domingo, 31 de marzo de 2013

Avance y fecha del capítulo 40

¡Nooo! ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué esta semana de vacaciones se me ha hecho tan jodidamente corta!? ¡Yo quería más tiempo libre, más días de relax y disfrute en la playa, más horas de diversión sin preocupación, más libertad para hacer lo que quiera, más oportunidades para avanzar en mis proyectos pendientes, más tiempo para seguir viendo las cosas que me quedan por ver, más más más...de todo! T.T

Es lo que tiene una semana, al fin y al cabo son solo siete días, y se pasan volando como quien no quiere la cosa. Al principio del primer finde todo es alegría e ilusión (¡tenemos toda una semana por delante, vamos a olvidarnos de todo y a vivir la vida loca!), pero cuando te paras a pensar ya estamos a domingo santo (último día de vacaciones) y es cuando de repente te das cuenta de que has perdido la noción del tiempo, inconscientemente. Muchos dedican este último día a hacer corriendo y a toda prisa los deberes marcados por los estudios (a los que les mandan, claro).
Desde mi más sincera y humilde opinión, no me gusta dejar todo el trabajo para el final, que en algunos casos es demasiado y cuando se hacen de golpe se sobrecarga el cerebro con demasiada información. ¿Qué pasa si se hace esto? Fácil, con el esfuerzo mental que eso conlleva, uno acaba convertido en un zombie borracho, mareado y tambaleado (algunos incluso con dolor de cabeza, como me ha pasado a mí a veces).
¿Y así se espera disfrutar del último día de vacaciones? A mí desde luego no me gustaría, y por suerte ya terminé mis deberes pendientes, que poco a poco los hice a lo largo de esta increíble semana.

Pero en fin, siempre hay un lado positivo de las cosas (en la medida de lo posible), y a mí me gusta verlos para animarme y saber que algo bueno habré hecho esta semana santa. En primer lugar, he ido casi todos los días a la playa (¡el agua salada estaba buenísima!). También me acoplé con un grupo de gente a hacer senderismo tres días de las vacaciones, y he caminado por entre hermosos paisajes naturales de costa y montaña (¡eso sí, las agujetas pesan lo suyo!). Tampoco podía faltar el dedicarle tiempo a los amigos, y quedamos en numerosas ocasiones si no fue para ir a la playa, a dar una vuelta y hacer el payaso por ahí (en el parque infantil les robamos los columpios a los niños pequeños y me caí rodando por el suelo. Fui el producto de las risas de mis amigos y el centro de atención de los mayores, que no dejaban de mirarme con cara rara xD).

Pero sin embargo, lo que seguro más os gustará e interesará es que dediqué y aproveché esta semana de vacaciones para escribir el doble del siguiente capítulo de este fanfic. Aviso que aún no está terminado, y que me está costando lo suyo debido al enorme trabajo que supone relatar un combate. También tengo que deciros que, a pesar de que todavía no lo he acabado, probablemente será un capítulo largo (puede que incluso más que el 38), ya que calculo que llevo poco más de la mitad de combate escrito.

Ahora sí, toca desvelar el título de esta nueva entrega, que completa el desenlace de la saga Vildenor. El capítulo 40 (¡ya con el 4 a la izquierda, lo veo y no lo creo!) se titulará "Lucha de Titanes". Llegados a este punto es lógico que ahora toca luchar contra el principal enemigo de la historia de FF: MP. Muchas incógnitas y sorpresas aguardan en este increíble nuevo capítulo, que apuesto a que será el más épico hasta la fecha del fanfic. Obviamente no voy a contaros nada para no fastidiaros la historia, pero lo que sí os puedo asegurar es que no será un combate fácil para nuestros héroes.

Como muchos ya sabréis de sobra, la fecha de estreno de este capítulo está prevista para los días 5, 6 y 7 de Abril, aunque como me gusta añadir, no siempre se publican los capítulos en su finde correspondiente. No quiero desilusionaros diciendo que no tendré el capítulo listo para esa fecha, pero tampoco me gustaría daros falsas esperanzas asegurando que lo terminaré para entonces. Como siempre, puedo retrasarme por cualquier imprevisto que surja, pero os aseguro que si no se estrena ese fin de semana, lo hará otro día. Prefiero no prometeros nada y dejar que pasen los días, para ver lo que ocurre. Al menos me alegra saber que cuento con vuestra increíble y enorme paciencia, y eso es algo que no tienen todos los seguidores de algo.

¿Lograrán nuestros héroes salvar a Erika de las garras del líder de la organización Muerte? ¿Se casará la chica con él y le entregará su poder como elegida de la vara mágica? ¿Podrán el protagonista y los demás derrotar al mago legendario? ¿Cómo acabará todo esto?
Todas estas respuestas y más en la próxima entrega de Final Fantasy: Memories of a Promise. ¡No os perdáis el último capítulo de la saga Vildenor, que marcará un antes y un después en el desarrollo de esta increíble y fantástica historia! :D

miércoles, 27 de marzo de 2013

Anexo: Fragmento de fanfic de Kingdom Hearts (Volumen 2)

¡Hola de nuevo, mis queridos bloggers! ¿Qué tal lleváis esa semana santa? ¿Disfrutándola mucho de vacaciones? ¿Habéis ido ya a algún sitio o tenéis planes para la mitad de semana que nos queda? ¿Os habéis divertido? (pregunta tonta, seguro que sí, jajaja xD) Y en caso contrario, si no hay "money" para irse de vacaciones, ¿qué planes económicos y baratos tenéis? Yo soy de los que andan mal de bolsillo, así que no puedo permitirme un viaje largo a sitios lejanos. Pero sin embargo disfruto yendo a la playa, o haciendo senderismo por el monte (ambos los tengo cerca), y son planes divertidos que no necesitan de billetes para hacerlos. También queda el salir con amigos y hacer el payaso por ahí, que eso siempre es divertido.

Lo que sí es seguro es que siempre hay algo que hacer, por eso más os vale aprovechar cada uno de los días de esta increíble semana de vacaciones, que no tenemos todos los días y que hay que disfrutarla haciendo lo que a uno más le guste.

Como ya tenía el blog un poco abandonado, y tampoco me gusta dejarlo demasiado tiempo sin actualizarlo, hoy os traigo otro fragmento del fanfic de Kingdom Hearts que escribió mi antigua compañera de clase, en el instituto. Bueno, más que un fragmento, tengo que decir que es un capítulo entero (para que os entretengáis leyendo, jejeje! xD).
Los hechos ocurridos en este capítulo son anteriores al del primer volumen, lo que quiere decir que aquí luchan contra el sincorazón gigante que los dejó debilitados, y que en el anterior texto aparecen despertando en casa del maestro de Eduardo (del fanfic de KH). Como no se me ocurría lo que publicar en el blog, decidí mostraros otro de los pocos capítulos que conservo del fanfic de KH.
PD: recordad que el hermano mayor de Mandy (la protagonista) es Riku.

