viernes, 24 de julio de 2015

Crónicas de un amor platónico (parte 37 y Final)


En toda historia, tal y como se conoce desde siempre, hay dos partes importantes: el principio y el final. Gracias a los inicios se conoce cómo empieza, y gracias a los finales se conoce cómo acaba. Estos dos elementos son necesarios en toda historia, y se necesitan el uno al otro para poder contarla. No existe un final sin un principio, del mismo modo que tampoco existe un principio sin un final. Se trata de un hecho que ha permanecido siempre y así lo seguirá siendo, inexorablemente, hasta el final de los tiempos.

Han pasado más de diez años desde aquel primer beso en la mejilla que me dio Érika, y del cual me acuerdo como si lo hubiera vivido ayer. Lo mismo sucede con el resto de recuerdos posteriores, durante los siguientes años de infancia y adolescencia. Todos ellos me han dejado una enorme y profunda huella, no solo en la memoria sino también en el corazón, que han perdurado con claridad y nitidez hasta el día de hoy. Gracias a esos recuerdos y a los sentimientos vividos soy la persona que soy ahora, y no me arrepiento de nada.

Soy consciente de que he cambiado. No sé si a mejor o a peor, pero lo he hecho. Ya no soy aquel niño pequeño torpe e inseguro, que a todo temía y de todo tenía miedo. Ahora que ya he crecido y me he convertido en todo un hombre, que he madurado como persona, me siento completamente diferente a como lo era antes. Ahora que he ganado mayor confianza y seguridad en mí mismo, ahora que me noto más fuerte y más decidido, siento que soy capaz de hacer cualquier cosa. Gozo de una fuerza de voluntad inquebrantable, que no se rinde ante nada y con la que nadie puede pararme. Se trata de una de mis mayores virtudes, de la que me siento más orgulloso.

Por supuesto, Érika también ha cambiado. Ya no es la misma de antes. Ella también ha madurado, se ha convertido en toda una mujer. A mis ojos la veo mucho más valiente, más luchadora y sobretodo más segura de sí misma. Cada vez que la miro veo en ella a la niña que recuerdo del colegio, y una sensación de tierna nostalgia me invade. Verla ahora como profesora también me llena de alegría y felicidad, ya que es lo que siempre ha querido ser. No me cabe la menor duda de que será una gran maestra, y que sus futuros niños y niñas la recordarán por siempre el resto de sus vidas.

Mis sentimientos por ella no han cambiado. Ni siquiera cuando creía que habían desaparecido durante un par de años. Volví a enamorarme de ella por segunda vez en el mismo lugar donde lo hice la primera vez, en el colegio donde nos conocimos siendo pequeños. Me doy cuenta de que Érika es y ha sido siempre mi amor platónico, desde mi más tierna infancia. Nunca ha habido otra persona que ocupe su lugar. Y lo peor de todo es que ni siquiera sé por qué estoy enamorado de ella. No tengo ningún motivo o razón que lo justifique. Simplemente es así.

Desde hace muchos años llevo pensando en la posibilidad de decirle la verdad, de confesarle mis sentimientos. No llegué a planteármelo seriamente hasta llegar al último curso de Educación Secundaria Obligatoria, y ni siquiera llegado el momento fui capaz de hablarle. No solo debido al miedo, sino también porque no era el momento adecuado. No estaba preparado a nivel emocional, y seguía sin estarlo tampoco en el último año de Bachillerato, donde por primera vez dejó de gustarme Érika.

La situación ahora es muy diferente. Ya no somos chiquillos adolescentes, sino adultos plenos y derechos. Ya no estamos en el instituto, sino en la universidad. Ya no estudiamos por obligación sino porque queremos. Ya no pensamos en el presente sino en el futuro. Son todos esos cambios, y más precisamente nuestra maduración personal, los que hacen que las circunstancias sean ahora muy distintas. Entre esos cambios llega el de la paz y la tranquilidad, el de sentirse bien con uno mismo y con los demás. 

