Interrogante de investigación nº7: ¿Se fían los sentimientos de las apariencias?
Los sentimientos no solo surgen acompañados del mayor contacto y las relaciones con otras personas, sino también con la sola primera vista de las mismas, antes incluso de conocerlas. Esto quiere decir que las apariencias igualmente influyen en gran medida a la hora de generarse unos sentimientos u otros, antes de tratar con esa persona.
Las apariencias, cuando se conoce a alguien por primera vez, son inevitables. Es imposible no imaginar un concepto repentino y relacionado con el aspecto del otro, en función de cómo viste, cómo es físicamente, cómo anda, cómo saluda, cómo habla o cómo se relaciona a simple vista. Todos estos aspectos e incluso los más pequeños detalles hacen que nos imaginemos una determinada idea o juicio acerca del otro, que la relacionamos con la otra persona, y a partir de ella generamos un sentimiento u otro, dependiendo de nuestro agrado o desagrado.
Sin embargo, la idea que tenemos de la otra persona muchas veces suele ser equívoca o errónea. Las apariencias casi siempre engañan, pues lo que creemos que es el otro puede que en realidad no lo sea, o que incluso resulte ser todo lo contrario. Este aspecto o dimensión interior es lo que diferencia a la apariencia exterior, y que solo se descubre a través del contacto y el diálogo con esa persona.
La conclusión a este interrogante es que, a pesar de lo que algunos puedan negar, las apariencias sí influyen en las emociones, y los sentimientos también se fían a su vez de ellas: al menos en un principio.
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