¡Disfrutad de la lectura! :D

Vivir… ¿Para quién y por qué?
Los siguientes días estuvieron sumidos en una profunda oscuridad para Eduardo…No hablaba,  no comía,….No vivía….
Mandy no podía estar contenta aunque hubiera recibido tal acontecimiento: Su hermano estaba vivo, su hermano de verdad….
Kiara con su gran alegría también debido al tal acontecimiento, no podía reprimir la sonrisa…Siempre intentaba animar  a Eduardo en todo lo que podía, pero este, permanecía con un semblante oscuro…Tan oscuro y profundo que ninguno podía albergar en el…
Un día cuando estaban llegando a la gran montaña llamada “Scrifus Metiodem”, es decir: “La montaña de lo oscuro”, tuvieron que parar de repente, Eduardo cayó al suelo.
-¡Eduardo!-Gritó Donald. El eco llegó a todas partes.
Colmillo avanzó con velocidad, adelantando a todos que estaban en la cabeza del camino. Este lengüeteó a su dueño.
-¡Edu!-Dijo Kiara mientras se acercaba a él y le tomaba el pulso.
-¡Apartaos todos!-Dijo Donald como médico del grupo y mientras inspeccionaba a Edu. Kiara y los demás se apartaron.
-¡Edu esto te pasa por no comer en días!-Le dijo Mandy preocupada.
De repente un fuerte dolor se le arrebató en el pecho a Mandy, un dolor tan fuerte que no pudo reprimir un grito…Tan horrible, que Kiara ni Sora podrían olvidar…Calló al suelo mientras gritaba….Sora y Kiara se acercaron a Mandy…
-¡MANDY MANDY! ¡RESPONDE!-Decían.
Del dolor tan grande Mandy se desmayó. De repente aparecieron de la nada un grupo de… ¿Sincorazon?…O al menos eso parecían ya que se movían de una forma extraña….Eran de color blanco y tenían una gran cremallera en la boca…Mientras estaban de pie parecía como si estuvieran bailando…Parecían…Fantasmas…
Sora se levantó corriendo llamando a la llave espada junto a Goofy que atacó con su escudo…Mientras tanto Lucky y Eudon también se pusieron en posición de ataque….
Sora atacó primero a un par y luego las otras mascotas sagradas….Donald en ese momento usó un gran potencial de cura para Eduardo…Este se levantó.
-Donald…-Dijo mientras se tocaba la cabeza.
-Es normal que sientas ese extraño dolor…-Dijo mirándolo. Unos sincorazon se acercaron a ellos con Eduardo todavía en el suelo. Donald lanzó varios potentes rayos con su varita que los dejó fuera de combate- Ahora… ¡Levántate a luchar!
-¡Sí!-Dijo Eduardo sacando su llave espada y poniéndose de pie. Llamó a Colmillo que seguía a su lado y juntos fueron a por más “sincorazon”.
Donald se acercó corriendo a Kiara que seguía con Mandy en el suelo…Estaban protegidas por Sora, Goofy, Eudon, Lucky, Colmillo y Eduardo que no dejaban que ningún “sincorazon” se acercaran a ellas. Mandy empezó a gritar de nuevo…
-No sé qué le pasa…-Dijo Kiara a  Donald. Este miró a Mandy inquieto. Dio una cura…Mandy paró unos segundos de gritar pero volvió a la carga….
-¡No funciona!-Dijo Donald al ver su fracaso-… ¡El dolor no cesa!
-¡Son demasiados!-Dijo Goofy mientras mataba más “sincorazon”. Sora cayó al suelo mientras su llave espada volaba por los aires…
-¡Sora!-Dijo Goofy. Sora miró al “sincorazon”  unos instantes… Luego se tiró al suelo dando una voltereta y en él, cogió la llave espada. Luego un impulso en el aire y un gran golpe que acabó matando a dos “sincorazon”.
-Estoy bien…-Dijo sonriendo al volver al suelo.
Kiara estaba nerviosa, Mandy chillaba de dolor y no sabía qué hacer…Donald peor aún que ella miraba a todos lados sin entender nada…Luego pensó desesperadamente para encontrar una solución.  Un minuto después a Kiara se le encendió la bombilla:
-¡Ya sé!-Dijo levantando su dedo índice-…Donald sujétala…-Mandy no paraba de retorcerse debido al dolor. Kiara apuntó bien sus ojos y entró en una especie de trance que la llevó hasta el interior de Mandy…En el, vio algo espantoso que la hizo volver...-Es…Horrible…-Dijo.
-¿Qué le pasa?-Dijo Sora. Este cayó al suelo de inmediato. Después Goofy.
Eduardo fue cogido por el cuello por un “sincorazon”  pero Edu le dio una patada en el estómago a este y fue derribado, sin embargo inmediatamente fue acorralado por otro “Sincorazon”…Colmillo, Eudon y Lucky fueron enviados por una patada hacia unas rocas y cayeron desmayados.
Queremos la luz…”-Dijo un “sincorazon”.
-¿Eh?-Dijo Sora dando un paso atrás.
-¿A qué se refiere?-Dijo Eduardo mientras intentaba quitarse las zarpas del “sincorazon”.
- Es…Horrible…-Volvió a  repetir Kiara.
-¿¡Qué sucede Kiara!?-Dijo Goofy atemorizado.
- Estos…”Sincorazon”….Le están...Le están…Quitando la luz a Mandy…De su interior, por eso…Se estremece tanto…
-¿¡Qué!?-Dijeron todos a la vez.
-¡PERO ESO QUIERE DECIR…!-Dijo Edu deshaciéndose de las zarpas y cogiendo su llave espada de nuevo.
-Exacto Edu…Le están quitando el alma a Mandy…Es decir…La vida…-Dijo Kiara.
Sora llamó a su llave y comenzó a pelear contra todos los “sincorazon”. Luego todos los demás.
-¡¿QUÉ QUEREIS DE ELLA?!-Gritó Sora mientras luchaba.
“Queremos la luz…”-Volvió a repetir el mismo de antes. Parecía el líder.
-Estos…No son…”Sincorazon” normales…-Dijo Eduardo mientras le daba una estocada a uno y lo mataba.
-Los normales no absorben el alma…Y menos de una elegida…-Dijo Goofy mientras se quitaba a unos cuantos de encima.
-¡Es que no son “sincorazon”!-Dijo Kiara angustiada-…Son…
-¡INCORPOREOS!-Gritó Mandy desde el suelo. Todos se quedaron mirando hacia ella, parados, incluidos los llamados “Incorpóreos”-…. ¡ROXAS AYUDAME!...-Gritó Mandy con dolor.
De repente, tras un inmenso silencio se abrió una puerta de oscuridad…Y de ella salió uno de la organización con dos llaves espadas….Empezó a luchar con todos los incorpóreos, con una habilidad inhumana, rapidez, agilidad….Astucia…Esas eran las palabras que tenía Eduardo en esos momentos mientras veía luchar al supuesto individuo.
Al final mató a todos. Luego se fue acercando a Mandy. Sora, Eduardo, Goofy y Donald y las mascotas sagradas se pusieron en guardia delante del sospechoso…En modo ataque…
-¡No!-Dijo Kiara. Todos miraron hacia ella-… ¡Esperad! ¡Bajad las armas!
Todos lo hicieron y el sospechoso se acercó hasta Mandy y se arrodilló ante ella. Kiara se apartó. Luego, el individuo,  puso su mano derecha sobre el pecho de Mandy y de ella salió una luz blanca muy brillante. Todos se tuvieron que tapar los ojos ya que la luz era tan brillante que te podía dejar ciego. Luego se acercó al oído de Mandy, pero nadie pudo oír lo que le dijo. Se levantó corriendo y se fue por otra puerta de oscuridad, sin ni siquiera decir nada, ni él, ni los elegidos, que no se lo pudieron agradecer.
“-Te estaré esperando”-Oyó Mandy en sueños. Luego fue abriendo poco a poco los ojos.
-¡¿MANDY?!-Dijo Kiara.
-¿Kia?...-Dijo Mandy débilmente.
-¡OH DIOS MIO MENOS MAL…!-Dijo Kiara mientras la abrazaba-… ¡MENOS MAL!
-¿Qué…que me ha pasado?-Dijo mientras intentaba levantarse-…Me duele la cabeza…
-¿Estás bien Mandy?...-Dijo Sora extendiéndole la mano y levantándola delicadamente.
-Sí creo que si…Aunque…Me duele algo el pecho…-Todos miraron preocupados. Kiara acercó la mano hacia el pecho de Mandy para examinarlo. Apartó la mano inmediatamente:
-¡Ah! ¡Quema!-Gritó.
-¿Qué?-Dijeron todos.
-Mandy será mejor que…Te quites la ropa para verte que tienes en el pecho…-Dijo Sora.
- Si Mandy puede ser algo grave…-Dijo Eduardo.
Mandy enfureció como alma que lleva el diablo y les metió tal ostia que salieron disparados a algún punto del bosque que los rodeaba.
-Pe…Pero Mandy si solo…..O.O –Dijo Kiara.
-¡SI SOLO NI NADA! ¡PERVERTIDOS!-Dijo Mandy.
-Bueno…Pues habrá que ir a buscar a Sora y a Eduardo…-Dijo Goofy.
-¡DE ESO NADA QUE VUELVAN ELLOS SOLITOS QUE YA SON MAYORES!-Dijo Mandy.
Goofy, Donald y Kiara: =.=UU =.=UU =.=UU

A la noche, mientras cenaban, todo permaneció en silencio. Eduardo ya comía después de varios días preocupado por la princesa Erikashia….Sora y Edu tenían un gran chichón en la cabeza recubierto por una venda…Obra de Mandy sin duda…
-          Espero que hayáis aprendido la lección…-Dijo Mandy.
-          Si…-Dijeron los dos chicos.
-          Me alegra…Y también me alegra de que el señorito Eduardo este comiendo…-Dijo Mandy. Este sonrió.
Todos siguieron comiendo. Kiara enseguida habló para matar el silencio:
-He estado pensado…-Todos miraron y pararon de comer-…Que antes de empezar a escalar por la montaña que separa ambos mundos…Debemos organizarnos para saber que vamos a hacer en…El otro lado, ya me entendéis...-Todos miraron a Mandy que era la única que seguía comiendo sin preocuparse del asunto. Al sentirse observada. Paró de comer.
-¿Por qué me miráis a mi?...Ni que yo fuera la líder…
-  Te has ganado el papel…-Dijo Sora sonriente.
- Seguiremos tus órdenes al pie de la letra…-Dijo Eduardo.
-Pues la verdad….No tengo nada pensado…¡Pensaba escalar!, ¡Sí, eso!….Y….si encontramos alguna cueva o algún escondite donde meternos en la cima de la montaña…Podremos comer y calcular allí todo…Además desde allí arriba…-Dijo Mandy  mirando hacia la cima de la montaña-…Tendremos una vista preliminar de todo…Será perfecto…
-Me parece bien…-Dijo Kiara sonriente como siempre.
-¡Entonces hecho!, mañana seguiremos el camino… ¿y?...-Dijo Eduardo.
-Mañana seguiremos el camino y…-Dijo Mandy-…Empezaremos con la escalada, tardaremos días…
- Yo apuesto que semanas…-Dijo Goofy apenado.
- ¡No seas tan negativo Goofy!-Dijo Donald pegándole con la varita en la cabeza.
Sora rió unos instantes.
-          Tranquilos chicos….ya veréis como todo… ¡Nos sale genial!-Dijo Sora positivamente.

Más tarde se fueron a dormir. Todos menos Eduardo que se escapó de su sitio para dormir…Colmillo lo captó enseguida y siguió a su amo hasta afuera…
-¡Colmillo! Vuelve a la cueva…-Le ordenó Eduardo. El perro negó de la orden y se acercó hasta su amo lengüeteándole la mano-…Esta bien…Ven…-Eduardo y Colmillo se sentaron en una de las rocas que había alrededor de la apagada fogata que habían hecho para la cena fuera de la cueva. Eduardo sacó su precioso espejo de su capa de Espadachín y allí volvió a conectar con el palacio donde estaba la princesa Erikashia, pero esta vez no salió la chica morena que lo había atendido la otra vez, si no un viejo anciano de pelo blanco y larga barba blanca y con un traje azul claro.
- Maestro Gauldín…-Dijo Eduardo mientras hacia una reverencia con la cabeza.
- Mi querido muchacho… ¿Dónde te  habías metido?...Hacía mucho tiempo que no te conectabas conmigo…
-Lo sé maestro…Perdóneme…-Dijo Eduardo.
- Supongo que no estarás aquí, a estas horas de la mañana por mi…Te conozco bastante bien Eduardo…-Dijo Gauldín.
- Usted sabe porque es mi presencia…-Dijo Eduardo nada más.
-La princesa Erikashia empeora…-Dijo Gauldín.
- Lo sé…Hace unos días hable con Melanie…Me dijo que en su última revisión semanal las cosas no habían ido bien…
- Eduardo…No se sí…
- Maestro Gauldín….Puede vivir aún…Según acabe la guerra podré ir a verla y mi amiga la “Elegida de la luz” podrá salvarla y entonces yo…
-Eduardo…-Le interrumpió el maestro Gauldín-…He hecho todo lo que me dijiste…He estado con ella día tras noche, cuidándola, buscando una cura… Pero….No creo que aguante hasta después de la guerra…
Eduardo se puso en pie:
-No puede ser…. ¡Tenía una esperanza de vida…!
-No acertada…-Dijo Gauldín-…Eduardo, te has dedicado toda tu vida a ella…Debes aprender a afrontar que se tendrá que ir muy pronto…
-¡Maestro Gauldín créame…La salvaré!
El anciano miro seriamente a su pupilo…Lo dejó en calma, prefirió hablar de otros temas…
-¿Qué tal os va en la misión?, estoy preocupado….
- No se preocupe maestro, el rey nos ha venido a visitar, nos ha concedido a todos los dones…Menos a la elegida de la luz y a su mascota sagrada…Ellos encontrarán sus dones en la guerra…Pero estamos muy bien…
-Vaya…-Dijo el anciano con asombro-… ¿Estáis cerca de “Scrifus Metiodem”?
-Demasiado…Mañana empezamos con la escalada…-Dijo Eduardo.
-¡¿ESCALADA?!-Dijo el maestro.
-Si maestro, pensamos escalar la montaña… ¿Cómo subiremos si no?-Dijo Eduardo.
-Eduardo, mi querido pupilo… ¿Sabéis a lo que os estáis enfrentando?-Dijo Gauldín.
- A la oscuridad…-Dijo Eduardo obviamente.
- No solo a eso…La montaña…Guarda muchos secretos nada agradables…No os será fácil subir…
- Maestro una de las cosas que me enseño es: Siempre se positivo, y si algo se interpone en tu camino pues simplemente pásalo, pero nunca te rindas…
El maestro miró orgulloso a su pupilo a través del espejo. 
Pero si de algo estaba seguro el anciano, es que los elegidos no sabían a lo que se enfrentaban…Estaban en peligro:
-          No podéis subir la montaña así como así… ¡Eduardo por favor!
-          Lo hemos decidido esta noche mis compañeros y yo maestro…Ira todo bien, de verdad…
-          ¡EDUARDO!-El chico se sobresaltó tras el espejo cayéndose al suelo debido al grito que le pegó su maestro. Nunca le había chillado tan fuerte- ¡TENGO MAS AÑOS Y MAS EXPERIENCIA QUE TU! ¡Y SE A LO QUE OS ENFRENTAIS! ¡HE TENIDO MUCHAS MISIONES EN ESA MONTAÑA Y CREEME….ME HA COSTADO SALIR DE ELLA! ¡NO PERMITIRÉ QUE UN PUPILO MIO SE ADENTRE AHÍ SIN PROTECCIÓN!
-          Maestro, entiendo su preocupación…Pero ya está todo dicho…-Dijo Eduardo levantándose-…Le deseo una feliz velada y volver a verlo pronto. Buenas noches.
-          ¡EDUARDO!-Es lo último que se oyó del anciano a través del espejo. Eduardo apagó la conexión.


