, como si fueran aliados suyos. Entre estas poderosas criaturas se encuentran: una especie de pájaro eléctrico, una mujer de piel azul pálida envuelta en aire gélido, un demonio envuelto en llamas y un majestuoso dragón plateado.
Si bien es cierto que todos ellos comparten el mismo protagonismo en mis sueños, lo cierto es que la mayoría de veces no puedo evitar fijarme en dos de esos ocho miembros del grupo: curiosamente los más jóvenes.
Son un chico y una chica que no parecen llegar a los quince años, y ambos portan cada uno un arma distinta en combate: él, una especie de llave del tamaño de una espada, y ella, una vara grande con una media luna en uno de los extremos. Los dos luchan con esas armas, y también parecen usarlas para dirigir los movimientos de las criaturas anteriores, las que surgen de las esferas.

Desde hace varios años llevo soñando con todos ellos, y más concretamente con ese chico y con esa chica. Uno de mis sueños más repetido y que recuerdo con mayor claridad es la escena en que la chica apunta con su arma al chico, y éste desaparece envuelto en estrellas. No entiendo muy bien lo que pasa, pero me da la impresión de que parece un sacrificio, y que él de verdad muere.

Sin embargo, últimamente no he dejado de tener otro sueño: uno bastante reciente, y que me pone los pelos de punta cada vez que despierto. En ese sueño aparece el mismo chico joven de antes, resurgido de las mismas estrellas con las que muere, pero en esta ocasión parece perder el control de sí mismo, y a continuación sufre una terrible transformación. Siento oscuros escalofríos cada vez que contemplo su abominable y terrorífica transformación, cuyo resultado acaba en un diabólico monstruo colosal que lo sumerge todo en tinieblas.
Antes de despertar, siempre me veo a mí mismo en el sueño frente a él, frente a sus grandes y oscuros ojos rojos con pupila animal, y portando en mi mano una especie de vara grande, del mismo tamaño que la de la chica de antes. No sé muy bien lo que pasa, pero parece que debo enfrentarme a él, al monstruo…y poner fin a su amenaza.

Como dije antes, llevo varios años soñando con ese grupo de gente al que ni siquiera conozco, pero desde hace relativamente poco con este último sueño que menciono: el de mi aparición en escena. Lo cierto es que no tengo ni idea de por qué sueño con esas cosas, total y completamente ajenas a mi vida, pero de lo que sí estoy seguro es que esos sueños tratan de decirme algo: algo que todavía no logro ni alcanzo a comprender del todo.

Lo que más me inquieta de todo es, sin duda, ése último sueño…y esa extraña vara en mi mano.

¿Y bien? ¿Qué os ha parecido? Es cierto que contiene algo de spoiler de la primera historia, pero ¿cómo si no empiezo la segunda? En fin, ya os avisé antes de la lectura, así que los que hayáis leído por completo FF: MP bien, y los que hayáis preferido saltaros la historia y conocer directamente el final, pues os jodéis xD

Es fácil intuir, por la forma en que está narrado, que son los pensamientos en 1º persona de uno de los nuevos protagonistas, y más concretamente el del nuevo elegido de la vara mágica (sí, ahora es un chico, tal y como cité en uno de los puntos importantes de la secuela). Además me inspiré en los recuerdos de Roxas en la primera parte de Kingdom Hearts 2, cuando aún vive en Villa Crepúsculo.

Esto es solo una pequeña e ínfima parte de la épica secuela que tengo rondando en la cabeza, y que a raíz de ella me está explotando mogollón de ideas sueltas. Últimamente no he dejado de pensar en esta secuela, desde hace 6 días, y temo ilusionarme demasiado para que luego no pueda escribirla.

¿A vosotros qué os parece? ¿Os gusta un inicio así, o esperabais otra cosa? ¿Creéis que esto podría ser una buena base para continuar el final de FF: MP?

¡Felices Reyes y...nos leemos en la próxima entrada! ;D

viernes, 2 de enero de 2015

Próximamente, nuevas sorpresas


¡Hola, bloggers! Como esta es la primera entrada del 2015, pues os deseo un feliz año y todo eso (lo típico xD).

Hoy vengo con una entrada corta y rápida para deciros que próximamente publicaré dos sorpresas en el blog, ambas relacionadas con FF: MP. La única pista que os dejo es que una de ellas quizá no os sorprenda tanto, pero la otra sí es seguro que no la esperaréis para nada. Todavía estoy en proceso de terminar ambas, pero las tendré listas y acabadas dentro de muy poco.

Y, por supuesto, ¿Qué mejor día para publicarlas que este próximo 6 de Enero? ¡Los reyes magos tampoco se olvidan de este website! xD

Sin más que decir, os dejo por el momento con la intriga recién sacada del horno, y con ella tendréis que aguantar hasta la fecha señalada.

¡Nos leemos en la próxima entrada! ;D