14 de Febrero, para algunos un día como otro cualquiera, mientras
que para otros una bonita fecha de regocijo y felicidad. Y no es de extrañar
que para los que hayan encontrado el amor, este día resulte una importante
fecha para estar con su pareja, y si no es así, al menos hacerle saber lo mucho
que la quiere y la ama, sin importar la distancia que los separe. Porque como
siempre digo, si un amor es real y verdadero, puede superar cualquier barrera,
por muy difícil e imposible que resulte.
Personalmente sí creo en la magia de este día único, que desprende
una alegría, ilusión y esperanza que no ofrece ningún otro de los 365 días del
año. Cierto es que cada pareja también tiene su propio día único y especial,
pero cada 14 de Febrero se revive la magia del amor, de una manera quizá más
formal. Este día nos sirve para recordarnos lo mucho que amamos a una persona,
y también para decirle, de alguna forma, lo mucho que la queremos y nos
importa. En eso consiste la fuerza y la magia del amor, que afortunadamente
viene por naturaleza en el ser humano, y que gracias a ella somos incluso
capaces de mover cielo, tierra y mar, sólo por una persona.
A estas alturas, y para cualquiera que haya leído los primeros
capítulos del fanfic, no es para mí ningún secreto decir que hay, o quizá
había, alguien especial en mi vida. Digo quizá porque, como cualquier otro ser
humano, me enamoré, y eso es algo que tarde o temprano nos pasa a todos, sin
excepción. Al igual que crecemos, nos desarrollamos y maduramos como personas,
los sentimientos también cambian con el paso del tiempo.
Hubo una vez una chica de la que estuve profundamente enamorado,
la cual formaba parte de mi mundo y era casi siempre el centro de mis
pensamientos. No recuerdo que pasara un sólo día sin que en algún momento
pensara en ella, incluso inconscientemente me venían imágenes y recuerdos suyos
a la cabeza, y sonreía de felicidad sin remedio. Aún conservo en mi memoria
muchísimos de los recuerdos y los momentos que pasé junto a ella, desde mi más
tierna infancia hasta la última etapa de mi adolescencia.
Este fanfic nació del fruto de mis sentimientos por esa chica,
mezclados con la rebosante imaginación que tenía en aquel momento y la
maravilla que sentía (y sigo sintiendo) por la saga de Videojuegos Final Fantasy.
Esta historia fue escrita lo menos hace más de 4 años, y en 4 años
uno puede cambiar en muchas cosas. Entre ellas, los sentimientos. No es lo
mismo leer estos capítulos ahora que cuando estaba en pleno auge de la etapa
del enamoramiento, con mariposas en el estómago y una visión del mundo color de
rosa. Una vez que uno ha madurado, comprendido y asimilado lo que es la
realidad, enseguida te bajas de esas nubes de ensueño en las que viajabas y
permanecías, embobado y mirando con una sonrisa enamorada.
Con estas palabras no quiero decir que deje de creer en el amor ni
mucho menos, sino que simplemente he aprendido a aceptar la realidad. Aunque de
momento no me interesa buscar pareja ni tener ningún tipo de relación emocional
de dos, es muy probable que tarde o temprano me llegue el amor, y seguramente
cuando menos me lo espere. Nunca he dejado de creer en la magia del amor.
Dicho todo esto, no me queda más que decir una cosa. Si aún no lo
he dicho, creo que este podría ser un buen momento para hacerlo.
Lo que siempre he querido y pretendido con esta historia es
inmortalizar, de alguna manera, lo que sentía por esa persona especial para mí,
que marcó dos de las mejores etapas de mi vida: la infancia y la adolescencia.
Lo que realmente quiero hacer, gracias a este fanfic, es que la gente recuerde,
que no olvide, que sepa...que una vez hubo un chico real llamado Eduardo, del
cual estaba enamorado de una chica real llamada Erika.
Quiero acabar esta historia por aquel niño y adolescente
enamorado, porque sé que mi "yo" de la infancia lo habría querido, y
porque mi "yo" de la adolescencia la empezó con mucho cariño e
ilusión. Es mi forma de dar las gracias a mi "yo" interior, porque me
realizo como persona, y se trata de una buena manera de inmortalizar mis sentimientos
para siempre.
Haciendo esto sé que el recuerdo de esta curiosa pareja
permanecerá eternamente en la memoria de sus seguidores y, mientras sigan
leyendo cada uno de sus capítulos y recordando cada una de las aventuras
vividas, el recuerdo de los dos jóvenes Eduardo y Erika de Final Fantasy:
Memories of a Promise, no morirá jamás.
Y a continuación, os dejo con una de las mejores escenas de amor
más trabajadas y emotivas de la historia del mundo de los videojuegos, protagonizada por mi
pareja favorita de Final Fantasy: Tidus y Yuna. ¡Qué lo disfruten! ^^
¡Feliz Día de San
Valentín a todos! ^^
PD: Ya he empezado a escribir el siguiente
capítulo de FF: MP, y me esfuerzo cada día para que lleguéis ansiosos y con
ganas de seguir leyendo esta historia. Como aún me falta mucho por escribir,
todavía tardaré en acabar la siguiente entrega. Tan sólo os puedo decir que
será un capítulo lleno de sorpresas.
¡Nos vemos en la
próxima entrada! :D
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