A la mañana siguiente partieron muy temprano. Mandy volvió a mandar a Eudon por quinta vez consecutiva a volar,  por si había algún sincorazon cerca o si la montaña estaba vigilada por sincorazones, incluso sospechaba sobre los extraños y nuevos conocidos llamados: Incorpóreos.
El pájaro volvió al hombro de su ama de nuevo, sin ninguna nueva noticia. Todo despejado.
-          Bien, ya podemos ir tranquilos. –Dijo Mandy. De repente notó un escozor en el pecho. Había sido por el enfrentamiento brusco de ayer. Ya Kiara se había encargado de contárselo todo. ¿Quién sería el de la organización que los ayudó en aquel momento? ¿Y matando a los de su mismo bando?
-          Como sigas mandando a Eudon así le va a dar algo…-Dijo Kiara mientras se acercaba al hombro de Mandy con las manos llenas de agua para dársela a Eudon. El pájaro bebió.  Mandy sonrió.
-          Deberías encargarte más de tu gato...-Dijo ella.
-          Lucky es muy independiente…-Sonrió Kiara- Sabe cuidar de sí misma, yo le cuido también, pero no siempre…Tu deberías darle más cariño a Eudon…
-          ¿A Eudon?, pero si él y yo somos como uña y carne...-Dijo Mandy mientras rozaba dulcemente su nariz con el pico de Eudon.
-          Me alegra-Sonrió Kiara. De repente miró a Eduardo, tenía un palo en la mano y lo tiraba a lo largo del camino para que Colmillo fuera a buscarlo y se lo trajera de nuevo….Sora, Donald y Goofy siempre hablaban entre los tres pero se relacionaban muy bien con los demás del grupo…Ella y Lucky siempre iban muy unidas pero no tenían siempre un trato tan…Afectivo, se demostraban cariño con muestras de agradecimiento, o en la batalla luchando fieramente, pero nunca con un gesto como el de Mandy y Eudon por ejemplo. Lo máximo que le hacia Kiara a Lucky es acariciar suavemente su barriguita y a veces su lomo haciendo que se durmiera. Algo muy dulce.  Sin embargo a Kiara le gustaba su relación con su gata. Era magnífica.

-          Hemos llegado…-Dijo Mandy mirando hacia arriba. Parecía que la montaña se perdía en los confines del cielo.

-          ¿Y dices que esto lo podremos escalar en días?-Dijo Sora.

-          ¡Por supuesto!, Si ponemos mucho empeño… ¡Claro que sí!-Dijo Mandy.


Los días fueron muy duros….Los chicos no paraban de subir y de subir y siempre que miraban hacia atrás parecía que sólo habían hecho un paso…El olor a azufre, era cada vez más cercano y provocaba muchas nauseas a nuestros amigos.
Cuanto más subían la montaña, más frío hacia. Cuanto más subían mas oscuridad…Cuanto más subían menos luz…Cuanta menos luz…Menos ganas de seguir…A la semana lo chicos no habían ni llegado a la mitad de la monstruosa montaña… Mandy, que iba en la cabeza escalando, encontró un claro enorme con una cueva mal formada natural, originaria de la roca, dio un silbido a Eudon que tenía la ventaja de volar y le dijo que inspeccionara el claro y la cueva.
El pájaro se posó sobre el claro y miró atentamente, se quedó en silencio.  Luego camino dos pasos con sus dos minúsculas patas…Luego emprendió el vuelo hacia la cueva…Entro en lo oscuro…Mandy esperó la señal de Eudon para subir del todo…No respondía…
-¿Eudon?-Dijo débilmente.  Pasaron varios segundos. El pájaro no contestó.
-Mandy….-Dijo Kiara débilmente-… ¿Pasa algo allí arriba?-Kiara iba en penúltimo lugar empujada desde abajo por Sora, que era el que se encontraba en mejores condiciones.
-Debemos subir…-Dijo Goofy a punto de desmayarse.
-¡Callaos un momento!-Gritó Mandy a todos que estaban abajo. Un gran silencio…Después el eco desde la cueva del silbido de Eudon-… ¡Genial subid!-Dijo Mandy subiendo al claro la primera. Ayudó a Edu, luego a Donald, mientras que Edu subía a Colmillo y a Goofy. Luego Kiara.
-Mandy no puedo…-Dijo Kiara a punto de desmayarse.
-¡Claro que puedes!-Dijo Mandy tirando de ella hacia arriba mientras la cogía en brazos. Sora la empujaba para arriba. Al final subió-…Donald encárgate de Kiara…-Ordenó. El pato estaba dando curas a todo “quisqui”. Finalmente Mandy extendió la mano a Sora. Este la aceptó y subió con la ayuda de Mandy.
-Muchas gracias –Sonrió este.
-De nada-Dijo Mandy.  De repente, miró la sonrisa de Sora y se le apareció Roxas en la mente, la sonrisa…Las facciones de la cara…Eran tan parecidas…Debía dejar esos sentimientos atrás…Roxas había desaparecido.

Después de estar más recuperados empezaron a buscar algo con lo que hacer fuego.  Desgraciadamente en esa montaña, donde sólo predominaba la roca no había árboles, ramas, ni nada por el estilo.
-Genial…y ahora… ¿Qué hacemos?-Dijo Sora.
- No lo sé…Necesitamos comer…Estamos fatal todos…-Dijo Mandy pensativa.
- El olor a azufre me está dando ganas de vomitar…-Dijo Goofy tirando en el suelo.

Todos quedaron en silencio, pensando varios segundos. Kiara, en su mente súper inteligente y positiva, pensó hasta rebuscar en los escondites más recónditos de su cerebro y por fin encontró una solución:
-¡YA SE!-Dijo. Todos la miraron de repente- A ver…Yo se que Donald ahora mismo solo puede proporcionar magia de cura pero yo tengo magia de todos los tipos… ¡Puedo hacer un árbol! ¡Incluso una planta medicinal para Goofy!
Todos miraron preocupados.
-Kiara... ¿Estás segura de que puedes?-Dijo Mandy. Lucky se le erizo a Mandy- Vale gata ya sabemos tu opinión….
-¡Claro que puedo Mandy! ¡Confía en mí!-Dijo Kiara. Mandy sonrió al igual que Sora.
-¡Confiamos en ti!-Dijo Sora sonriente.
Kiara se levantó del suelo mientras que sacó su querida varita mágica y la limpió un poco. Luego empezó a buscar un lugar con algo de tierra. Mandó a Lucky a buscar, la gata empezó a olisquear por todos los rincones del claro. Finalmente maulló dulcemente. Kiara fue hasta ella, con la pata rascaba algo entre una roca…Kiara la apartó, una pequeña mata de tierra apareció de la nada, por así decirlo.
-Es perfecta, buena chica.-Dijo acariciándole el lomo a Lucky. Kiara se acercó suavemente a la tierra y la rozó con sus dedos suavemente…Luego…Tocó la tierra con la varita y de ella surgió un pequeño tallo. Mandy miró preocupada.
-Kiara…
-Shhh…-Dijo Kiara-….Tengo que despertarla suavemente…-Dijo. De repente la volvió a acariciar con sus dedos y la planta empezó a crecer…Se hizo un tronco mediano con hojas verdes, luego se fue anchando cada vez más, y le fueron creciendo ramas, y hojas, y luego frutos, etc., hasta convertirse en el árbol más grande y hermoso que había visto Mandy en su vida, y tan solo se había formado en cinco segundos.
-Me encanta la magia…-Dijo Sora mirando el gran árbol.
Kiara sonrió contenta… Su trabajo era perfecto.


-Te dije que podía hacerlo…-Dijo sonriendo a Mandy.


Más tarde Kiara consiguió una medicina para Goofy que este se tomó. Todos empezaron a rasgar el árbol de Kiara, solo por las primeras capas muertas para no hacerle daño al pobre árbol, y así consiguiendo leña para alimentar el fuego.

-¡Hoy tendremos hasta postre!-Dijo Donald mientras echaba un gran cargamento de leña al fuego.
- ¿Y eso?-Replicó Mandy. Sora señaló a la parte alta del árbol, había muchísima fruta-..Ah claro ya entiendo…
Eudon volvió tras volar un poco lejos de la montaña, se posó en el hombro de su ama.  Mandy miró a Eduardo, estaba pensativo, sentado, mirando la nada.
-¿Ocurre algo?-Dijo Kiara mientras se vendaba la mano, subiendo la montaña se había hecho un rasguño.
- Es…Que siento que algo no va a ir bien…-Dijo Eduardo.
- Edu estamos bien, yo creo que dentro de dos días más podremos salir de aquí y llegar a la cima. –Dijo Mandy.
-Sí, dos días…Eso es lo que dijiste en el último claro y llevamos una semana subiendo la maldita montaña esta…-Dijo Eduardo.
- No sé si podremos aguantar mucho más Mandy-Dijo Sora preocupado.
-Yo doy toda la cura que puedo pero empiezo a estar cansado y necesito reponer magia-Dijo Donald.
-Además no creo que estemos en condiciones de luchar-Dijo Eduardo poniéndose de pie-... ¿Si viene un sincorazon que hacemos?
-¡A ver!-Chilló Mandy-..Tranquilizaos chicos, si tenemos esta energía negativa, claro que no conseguiremos llegar…Somos los elegidos, somos fuertes.
- Mandy, cada vez nos vamos acercando mas a la oscuridad, y eso nos afecta a todos negativamente, Colmillo cada día esta mas arisco, Lucky no se encuentra cómoda, y Eudon pierde vista de vez en cuando, y sé que no sólo tienen ese tipo de problemas las mascotas, si no tu…Aunque no nos lo has dicho a ninguno se que estas más débil cada día…Lo veo en tu carma…-Dijo Kiara.
-¡Kia estoy bien!-Dijo Mandy malhumorada y poniéndose de pie.
-Mandy, soy una maga, no intentes engañarme…
-¡Basta se acabó la discusión! ¡Todo el mundo a preparar la cena!-Dijo Mandy y se fue hasta una roca más lejos a sentarse.


