Toda persona, a la hora de decidir, en su interior siempre tendrá más peso el interés personal, aunque lo niegue o no lo admita. Tal es así de triste la realidad que la gente, por lo general, se preocupa más por uno mismo que por los demás. Este hecho se confirma no solo en los contextos desagradables y conflictivos, como en las peleas y discusiones, sino también en las situaciones más cotidianas que se pueden imaginar, como en la cola de la compra de un supermercado, el estacionamiento de vehículos o incluso la ocupación de un asiento en un transporte público.
Sin embargo, existen factores o elementos que influyen en la toma de decisiones, y los únicos capaces de dominar y priorizar la opción más justa al interés personal. Estos factores incluyen: el estado de ánimo de uno mismo y de la otra persona, y la situación o el contexto de ambas. Es solo en estos casos cuando, el que tiene que decidir, hace un esfuerzo interno por anteponer la opción más justa a su propio interés personal, en beneficio del otro. La empatía juega aquí un papel esencial, ya que sin ella la opción más justa no podría sobreponerse a la otra.
Pero también influye de gran manera las relaciones interpersonales que hay entre las personas, dependiendo de si son más o menos conocidas, y del grado de familiarización que tienen o las une. Dentro de este aspecto se encuentran las familias, sobretodo por parte de los padres, quienes suelen elegir (por lo general, porque siempre hay de todo) la opción más justa para sus hijos.
Y esto se repite dentro de los círculos familiares, cuyos miembros se preocupan más por los suyos que por cualquier otra persona ajena a él. Ahí radica la diferencia entre las personas conocidas de las desconocidas, en cuanto al último aspecto mencionado: las relaciones personales son un importante factor o elemento que influye entre el interés personal o la opción más justa, facilitando a esta última.
Sin embargo, la verdadera conclusión de este interrogante es que, aún a pesar de todos los factores o elementos que intervienen a la hora de decidir, la persona siempre piensa primero por sí misma, en función de sus intereses personales. No importa lo que la gente afirme o niegue, el interés personal siempre va a tener un mayor peso que la opción más justa en la toma de decisiones.
¿Y vosotros qué opináis? Cuando tomáis una decisión, ¿Qué os puede más? ¿Vuestro interés personal, o la opción que consideráis más justa? ¿Cuál de las dos tiene, en principio, más peso en vuestro criterio? ¿Por qué?
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