Desgraciadamente para mí, a pesar de haber madurado y ser mejor persona de lo que era antes, aún conservo un importante asunto pendiente, algo que todavía no he hecho y me remuerde por dentro la conciencia. Ese asunto, ese deber pendiente que me llama y que debo resolver cuanto antes, es lo que me incomoda, lo que a veces me impide dormir por la noche. Y sé perfectamente qué asunto es, porque se trata del origen a todo lo que concierne mi evolución y personalidad.

Para resolverlo solo hay una única solución posible.



Me he dado cuenta, con el paso del tiempo y de los años, de que nunca seré capaz de abrir mi corazón a alguien. No al menos hasta que le haya dicho a Érika lo que siento por ella. Esa chica es la razón por la que nunca me he enamorado de otra persona, la razón por la que nunca he tenido pareja. Siempre he pensado en ella como la única persona con la que me gustaría estar. Por eso mismo me he cerrado y siempre he negado cualquier tipo de relación de pareja, más allá de la amistad.

Supongo que siempre la he estado esperando, y llevo haciéndolo toda mi vida.

Sin embargo, también soy consciente de que es muy probable que Érika y yo tampoco acabemos juntos, y mucho menos pase el resto de mi vida junto a ella. Porque somos muy diferentes, somos muy distintos. Somos los polos opuestos el uno del otro. Y precisamente por nuestras diferencias dudo mucho que lleguemos a congeniar, a llevarnos bien o a convivir en pareja. Son bastantes las diferencias que nos separan.

También me doy cuenta, con gran pesar, de que llevo un enorme peso a la espalda. Un peso con el que llevo cargando yo solo desde hace más de diez años, y puede incluso que quince. Son pocas las personas que conocen mi secreto, y eso hace que sea más pesado y doloroso para mí. Por eso mismo siento que ya estoy cansado, ya estoy agotado de cargar con él. Quiero librarme, quitármelo de encima, sentirme bien. Y eso sólo lo conseguiré si le digo toda la verdad a Érika.

Esa es la única forma de quitarme esta timidez que aún conservo de mi infancia, de soltar la carga, de sentirme bien conmigo mismo y sobretodo de ser libre. Esa es la única forma de que la persona que quiero sepa lo que siento por ella. Solo así podré ser libre y abrir mi corazón a los demás. Sólo así tendré el valor de aceptar una relación de pareja, de querer sin timidez y sobretodo de amar sin limitaciones.


Ha llegado el momento, la hora de decirle la verdad. Por fin voy a cumplir lo que no hice ni en 4º de la ESO ni en 2º de Bachillerato. Ha llegado el momento de confesarme, de declararle mis sentimientos a la persona amada. Ahora que hemos terminado estos cuatro años de carrera universitaria y nuestros caminos se separan, ha llegado la hora de decirle toda la verdad. Y esta vez sin timidez ni contemplaciones. Directo al grano.

Esta es la prueba, el reto, el desafío individual que me impongo y que significa mi propia superación personal. Si lo consigo, habré madurado y por fin me sentiré libre. Libre de querer, de amar. Podré enamorarme de cualquier otra persona igual que lo estoy de Érika, abrirle mi corazón y amarla como realmente se merece.

No tengo la menor idea. No sé lo que pasará. En el caso de que me acepte me sentiré muy contento de haber logrado nuestro final feliz. Si por el contrario me rechaza estoy seguro de que lloraré. Lloraré tanto o más como nunca antes lo he hecho en mi vida. Pero será un dolor necesario, un dolor liberador que dejará por fin mi conciencia tranquila. Tanto si me acepta como si me rechaza, en ambos casos sufriré un importante y profundo cambio. Un cambio que es muy probable altere todo mi mundo y mis sentimientos.

Ha llegado la hora de conocer el final de esta historia, que empezó por un inocente beso infantil en la mejilla y terminará por una declaración de amor el día de graduación de nuestra orla universitaria. Ha llegado el momento de escribir la última página, de llegar a la conclusión, al epílogo, al irremediable e incierto final. Porque si no se lo digo ahora, estoy seguro de que me arrepentiré el resto de mi vida.

No tengo miedo. Voy a ser valiente. Pase lo que pase, todo ha de terminar ahora.

Y esta vez prometo sentirme libre...por siempre jamás.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Muy pronto publicaré una entrada al respecto. En ella aclararé todo lo relacionado a este tema y al blog en general.

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