La noche permaneció muy oscura, con una neblina impresionante…Eduardo no podía dormir, empezaba a notar que lo que le había advertido su maestro era verdad, Colmillo a cada rato venía con miedo y le decía a Eduardo, que en la montaña había muchos sincorazon muy poderosos en su interior. Estaba de nuevo sentado, mirando la nada.


Kiara,  también un poco molesta después de la media discusión que tuvo con Mandy se levantó entre todos los demás que estaban dormidos, o al menos eso creía. Alejó un poco a su gata para levantarse, y una vez lo hizo una mano la agarró fuertemente de la muñeca.
-¿A dónde vas?-Era Sora.
-¿Tu tampoco puedes dormir?-Le dijo Kiara. Sora negó con la cabeza- Únete al club de los que tienen insomnio –Dijo Kiara sonriente. Sora también sonrió. Luego se levantaron y despacio entre los ronquidos de Donald y Goofy, fueron hasta donde estaba Eduardo para sentarse a su lado. Este se sobresaltó.
-Vaya que sorpresa-Dijo bajo.
- No podemos dormir...-Dijo Sora.
-Ya veo, estamos todos igual…-Dijo Eduardo-…No creo que aguantemos más.
- Edu no debemos ser negativos ya oíste a Mandy…-Dijo Kiara. Eduardo se echó las manos a la cabeza, como si estuviera harto de pensar.
- Es que,…No se lo he dicho a nadie, pero hace una semana, cuando aun no habíamos empezado a escalar contacte con mi maestro y me dijo que la montaña era muy difícil…
-¿Difícil?-Preguntaron Kiara y Sora a la vez. Eduardo les contó toda la conversación  con el maestro, entonces el rostro de los chicos cambio.
-¿Has desobedecido a tu maestro?-Dijo Kiara, para ella, que era maga, era como una falta de respeto hacia sus superiores.
-Kiara, tú no lo entiendes, no os dije nada porque Mandy es al líder, no voy a desobedecerla.
-Si sabías que esta montaña era peligrosa deberías habérselo dicho a Mandy...-Dijo Kiara.
- Ya es demasiado tarde…-Dijo Eduardo tristemente.
-Bueno,…-Dijo Sora mientras se ponía de pie-…Nunca es tarde para nada...-Sonrió con su sonrisa casual, una brisa de viento vino hasta los chicos y les revoloteó el pelo-…Creo que deberíamos dormir...
-Si vamos…-Dijo Kiara-Mañana se lo comentaremos a Mandy.

A la mañana siguiente hubo un día nublado horrible, no se veía el sol, y el olor a azufre era más fuerte.  Los chicos comenzaron preparando el desayuno y volviendo a guardar todo para seguir escalando.
En el desayuno Kiara, Sora y Edu comentaron lo de anoche con Mandy. Esta escupió el trozo de manzana que tenía en la boca en ese momento.
-¿¡QUÉ!?-Dijo.
- Mandy, Edu no quería decírtelo porque no quería desobedecerte. –Dijo Kiara.
-¡Genial! ¡Y  me lo vienes a decir ahora! ¡Estando a la mitad de la montaña!-Dijo Mandy.
- Mandy lo siento…-Dijo Eduardo con la cabeza gacha- Lo siento…
Mandy se quedó mirándolo seriamente durante un minuto.
-          Está bien…Pero ya no se puede hacer nada...Hay que seguir hacia arriba…De todas formas estad todos alerta.-Dijo Mandy.



Cuando todos comenzaron de nuevo la escalada, Kiara fue rápidamente al árbol y lo empequeñeció como si fuera del tamaño de una uva, luego lo guardó en un bolsillo.
-En la próxima parada que hagamos nos hará falta-Sonrió.


La escalada de aquel día fue muy diferente a todos los demás…Esta vez debían pasar la neblina que ocultaba la montaña, la neblina que la hacía infinita…
-¡Ese será nuestro reto de hoy!-Dijo Mandy chillando a todos que estaban debajo de ella, ya que iba a la cabeza.
-¡¡ ¿QUÉ?!! ¡¡ ¿ESTAS LOCA?!! ¡NO PODEMOS LLEGAR AHÍ!-Dijo Sora.
-¡Sí podemos!-Gritó Mandy.

Juntos, con mucho sudor y empeño, se esforzaron todo el día escalando, sin perder ni un segundo, estuvieron a punto de caerse un par de veces, pero seguían sin temor.

-Mandy…. ¿Queda mucho?-Gritó Donald.
-¡No lo sé!-Dijo Mandy mientras seguía escalando.
Goofy, sin más aliento y ya cansado, se quitó el sudor de la frente con la muñeca y de repente miró hacia arriba, su cara cambio a una de felicidad, como si no estuviera cansado.
-¡Mirad!-Gritó.
Mandy que se encontraba en la cabeza miró hacia arriba, la niebla estaba demasiado cerca de ellos, Mandy casi la sentía. Llamó con un silbido a Eudon, este acudió a su llamada.
-          “Alas de ángel, Ojos de corazón, vete y busca un sitio con buen respaldón”-Dijo Mandy a Eudon. El búho enseguida hizo un silbido a lo águila y se metió entre la penumbra. Unos cinco minutos después volvió sano y salvo. Voló hasta su ama y le comunicó las noticias.
-          ¡CHICOS!-Gritó Mandy alegre- ¡EDUON ME ACABA DE DECIR QUE DETRÁS DE LA NIEBLA HAY UN CLARO ENORME DE TIERRA CON UNA CUEVA SUPER COMODA DONDE PODER DESCANSAR! ¡SUBAMOS YA!

Todos subieron como almas que llevaba el diablo, y era cierto, un claro enorme lleno de tierra húmeda se hallaba antes ellos con una cueva…Pero parecía tenebrosa, Eudon se ofreció para investigarla pero Kiara detuvo a Eudon en el aire:
-¡No, Eudon! Presiento…algo malo…
El pájaro se quedó allí entre sus brazos.

Kiara volvió a plantar el gran árbol haciéndolo de nuevo grande y hermoso, luego empezaron a acampar.
-No entiendo porque esta tierra del suelo es húmeda…-Dijo Sora tocándola.
- Yo tampoco…-Dijo Donald. De repente empezó a llover muchísimo, pero tanto que ninguno pudo moverse del asombro- Ahí está la respuesta…-Dijo Donald.

-¡Vamos a la cueva!-Dijo Sora.
-¡No! –Dijo Kiara-..¡Hay peligro! ¡Dormiremos debajo del árbol!

Y así lo hicieron. Durante toda la noche estuvo lloviendo, y ninguno de ellos pudo dormir. Se quedaron un par de días más en el claro, era acogedor y aparte necesitaban reponer fuerzas, no tenían muchas ganas de irse.
 Durante esos días nevó, llovió hubo de todo, y no pudieron entrar a la gran cueva que les ofrecía la naturaleza por culpa de Kiara, que les advertía de algo maligno.
Durante una de las noches Mandy explotó:
-¡Kiara estoy harta! ¡Nos hemos tenido que tragar, la nieve, la lluvia y etc.!  ¡Porque tú dices que hay algo ahí malo! Sinceramente estoy harta, y cansada…

Todos se fueron a dormir y una vez que todos estuvieron dormidos Mandy mandó a Eudon a investigar la cueva, Kiara se despertó sintiendo que algo malo iba a pasar…Fue guiada pos su instinto a los pies del árbol y allí empezó a escavar…Llamó rápido a Colmillo para que escavara con ella…Este acudió a la llamada, empezaron a escavar.
-¿Qué haces Kia?-Dijo Edu dormido viendo como escavaban.
Kiara tocó algo duro con las manos pero no veía que era, siguió escavando hasta que de repente Colmillo empezó a ladrar….Todos se despertaron.
-¿Pero qué pasa?-Dijo Donald malhumorado.
Kiara levantó lentamente lo que había desenterrado con una cara de horror…Era una calavera de un esqueleto humano.  Sora echo las manos a la tierra y empezó a escavar, encontró una muñeca esquelética…Todos empezaron a excavar…Había esqueletos bajo ellos, por todos lados.
-          Esto…Quiere decir…-Dijo Sora mientras miraba a la cueva.
-          Mandy…-Dijo Kiara traumatizada-… ¿Dónde está Eudon?...
Mandy miró al interior de la cueva, y una luz reflectante salió de ella, le empezó de nuevo a arder el pecho y se retorció chillando en el suelo. Gritaba, gritaba…
Eudon salió de repente de la cueva como alma que lleva el diablo y detrás del…El sincorazon más grande que había visto Eduardo, Sora y Kiara en su vida…Su cara era deformada y tenía el cuerpo lleno de magulladuras, y estiércol, era horrible...
Mandy dejó de retorcerse y llamó a la llave espada.

Comenzó la lucha, todos atacaron por distintos sitios, Mandy dio un golpetazo en la pierna del sincorazon  partiéndola a la mitad pero esta se regeneró, Edu atacó a la cabeza junto a Colmillo, mientras que Kiara se dedicó  a mandarle potentes ataques de magia, Donald, Sora y Goofy por otros factores del mounstro. Aunque, siempre que conseguían partirle algo, este se regeneraba.
-¡Es imposible!-Dijo Sora. De repente el mounstro rió, junto las manos y de ellas empezó a salir una burbuja morada que desprendía chispas. Todos empezaron a sentirse muy cansados.
-No tengo fuerzas…-Dijo Donald.
-No puedo más…-Dijo Goofy.
-¿Qué…que nos pasa?-Dijo Sora cayéndose al suelo.
-Es el mounstro absorbe nuestra energía…-Dijo Kiara cayendo al suelo también.
- Dios… ¿Por qué?-Dijo Mandy cayendo.  El mounstro se acercó levemente a todos y se quedó mirando pensativamente a ver a quien devoraría primero. Cogió a Donald.
- Donald…-Dijo Sora débilmente en el suelo.
-Da igual chicos esto es el fin…-Dijo Donald.
El mounstro abrió su boca para devorarlo, era el fin de Donald.

Pero de repente una llave espada salió de la nada golpeando al mounstro y dejando caer a Donald al suelo. El mounstro se giró malhumorado.
-¿Qué te creías machote? ¿Qué nos afectó a todos?-Dijo Eduardo metido con Colmillo en una especie de burbuja brillante de fuego.
-Edu….-Dijo Mandy débilmente desde el suelo.
-..Ahora… ¡Lucha conmigo!-Gritó Eduardo al mounstro.
El mounstro se tiró encima de Eduardo pero este saltó sobre su cabeza y empezó a clavarle la llave espada por todos lados, el mounstro rugió de horror. Luego se dedico a lanzarle ataques mágicos de fuego que lo fueron hiriendo. Colmillo le mordía por doquier.
De repente el mounstro cogió con las dos manos a Edu y lo lanzó contra unas rocas que lo dejaron en el suelo del impacto, luego el mounstro cogió a Colmillo y también lo lanzó dejándolo inconsciente, estaba fuera de combate. El mounstro se acercó a Edu. Edu levantó la cabeza.
-Edu….déjalo….No, no lo vamos a conseguir…-Dijo Mandy desde el suelo-..Es verdad Sora tenías razón…-Dijo virando la cabeza en el suelo hacia Sora-…No lo vamos a conseguir, esto es imposible….
-No….-Dijo Edu en el suelo. Se levantó temblando agarrándose las costillas que estaban rotas, se retorcía de dolor, llamó a su llave y con ella en la mano dio un paso.
- Perdonadme, todos….Ha sido culpa mía…Edu...-Dijo Mandy-…Esto no tiene sentido… ¿Vivir? ¿Por qué?... ¿PARA QUÉ?
-¡Mandy!-Gritó de repente Edu-¡NO VOY A DEJAROS MORIR A NADIE!-De repente de Edu empezó a emanar una luz muy brillante que se mezcló con el fuego. Edu dio un par de vueltas con su llave espada y Colmillo despertó yendo con su amo. Edu cogió la llave espada con las dos manos y Colmillo la agarró con la boca, como si la mordiera.
-¿Estás listo Colmillo?-Dijo Eduardo-Es la hora. Colmillo asintió con la cabeza y la luz se hizo más fuerte. El mounstro retrocedió. 
Todos se quedaron mirando, Eduardo y Colmillo desaparecieron con la espada en un haz de luz…Luego de repente una explosión…Y cuando todos miraron se encontraron al espadachín más asombroso del mundo…Colmillo y Eduardo, se habían fusionado…
Edu vestía con una gran capa roja y una artillería metálica impresionante con el escudo del espadachín, la llave espada se había hecho más grande y más poderosa, Edu llevaba un casco, y el resto era todo un traje metálico rojo.

-Ahora morirás….-Le dijo al mounstro levantando su grandiosa llave espada-“GARDIAM ELEATOR”-Dijo chillando con la llave espada en alto, de repente la alzó contra el mounstro y una luz de fuego que se convirtió en un dragón atravesó al mounstro, matándolo para siempre.
Luego otra luz que hizo que todos se desmayaran…Una burbuja gigante en el aire bajo lentamente a Eduardo y Colmillo cayendo suavemente sobre el claro junto a sus compañeros. De repente muchos sincorazon pequeños comenzaron a subir por la montaña, Eduardo los escuchó. Miró a Colmillo que estaba demasiado débil a su lado, sus demás compañeros estaban inconscientes.
-Bueno amigo,  hemos hecho todo lo que hemos podido…-Dijo a Colmillo mientras lo acariciaba. El perro se acercó más a él…Eduardo lo abrazó dulcemente- Te quiero Colmillo...-Dijo llorando, Eduardo sabía que era el fin…Colmillo pasó una pata por encima de su amo…y juntos cerraron los ojos…
Mandy durmiendo apretaba a Eudon contra sí y Kiara tenía Lucky debajo de ella…No sabían cómo pero aun inconscientes debían proteger a sus mascotas.
Eduardo tardó en entrar más en el sueño profundo…Pero Colmillo ya dormía cuando Eduardo vio subir a los sincorazon hasta el claro rondenadolos, eran más de 100. Eduardo cogió su llave espada, quería morir como un caballero. Se la acercó al pecho, y cerró los ojos pensado:
“La muerte será menos dolorosa con mi gran compañera de lucha, y además descansaré en paz con mi mejor amigo, y sobretodo durmiendo”. Esta vez sí que Eduardo calló en el sueño profundo.

Lo que no sabían nuestros elegidos es que unas grandes alas de esperanza se acercaban a esa montaña dándoles otra oportunidad…A la vida. 

Y hasta aquí otro de los capítulos del fanfiction de Kingdom Hearts. Espero que lo hayáis disfrutado, y a ver si me animo otro día a publicar lo que queda. Ya veremos, jejeje xD.

PD: Ya he empezado a escribir el siguiente capítulo de FF: MP, pero todavía me queda muuuuuuuuucho por escribir (sin exagerar). Y es que un combate (resulta obvio y lógico que ahora toca luchar) no se desarrolla en una sola tarde, requiere de muchas horas de dedicación e imaginación. Prefiero no desvelar más para dejaros con la intriga, tan sólo puedo deciros que la batalla no ha hecho más que empezar y que estoy tratando de esforzarme para que sea épica.

En los próximos días anunciaré el título de este esperado nuevo capítulo. ¡Estad atentos, bloggers! :D

sábado, 23 de marzo de 2013

Capítulo 39: El renacer de Valor Alado


Capítulo XXXIX
EL RENACER DE VALOR ALADO
Gracias a la habilidad de Ray, consiguieron teletransportarse directamente a través de un agujero oscuro y dejar atrás el bosque de la muerte. Sin embargo, el lugar al que fueron a parar no era el que todos esperaban. Se encontraban en la parte exterior de una gigantesca nave industrial, a las afueras de la ciudad:
- ¿Dónde estamos?- preguntó Jack, confuso y perplejo.
El perro miró con desconfianza a Ray, y pensó que el reciente miembro del grupo los estaba llevando al enemigo, hacia una emboscada. Era normal que sospechara de él, pues se acababa de unir a ellos y todavía podría estar siendo un espía de la organización Muerte:
- Espero que esto no sea una trampa de tu parte- amenazó Rex seriamente- si intentas algo contra nosotros, no dudaré en lanzarme sobre ti y morderte el cuello con todas mis fuerzas.
- Piensa lo que quieras- le respondió Ray de la misma forma, con ese tono de indiferencia que tanto molestaba al can- me trae sin cuidado lo que creas o no, yo simplemente actúo para salvar este mundo y arruinar los planes de mi padre.
- ¿Entonces por qué nos has traído aquí?- intervino Alana, mirando el complejo que tenían justo al lado- esto no se parece en nada a una iglesia, ni mucho menos un sitio para celebrar una boda.

Ray suspiró. No tenía más opción que explicar en qué consistía su plan. Tras unos segundos de silencio, empezó a hablar tranquilamente diciendo:
- Estamos en las afueras de Vildenor, lejos del pleno centro urbano de la ciudad, por una razón…
- Dínosla, anda- dijo Jack, serio y sin vacilaciones- ¿por qué no hemos ido directamente al lugar exacto de los hechos?
- Porque Alejandro habría detectado mi presencia a través de mi aura, y seguramente nos tendería una emboscada.
El joven de rojo se quedó perplejo ante aquella respuesta:
- ¿Cómo dices?- preguntó Eduardo, confuso- explícanos, por favor.
Ray tardó un poco en responder. Buscaba la forma de explicar lo que quería decir, de manera que el resto del grupo lo entendiera. Iba a contar un secreto que nunca antes había salido de la organización de negro:
- Veréis…los miembros de la organización Muerte tenemos nuestro propio sistema de localización, para detectar a los demás miembros a través de la resonancia del aura que tiene cada uno…y que únicamente podemos sentirlo nosotros…- explicó el chico con gafas- cuanto más cerca se encuentre uno de otro, más fácil y preciso será localizarnos.
Razonando de esa forma, Rex llegó a una conclusión lógica:
- ¿Pero entonces eso significa que no podemos acercarnos a Alejandro teniéndote con nosotros?
- Tal y como estamos ahora, no- afirmó Ray, seguro de sus palabras- por eso os he traído aquí.
En ese momento todos alzaron la mirada a la gigantesca nave industrial que tenían al lado. Sea lo que sea lo que planeara el chico de negro, sin duda debía de estar en aquel complejo recinto:
- ¿Qué hay ahí dentro?- preguntó Cristal, sorprendida.
- Muy pronto lo sabréis- sonrió Ray, que luego hizo un gesto con la mano y dijo a los demás- ¡vamos, seguidme!

Todos corrieron en silencio detrás del joven con gafas, rodeando la nave industrial hasta llegar a una esquina que daba a la parte frontal de la misma. Se detuvieron en seco de repente y, asomando ligeramente la cabeza por una esquina, observaron el panorama como reconocimiento del terreno.
En la entrada solo habían dos guardias custodiando la gran puerta principal que daba acceso al interior del recinto:
- Esto es demasiado fácil…- sonrió Jack.
Y tenía razón. Los superaban en número, y aparentemente no parecían muy fuertes. Cualquiera de ellos podría ir i dejarlos fuera de combate sin muchos problemas. Sin embargo, antes de que nadie se lanzara al ataque, Cristal avisó al resto de sus compañeros:
- Esperad, yo me encargo- dijo, con una sonrisa pícara y burlona.
Sacó una moneda del bolsillo y la lanzó de forma que cayera justo a los pies de los guardias. Acto seguido hizo una impresionante demostración de su velocidad, desapareciendo en un abrir y cerrar de ojos a la vista de los demás. Tan solo una rápida ráfaga de aire fue el único rastro que dejó de su movimiento.

Uno de los guardias se fijó en el objeto recién caído, se agachó a recogerlo y se sorprendió gratamente. Sonrió diciéndole al otro:
- ¡Eh tío, mira esto!- exclamó con una sonrisa- ¡es una moneda, hoy debe ser mi día de suerte!
Sin embargo, la sonrisa se le borró de la cara en el mismo momento en que ambos notaron una nueva presencia. Al darse la vuelta se encontraron a la chica con coletas, que apareció de repente como una sombra silenciosa, y sonriendo pícaramente:
- ¿¡Pero qué…!?- exclamó uno de los guardias, sorprendido y perplejo.
Fue lo último que dijo antes de que la princesa les propinara rápidamente un puñetazo en la cara a los dos y los tumbara en el suelo, inconscientes.
Una vez pasado el peligro, Cristal avisó al resto de sus compañeros para que se acercaran. Se sorprendieron entonces con la poca seguridad que tenía aquel lugar y que, al parecer, lo que había dentro del complejo recinto no debía de ser muy importante para el dueño.
Corrieron hasta la entrada donde aguardaba la ladrona, con las llaves en la mano:
- Ha sido fácil- comentó Cristal, como si aquello fuera un juego de niños.
Sin embargo, el chico de negro aún no parecía seguro. Miró a ambos lados rápidamente y luego dirigió la vista a la puerta:
- Adelante, entremos- dijo Ray, sin perder el tiempo- puede que todavía queden guardias por los alrededores.
El resto del grupo asintió con la cabeza y Cristal abrió la gran puerta con las llaves del centinela. Todos cruzaron el umbral de la entrada y se internaron de lleno en las profundas entrañas de la nave industrial.

La oscuridad inundaba todo el lugar, a pesar de que fuera yacía el sol. La poca claridad que se colaba en el interior del edificio a través de las ventanas del techo delataba una gigantesca sombra que se alzaba muy por encima de sus cabezas, y que se trataba de algo oculto en la nave industrial muy grande.
Enseguida Ray accionó un interruptor cercano y la luz de cientos de bombillas devoraron en cuestión de segundos la oscuridad del lugar, dejando al descubierto lo que antes se ocultaba.
Todos se quedaron con la boca abierta al levantar las miradas muy por encima de sus cabezas y contemplar una colosal aeronave futurística, que superaba en tamaño y volumen a un gran avión de transporte de pasajeros de La Tierra. Al ver la enorme cúpula de cristal frontal, los alerones y las grandes hélices, el grupo recordó cada uno de los detalles de aquella impresionante nave.
Completamente pálidos y atónitos, en ese momento recordaron con total claridad de quién era ese colosal vehículo volador:
- ¿¡Ésta…ésta no es…la aeronave de Alejandro!?- exclamó Jack, muy sorprendido- ¿¡La que se nos apareció en el desierto y nos llevó hasta Vildenor!?
- La misma- respondió Ray- cuando luché contra vosotros aquel día en el desierto, el combate estaba previamente organizado para que mi padre acudiera en el último momento y fingiera que os salvaba la vida…gracias a Ifrit.

Eduardo recordó entonces la batalla contra el chico de negro en el desierto, y de cómo apareció Alejandro justo antes de morir. Gracias a la increíble fuerza del G.F. Ifrit, logró abatir sin problemas a Ray, después de que éste los dejará prácticamente debilitados. Fue en ese momento cuando entendió por qué el mago legendario dejó con vida al joven de negro: porque todo formaba parte del plan. Consiguió lo que quería: ganarse la confianza del grupo.

Ray los veía a todos muy asombrados, y les dijo un poco más lejos, mientras caminaba hacia el medio de transporte:
- ¿Vais a quedaros ahí parados con la boca abierta más tiempo o voy yo sólo?
- ¿¡Va…vamos a pilotar esto!?- preguntó Alana, eufórica y con una tremenda sonrisa que no podía ocultar.
- ¿Se te ocurre otro método de transporte para llegar más rápido?- le respondió el chico de negro, que luego hizo un gesto con la mano diciendo- ¡rápido, subamos!
Al parecer el joven con gafas ya había montado antes en aquella nave, ya que no dudó ni un instante cuando se acercó a un lateral que servía de apoyo, hizo aparecer con un botón un monitor oculto, e introdujo correctamente la clave secreta en apenas cinco segundos.
Tal y como ocurrió la otra vez con Alejandro, una gran rampa descendió de un lateral de la nave, que conectó con el suelo y permitía el acceso a la misma. Subieron rápidamente por ella y se adentraron en el interior de la nave, mientras la rampa subía de nuevo y la entrada se cerraba tras ellos.

Recorrieron los varios pasillos y escaleras que encontraban a su paso, con Ray encabezando la marcha. Pasaron frente a la sala de reuniones, la cocina, la pequeña biblioteca y el pasillo de las habitaciones, y cada vez más recuerdos de aquel día que pasaron en la nave saltaban de repente a su memoria. Sin duda ésa era la aeronave en la que viajaron hacia Vildenor, y en la que pasaron la noche bajo el cobijo del mago oscuro Alejandro.
Sin embargo, en aquel vehículo gigante faltaba algo muy importante: los moguris. Esos pequeños seres con alas, enorme cabeza y un esponjoso pompón rojo por encima de ésta. Todos recordaron que estas adorables criaturas eran siervos del mago legendario, que habitaban en la nave y se encargaban de limpiarla y pilotarla.

Eduardo no dejaba de preguntarse dónde estarían los pequeños seres, hasta que por fin llegaron a la sala de mandos de la nave. Allí descubrieron, sorprendidos, que los moguris estaban revisando los puestos de control, asegurándose de que todo estuviera en orden.
Las criaturas con alas se sorprendieron de la misma manera, al verlos allí de improviso y sin previo aviso:
- ¿¡Príncipe Ray, kupó!?- preguntó un moguri- ¿¡Qué hacéis aquí, kupó!?
El chico de negro caminó directamente hacia el puesto de mando central, y accionó el botón de inicio del sistema. Los seres con pompón se preocuparon mucho al ver lo que hacía el joven:
- ¿¡Pero qué hacéis, kupó!?- exclamó otro moguri, perplejo- ¡¡Su majestad Alejandro no nos ha ordenado mover la nave, kupó!!
- A partir de ahora me obedeceréis a mí- respondió Ray, mientras movía sus dedos por el teclado de mando, a una velocidad increíble- y necesito llevarme la nave, por extrema emergencia.
- ¿¡Qué!? ¡¡Ni hablar, kupó!!- dijo el que parecía ser el jefe- ¡¡exigimos una explicación a esta situación, kupó!!- y añadió, mirando al resto del grupo- ¡¡la nave no se moverá llevando intrusos dentro, kupó!!
Por lo general los moguris solían ser leales a quiénes servían, y el chico de negro sabía que aquello pasaría. Sin embargo, no tenían tiempo de explicarles la situación. Seguro que alguien ya había visto a los guardias inconscientes de fuera, y que era cuestión de segundos que saltara la voz de alarma.
Ray adquirió entonces una expresión de enfado, se dirigió a los moguris y les amenazó seriamente, mintiendo:
- Mi padre me ha enviado expresamente aquí para llevarle la nave, y como se entere de que os oponéis a su voluntad, os aseguro que lo vais a pasar muy mal.
Las criaturas aladas sintieron de repente un profundo miedo al imaginar a su amo enfadado, que a juzgar por sus rostros aterrados intuyeron que sí conocían su lado oscuro, y Ray se aprovechó de eso para decir:
- Ahora la nave la pilotamos nosotros. Id a encargaros del resto del trabajo y no molestéis.
- ¡¡A…a sus órdenes, kupó!!- exclamó el moguri jefe, tieso como un palo.
En ese momento los moguris echaron a volar, presos del pánico, y salieron a toda velocidad de la sala de mandos, dispuestos a realizar los quehaceres del resto de la nave.

Una vez asegurada la sala de mandos y tomado el control total de la nave, ya podían manejarla sin problemas. El chico de negro volvió la vista al teclado que había dejado pendiente, y siguió activando el inicio del sistema.
Los demás miembros del grupo caminaron a sus anchas por la estancia, mirando cada panel de los ordenadores y la enorme cúpula de cristal que tenían ante ellos:
- Ya me acuerdo, no hay duda de que pertenece a Alejandro- afirmó Rex, olisqueando con su olfato canino- su olor está por todas partes.
- Y pensar que ahora la tenemos nosotros…- dijo Eduardo, sorprendido- se me hace raro…
En ese momento se sorprendieron al ver, a través de la cúpula frontal de la nave, cómo el techo del recinto industrial se abría y dejaba el cielo azul al descubierto. Los rayos del sol iluminaron con su fuerza todo el interio del complejo y la increíble aeronave, que brillaba por sus placas metálicas de acero puro. La libertad estaba justo por encima de sus cabezas:
- Siento daros una mala noticia…- declaró el chico de negro, que de repente se detuvo frente al puesto de control, como si no supiera dar el siguiente paso- aunque me padre me enseñó un poco a manejar este bicho grande, la verdad es que ya no me acuerdo de nada.
La pelirroja intervino en ese momento, con una expresión tan decidida y una sonrisa tan segura de sí misma que sorprendió a sus amigos:
- En ese caso, dejádmelo a mí.
- ¿Estás segura?- preguntó Rex.
- ¡Pero bueno! ¿Es que acaso no me conoces?- exclamó Alana, con una sonrisa firme y decidida- ¡cuando se trata de maquinaria, motores y hélices no hay aeronave que se me resista!
- Pues será mejor que te des prisa…- comentó Ray- porque los guardias del recinto no tardarán en…

En ese momento no terminó de hablar porque de repente comenzó a sonar una alarma de emergencia, que sorprendió a todos. Las luces de la recinto industrial pasaron a brillar intermitentemente en rojo, y el estridente sonido de la alarma resonaba en todos y cada uno de los rincones del lugar, estremeciendo de los nervios a todos los miembros del grupo:
- ¡¡Mierda, nos han descubierto!!- exclamó Jack.
Ray se dirigió a la piloto y le dijo sin vacilar:
- ¡¡Pon en marcha este trasto y larguémonos de aquí, rápido!!
- ¡¡A la orden!!- asintió Alana con la cabeza.
La pelirroja tomó asiento rápidamente en el puesto de mandos y observó con total atención el complejo sistema operativo de la nave. Eduardo y los demás se quedaron atónitos y con la boca abierta al ver cómo, en cuestión de aproximadamente diez segundos, Alana descubrió enseguida el manejo y control del vehículo gigante.
Empezó a mover sus brazos y manos a tal velocidad por todo el puesto de mandos que el resto del grupo perdió al instante los pasos necesarios para poner en funcionamiento la aeronave. Por unos instantes todos sonrieron al sentir cómo el motor y las hélices se ponían en marcha, y la sensación de ascender del suelo parecía indicar que todo iba sobre ruedas.

Sin embargo, un freno brusco de repente sacudió toda la nave, que hizo caer del temblor a todos, tras perder el equilibrio. Se levantaron rápidamente de nuevo, mientras Eduardo exclamaba:
- ¿¡Pero qué pasa!? ¿¡Por qué no subimos!?
El grupo entero notaba que la nave permanecía parada, a pesar de que los motores insistían en subir: parecía como si estuviera atada. Y, en efecto, cuando Jack se asomó y miró por la gran cúpula de cristal, por fin entendió la situación.
Cuatro enormes y anchas cuerdas de gran envergadura sujetaban desde las cuatro esquinas de las paredes la aeronave, y la impedían salir a flote a la libertad. Pero lo peor de todo eran los refuerzos enemigos.
Más de un centenar de guardias con los mismos uniformes que los de la entrada se encontraban abajo, esperándolos en el vestíbulo del recinto. Además iban armados. En la parte superior, varios grupos de docenas de centinelas tiraban de las enormes cuerdas resistentes que inmovilizaban la nave, y la obligaban a descender mientras la sujetaban con fuerza:
- ¡¡Oh no, son más guardias de los de antes!!- exclamó el mago- ¡¡y parece que no nos van a dejar ir tan fácilmente!!

Fue entonces cuando se oyó una potente voz amplificada, procedente de un megáfono desde abajo:
- ¡¡A los intrusos que se encuentran en la nave, devolvedla ahora mismo a su sitio y salid con las manos en alto. De esa forma nadie saldrá herido!!
El grupo entero se quedó en silencio, sorprendido con las manos en la masa. En aquella situación eran claramente los ladrones criminales. En ese momento Eduardo supo lo que era sentirse como la había hecho Cristal durante meses, con la diferencia de que a ella nunca la pillaban y robaba con arte y estilo:
- ¡¡A los intrusos que se encuentran en la nave, devolvedla ahora mismo a su sitio y salid con las manos en alto!!- repitió la voz del megáfono- ¡¡De esa forma nadie saldrá herido!!

Ya dentro de la aeronave, todas las miradas se dirigieron automáticamente al chico de rojo. Rex preguntó, en nombre de todos sus compañeros que se formulaban la misma pregunta en la cabeza:
- ¿Qué hacemos, Eduardo?
El joven se quedó un rato pensativo. Bajó la cabeza y ocultó su rostro, durante el cual se quedó unos segundos en silencio, mientras meditaba. El resto de sus amigos lo miraron cuando finalmente Eduardo apretó los puños, y con la mirada seria levantó la cabeza diciendo:
- Esta es la única oportunidad que tenemos de salvar a Erika, y desde luego no voy a abandonar ahora.
Hizo aparecer mágicamente la llave espada en su mano mientras decía:
- Van listos si creen que nos rendimos así de fácil.
Entonces se giró y le dijo a la piloto, seriamente y sin vacilar:
- ¡¡Alana, tú quédate aquí y sigue conduciendo la nave hacia arriba…no pares en ningún momento!!
- ¡¡Entendido!!- afirmó la pelirroja.
Y dirigiéndose al resto de sus compañeros, les comunicó de la misma manera:
- ¡¡Los demás saldremos fuera y cortaremos las cuerdas!!- indicó el joven, alto y claro- ¡¡y si hace falta, nos libraremos de los que intenten detenernos!!
Alana volvió la vista y les dijo firme y decididamente:
- ¡¡A por ellos, chicos, que se note que somos un equipo!!
Eduardo la miró y sonrió a su vez, antes de dar media vuelta. Luego corrió y desapareció por la puerta, seguido de los demás con las armas en las manos. Mientras corrían por los pasillos de la nave, Eduardo ordenó a los demás diciendo:
- ¡¡Dispersaos y cortad las cuerdas, rápido!!
A partir de ese momento cada uno se separó y tomó una ruta distinta en el interior del gigantesco medio de transporte. A pesar de los esfuerzos de Alana por tratar de levantar el vuelo, las gruesas cuerdas que sujetaban el vehículo, la enorme maquinaria pesada que las atraían hacia abajo y las decenas de guardias que aportaban su fuerza en la causa, estaban consiguiendo todo lo contrario: el descenso de la nave hacia el suelo.
Tenían poco tiempo antes de que la base de la aeronave tocara el suelo y se llenara de guardias. Sabían que si estos conseguían entrar, ya no podrían huir nunca.

En el exterior, situados en el pasillo de los niveles superiores, se encontraban los cuatro grandes grupos de guardias, sujetando y tirando con fuerza de las gruesas cuerdas que ataban la nave al interior del recinto. El que parecía ser el capitán que lideraba a un grupo gritaba, enfadado:
- ¡¡Tirad, malditos enclenques…no podemos permitir que escapen!!
En un momento dado apareció Cristal de repente, posada en el filo de la cuerda y manteniendo el equilibrio con la seguridad y la elegancia de una acróbata. Llevaba en la mano su estrella ninja, con la que rápidamente comenzó a serruchar la cuerda, tratando de cortarla. El capitán fue el primero en darse cuenta de su presencia, y enseguida ordenó a sus soldados:
- ¡¡Disparad, abrid fuego a la intrusa!!
Dos centinelas del grupo dejaron sus puestos, desenfundaron sus pistolas y empezaron a disparar contra Cristal, que levantó la vista a ellos sintiendo el peligro, sorprendida. Antes de apretar el gatillo, la princesa dio varios saltos mortales hacia atrás, esquivando las balas con facilidad y moviéndose por la cuerda con maestría, sin caerse de la misma.
Algunas de las balas disparadas alcanzaron la cuerda y la debilitaron tanto que, cuando se les acabó la poca munición que tenían, Cristal la cortó con su arma sin apenas esfuerzo. Con una sonrisa burlona, la chica se colgó por ella y alejó de sus enemigos mientras se despedía diciendo:
- ¡¡Gracias chicos, me habéis ahorrado el trabajo!!
Con su increíble agilidad de ladrona llegó hasta la superficie de la aeronave, y a través de la cuerda logró trepar rápidamente y colarse por una ventana abierta de la misma. Ya habían cortado una de las cuatro cuerdas que amarraban la nave, y quedaban tres más.

En otra parte superior del recinto industrial, Jack y Rex se enfrentaban a una veintena de guardias. Llevaban ya un rato esquivando los golpes que les venían encima, mientras contraatacaban y dejaban a algunos fuera de combate. Estaban rodeados y no tenían salida.
Llegó un momento en que sus enemigos dispararon contra ellos, y antes de que apretaran el gatillo, el mago conjuró un hechizo mágico de protección que los envolvió a los dos a su alrededor. La dura barrera mágica bloqueó e hizo rebotar las balas trescientos sesenta grados desde su posición, que alcanzaron a algunos guardias. Pasado el peligro, ambos intercambiaron una sonrisa de complicidad:
- ¿Estás listo?- preguntó Jack.
- Sí- respondió el perro.
En ese momento los dos realizaron al mismo tiempo una técnica mágica ofensiva, que dobló la potencia del hechizo elemental conjurado:
- ¡¡Aero+!!- gritaron los dos a la vez.
De la combinación de ambos ataques juntos se desató un gran tornado a su alrededor, cuyas violentas ráfagas hicieron volar por los aires a los enemigos y cayeron a la planta inferior del lugar, al vestíbulo.
Segundos después, con el terreno temporalmente despejado, el mago y el perro asintieron con la cabeza y volvieron a lanzar otro ataque mágico a la vez. En esta ocasión dos grandes bolas de fuego invocadas por el hechizo Piro quemaron y chamuscaron la segunda de las grandes cuerdas que retenían a la nave, que acabó partiéndose por sí sola:
- ¡Una menos!- sonrieron Jack y Rex decididamente.

La aeronave ganaba altura, ya que se habían cortado dos de las cuatro grandes cuerdas. La tercera le correspondía a Eduardo, que aún se enfrentaba a su grupo de guardias.
El chico llevaba ya un rato envuelto en el numeroso grupo de centinelas, bloqueando, esquivando los golpes y contraatacando rápidamente con la llave espada. Aquella situación desesperada, en la que no le dejaban ni un solo segundo de respiro, lo estresaba de tal manera que lo enfurecía.
Con gran parte de su fuerza, conjuró un hechizo ígneo que envolvió la cabeza de dragón rojo del arma en llamas, y arremetió con la llave espada en un poderoso ataque de área de trescientos sesenta grados, que golpeó y quemó a todos los guardias a la redonda.
Con los restantes supervivientes el chico se lanzó contra ellos y, mientras esquivaba sus ataques, los remató con un fuerte golpe de su arma a cada uno a su paso.
Cuando finalmente pasó el peligro y ya no quedaba nadie en pie, suspiró de alivio y dijo:
- Ya por fin puedo respirar tranquilo.
Caminó hasta la cuerda que le correspondía, y de un rápido y certero ataque con la llave espada la cortó sin mucha dificultad:
- ¡Ahí va la tercera!- sonrió Eduardo- ¡sólo queda una!

En ese momento la gigantesca nave rugió el motor y las hélices comenzaron a moverse mucho más deprisa que antes. Todos se dieron cuenta de lo que eso significaba:
- ¡¡La nave ya está casi lista!!- exclamó Rex.
- ¡¡Es el momento de irnos!!- afirmó Jack.
Todos los miembros del grupo que habían salido a cortar las cuerdas corrieron y se metieron de nuevo en la aeronave por la gran puerta principal, ahora abierta y preparada para la huida. Ya dentro se encontraban Cristal, Rex, Eduardo y Jack, con la puerta abierta y casi al borde de la entrada. El mago hizo un recuento de los miembros:
- ¿¡Quién falta!?
- ¡¡Ray!!- exclamó Cristal, que señaló diciendo- ¡¡Allí está!!

Los demás volvieron la vista al frente, sorprendidos. El chico de negro acababa de cortar la última cuerda con un ataque mágico y corría rápidamente hacia la puerta abierta de la aeronave, donde lo esperaban sus compañeros. Lo seguían una legión de guardias armados y lo peor de todo era que, al estar ya la nave sin ataduras, iba ganando rápidamente altura y velocidad.
Se estaba alejando de la plataforma superior, y con ello disminuían las probabilidades de que el joven con gafas se salvara:
- ¡¡No lo conseguirá!!- dijo Rex- ¡¡no le dará tiempo!!
- ¡¡Ray, deprisa, corre!!- gritaba Cristal.
Fueron auténticos segundos de profunda tensión e intriga, en los que eran muchos los que creían que Ray no se salvaría. El tiempo pareció detenerse en el mismo instante en que, justo al borde de la plataforma, el chico de negro saltó lo más alto que pudo al vacío.
Desgraciadamente su mano no alcanzó el bordillo de la puerta que tenía a varios centímetros por encima de sus dedos, y todos pensaron que aquel sería el final de su nuevo compañero:
- ¡¡Ray!!- gritó la princesa, asustada.

Justo cuanto todo parecía perdido, el joven de rojo se tiró al suelo rápidamente, al borde del abismo, y la mano de Eduardo agarró la suya, sujetándolo en el aire:
- ¡¡No te sueltes…!!- decía el chico, tratando de no caer- ¡¡Agárrate fuerte!!
Sin embargo, Ray pesaba un par de kilos más que él, y Eduardo no podía cargar con un peso mayor que su propio cuerpo. Se deslizaba rápidamente por la rampa metálica y era cuestión de pocos segundos que cayera con Ray al vacío:
- ¡¡Rápido, ayudadme a subirlos!!- exclamó Jack, corriendo al lado del joven- ¡¡no aguantarán mucho más!!
Los demás se lanzaron junto a Eduardo, tiraron de la mano de Ray y consiguieron subir a los dos chicos al interior de la nave, antes de que unas balas los alcanzaran de lleno. La puerta se cerró enseguida tras ellos y el enorme vehículo cobró altura a gran velocidad:
- ¡¡Disparad, rápido!!- ordenó el guardia capitán, enfadado- ¡¡que no escapen!!
Cientos de metralletas apuntaron y dispararon contra la colosal nave, en medio de una tormenta de balas, mientras ésta ascendía por encima del techo industrial y veía el cielo azul.
Las balas no consiguieron atravesar el duro material de acero de la misma, por lo que no le afectaban. Una vez que la aeronave salió completamente del recinto, Alana puso en marcha los propulsores y ésta aceleró a una velocidad que nunca antes habían experimentado sus tripulantes.
Eduardo y los demás que se encontraban en la entrada del vehículo volador cayeron estrepitosamente al suelo sin remedio, en el momento en que la nave aceleró a una velocidad hipersónica.
Por fin había pasado el peligro.

Ya en el cielo despejado, viajando a gran velocidad, todos se dirigieron a la sala de control de la nave, donde los esperaba la piloto. Al llegar, el grupo entero se sorprendió cuando vio a Alana desenvolverse tranquilamente en el puesto de mandos como una profesional. Cualquiera que la viera pensaría que llevaba toda la vida pilotando aquella aeronave:
- ¿Qué os dije?- sonrió la pelirroja sin desviar la mirada- nadie me supera en lo que se refiere a tecnología aérea.
- Es…es increíble…- dijo Rex, casi sin palabras.
- Sin duda esta chica es todo un prodigio en el control aéreo- explicó Ray- lo que yo tardé en aprender el funcionamiento básico ella supo cómo pilotar todo el sistema.
Mientras los demás observaban a Alana y se maravillaban con su espectacular manejo de los mandos, Eduardo se acercó a la gran cúpula de cristal frente a ellos. Un inmenso mar de nubes los rodeaba y se extendía hasta el horizonte, donde no alcanzaba la vista.
El chico se sumergió en sus pensamientos y dejó perder la mirada en el infinito cielo azul, en los que se quedó pensativo durante unos instantes, hasta que Cristal lo interrumpió:
- Oye, Eduardo- le dijo la princesa, al lado- todavía no nos has contado dónde has estado el tiempo que permanecimos en el bosque de la muerte.
Rex, que escuchó inconscientemente las palabras de la chica con coletas, se dio cuenta entonces de algo que habían pasado por alto todo el tiempo. Con las prisas acumuladas en llegar hasta su objetivo, y el secuestro en toda regla de la nave de Alejandro, apenas habían tenido tiempo de hablar sobre el tema:
- ¡Anda, es verdad!- exclamó Rex, dirigiéndose al joven- ¡cuéntanos todo, Eduardo!
- Aún faltan varios minutos hasta que lleguemos a Vildenor…- informó Alana, bastante segura de sus cálculos- debemos aprovechar este breve descanso que tenemos para recuperar fuerzas y prepararnos para lo peor.
Todos hicieron caso a la piloto y adoptaron posición de descanso, tratando de calmarse y relajarse. Mientras hacían todos los preparativos necesarios, restaurando con magia y objetos la vitalidad y la magia perdida luchando contra los guardias, Eduardo sabía que tenían suficiente tiempo para hablar un rato.
Cuando terminó de curar sus heridas con una ultrapoción, el chico se dirigió a sus amigos diciendo:
- Está bien, chicos…os lo explicaré.

En ese momento todos prestaron atención, dispuestos a escuchar sin interrupción a Eduardo. Alana también lo hizo, aunque sin dejar de atender a lo que estaba haciendo. El chico de rojo suspiró y empezó a hablar, lenta y tranquilamente:
- Tras aquel incidente, me interné sin pensármelo en lo más profundo del bosque…- explicó Eduardo, mientras los desagradables recuerdos de Erika esa fatídica noche invadían su memoria- estaba cegado por el dolor y el sufrimiento, no pensaba en otra cosa que no fuera huir…escapar de la realidad…y fue precisamente eso lo peor que podía hacer.
Los demás sabían a lo que se refería, porque ellos mismos habían experimentado lo que era estar más de cinco días en el bosque de la muerte. No era un sitio adecuado para principiantes, y no entendían cómo el chico podía haber sobrevivido sólo en ese horrible lugar, sin ayuda de los demás:
- Imagino el por qué…- dijo Rex, asintiendo a su respuesta.
El joven asintió a su vez con la cabeza:
- Exacto…tuve que enfrentarme a numerosos monstruos en mi camino, y en muchísimas ocasiones huir de combates que yo sólo no podría ganar…para salvar la vida.
Tras una breve pausa, continuó diciendo:
- Cansado, exhausto y herido por los tantos combates, eché nuevamente a correr por entre los árboles del lugar- explicó Eduardo- y, mientras corría sin rumbo fijo tambaleándome de un lado a otro, de repente caí por un precipicio. Cuando quise darme cuenta ya estaba cayendo a gran velocidad hacia el oscuro abismo, y perdí por completo el conocimiento.

El resto del grupo se quedó atónito y perplejo, sorprendido por lo que le ocurrió a su compañero mientras ellos luchaban contra Ray días después de su desaparición:
- ¿¡De verdad!?- exclamó Rex, con la boca abierta- ¿¡Y cómo sobreviviste!?
La respuesta que dio su amigo impactó de una curiosa manera en los rostros de los demás, cuando el chico de rojo sonrió diciendo:
- Es gracioso, porque…la verdad es que no lo sé.
Todos lo miraron bastante sorprendidos, sin entender nada:
- ¿¡Qué!?- exclamó Cristal, perpleja.
Eduardo procedió a aclarar la incógnita, con lo poco que recordaba en su memoria. Cuando trataba de pensar en los detalles de los acontecimientos, tan solo una imagen borrosa envuelta en lagunas mentales aparecía en su mente:
- Después de caer al vacío y de perder el conocimiento no recuerdo nada…tan solo una voz que me susurraba.
- ¿Una voz?- preguntó Jack, confuso.

El chico recordó en ese instante aquella vez que se adentraron en el desierto de Geonyria, durante su peregrinaje en la búsqueda del templo sagrado. Tras sufrir el inesperado ataque de una tormenta de arena que los separó a Erika y a él del grupo, y un posterior ataque de un escorpión gigante del desierto, Eduardo también cayó debilitado en combate.
Antes de despertar en la aldea de la tribu canina Kengo, el chico juraba haber oído la misma voz en sus sueños, tan clara, maravillosa, dulce y cálida como ninguna otra:
- Sí…una que me resulta extrañamente familiar, como si la hubiera escuchado antes…- trataba de explicar Eduardo lo más claramente posible, en base a los efímeros recuerdos de su memoria- no recuerdo los detalles, pero…decía saber mi nombre, y quién soy en realidad…

Tras el posterior silencio, Ray preguntó:
- ¿Y no recuerdas nada más?
Las lagunas mentales cesaron de repente en la cabeza de Eduardo, que recordó entonces lo que pasó a continuación. Era como si algo bloqueara su mente y la distorsionara desde que cayó por el precipicio hasta que recuperó el conocimiento:
- Después de eso desperté en una cama de hojas, en lo alto de la rama de un árbol…y completamente recuperado de mis heridas- explicó el chico, sorprendido de sus propias palabras- imagino que alguien cuidó de mí mientras dormía, en un sueño profundo que estimo duró varios días.
Todos se sorprendieron con la historia y los hechos que le ocurrieron al joven durante su ausencia. Les resultaba difícil de creer que alguien desconocido salvara la vida de su amigo y lo cuidara hasta que se recuperara.
Podía tratarse de alguien al servicio de la organización Muerte que por razones desconocidas lo necesitara con vida, aunque era una posibilidad bastante remota y muy poco probable. Después de lo que les hizo Alejandro, tampoco podían asegurar que fuera un aliado.
No sabían si era amigo o enemigo. Lo único que conocían de la misteriosa figura envuelta en incógnita era su inquietante y cálida voz.

Alana decidió cambiar de tema y preguntó, desde el puesto de mandos:
- ¿Y cómo nos encontraste?
Eduardo sonrió y en ese momento sacó de su bolsillo un objeto, que enseñó al resto de sus compañeros:
- Por suerte llevo encima el colgante mágico, que te indica dónde se encuentran las personas que más quieres…gracias a él pude llegar hasta vosotros, y no perderme por el camino…- entonces miró al mago diciendo- ¿no es así, Jack?
El hombre rubio y de ropa azul le devolvió la sonrisa mientras decía:
- Veo que lo has guardado bien…se nota que está en buenas manos.
Jack lo miraba, con una media sonrisa. Era él mismo el que compró el amuleto en Mugget, y el que solía llevarlo puesto tiempo atrás, cuando era el líder del grupo. Sin él no habrían encontrado a Marina, cuando la secuestraron en el mercado oscuro, ni tampoco el chico de rojo hubiera llegado hasta ellos, en el bosque de la muerte. Ahora lo usaban para rescatar a Erika, y brillaba con muchísima fuerza en la mano de Eduardo.
Sin duda el joven había cambiado, convirtiéndose ahora en todo un buen líder, y Jack estaba muy orgulloso de él.

Para romper el inmediato silencio que vino a continuación, Cristal intervino, sonriente:
- A todo esto, Alana… ¿has pensado ya en algún nombre para este bichote grande?
La piloto se quedó pensativa durante un rato, buscando un mote que ponerle a su nuevo vehículo volador. Tras unos segundos de silencio, de repente los recuerdos de su abuelo llegaron fugazmente a su memoria, y fue él el que la motivó a responder, firme y decidida:
- En homenaje a mi abuelo y a mi primer avión, que sin él habríamos muerto en plena tormenta en el mar…lo llamaré “Valor Alado”.
El resto del grupo no pudo evitar sonreír. A pesar de no tener agradables recuerdos de su primer viaje aéreo, con aquel viejo y ruinoso avión polvoriento empezaron sus aventuras con la pelirroja Alana.
Sin duda se había convertido en una importante aliada, que los había ayudado en muchas ocasiones a superar desafíos que ningún otro habría conseguido, y que necesitaban ahora más que nunca. El nombre no podía ser más acertado.

En ese momento todos cambiaron radicalmente de expresión, cuando la piloto alertó, avisando seriamente a los demás:
- ¡¡Atención, chicos, nos acercamos al objetivo…preparaos!!
Jack y los demás desenfundaron sus armas y se pusieron en guardia. Al contrario que el resto, Ray se quedó quieto en un asiento y, antes de cerrar los ojos, explicó:
- Voy a disminuir la frecuencia de mi aura…así ganaremos algo de tiempo antes de que mi padre me detecte.
El mago asintió con la cabeza, e inmediatamente se dirigió a los demás diciendo, firme y decidido:
- ¡¡Muy bien…todos a sus puestos, preparaos para el asalto!!
Todos los miembros del grupo salieron corriendo de la sala de mandos, con Jack encabezando la marcha. El único aparte del chico de negro que se quedó fue el joven de rojo, que miró durante un rato el mar de nubes por la cúpula de cristal. Pensó en su mente, con la mirada firme y decidida:
“Prepárate, Alejandro…vamos a por ti”
Tras unos segundos de silencio, finalmente el chico corrió rumbo a la puerta de salida. Antes de que saliera de la estancia, Alana le detuvo diciendo:
- Eduardo, mucha suerte a todos…estaré cerca con Valor Alado por si me necesitáis.
El joven asintió con la cabeza, y reanudó la marcha corriendo a reunirse con los demás. Deseó con todas sus fuerzas que todo saliera bien, ya que se enfrentaban ni más ni menos que al guardián de los primeros elegidos, el que salvó al mundo una vez hace quince años.
Una dura batalla estaba a punto de comenzar.