lunes, 30 de septiembre de 2013

¡¡¡Avance y Fecha del capítulo 50!!! (+ grito y estado 100% euforia xD)


¡Hola hola hola, bloggers! ¿¡Qué tal!? ¿¡Qué os pareció el anterior capítulo 49!? (curiosamente igual con 49 páginas word xD) ¿Fue una buena pelea? ¿Un buen combate? ¿O por el contrario soso y aburrido? ¡A mí personalmente me gustan más los enfrentamientos 1 vs 1, porque me parecen más épicos e increíbles, pero los guardianes también tenían derecho a su momento de gloria! Sólo espero que no os haya defraudado, y que el penúltimo miembro de la organización Muerte haya cumplido su papel como enemigo en la batalla.

Pero sin embargo esta entrada no va dirigida a debatir sobre el combate anterior, sino el avance del próximo capítulo, que por cierto... ¿¡Qué número tiene!? ¿¡10, 20, 30, 40!? ¡¡No, se trata ni nada más ni nada menos que del capítulo número 50!! (música épica y de triunfo sonando de fondo xD)

¡¡Dios, perdonadme si hoy estoy mucho más alterado e hiperactivo que de costumbre, pero es que no puedo evitar alegrarme por este gran acontecimiento!! ¡¡Que se trata de 50 (¡sí, sí, 50, no bromeo! xD) capítulos de aventura escritos hasta la fecha, señoras y señores!! ¡¡Lo que nunca había hecho con esta historia hasta el día de hoy, y desde que empecé a escribirla...superar la altísima cifra de 50 capítulos, romper la infinita barrera de la media centena, llegar al ecuador del número 100...esto se merece un festejo!!
¡¡Es demasiado increíble, maravilloso, fantástico, espectacular, alucinante, único, especial, increíble, maravilloso, fantástico, espectacular, alucinante, único, especial, increíble... (¿¡vuelvo a repetirme!? xD) y todo lo bueno que os podáis imaginar!!

¡¡Dios, jamás había soñado que llegaría tan lejos escribiendo FF: MP, pero es realmente ahora cuando me cuesta creer que ya haya llegado a la cifra nº 50!! ¡¡Sencillamente no me lo creo!! xD

Pero bueno, estando ahora un poco más tranquilo y relajado (¡seamos sinceros, no del todo! xD) procedo al avance de esta siguiente nueva y especial entrega. Como adelanto, empiezo diciendo que en este siguiente capítulo, por fin, no habrá combates. Se acabó, en al menos por una entrega, dosis de acción y batallas (que yo ya estaba también cansado de tres combates épicos seguidos, uno detrás de otro) y ahora toca el preludio al final, el último paréntesis, el último descanso de nuestros héroes antes del combate final contra ya sabemos quién (el tan famoso "Final Boss").

Pues bien, el título de este nuevo capítulo será: "El último deseo".

¿Qué qué pasará? ¡Pues que se pedirá un deseo! (y vosotros diréis, como si yo fuera idiota: "¡No me digas! ¿En serio?" xD). Pero tranquilos, que no será sólo eso, sino que también habrá varios diálogos y momentos importantes clave en la historia. Esta entrega será el último (vamos a llamarlo) "relax" o descanso, antes del final de la historia. Luego después de esto ya vendrá el esperado combate contra el verdadero enemigo final del "juego" (para sentirse como un auténtico Final Fantasy xD).

Pues bien, la buena noticia es que será mucho más corto que los tres anteriores (puesto que es más en plan de diálogo y no hay acción de pelea. Los combates son tediosos en ese aspecto), y con grandes probabilidades lo terminaré para el próximo fin de semana, entre los días 4, 5 y 6 de Octubre.
Como de costumbre (a modo de despertador por las mañanas), si no lo termino entre esos días, intentaré en la medida de lo posible publicarlo en las 72 horas siguientes al domingo, hasta el miércoles.

¡¡Sin más, un enérgico saludo a todos y nos vemos en la próxima entrada!! :D

viernes, 27 de septiembre de 2013

Disney y Final Fantasy: "Dos mundos destinados a unirse"


¡Puff, esta semana se me ha hecho infinitamente larga y agotadora, los días pasaban tan lentamente que incluso hasta yo mismo pensaba que no iba a acabar nunca! ¡La verdad, esto de empezar de nuevo un curso es un duro trabajo, sobretodo porque este mes de Septiembre ya es un precalentamiento para volver a las andadas tras unas largas vacaciones! ¡Pero bueno es parte de un ciclo, como todo en esta vida, y es cuestión de adaptarse hasta las próximas vacaciones (tan lejanas por ahora)!


Hoy, queridos bloggers, vengo con una nueva entrada especial, dedicada a la que para mí siempre será una de las mejores sagas de videojuegos de todos los tiempos: "Kingdom Hearts" (traducido como "reino de corazones").
Esta saga, junto a Final Fantasy, han marcado una de las etapas más importantes de mi vida en la infancia, y no sólo por los personajes que aparecen y que casi todos conocemos de sobra, sino por su excelente argumento e historia, de una increíble calidad como ninguna otra y a la altura de cualquier obra inmortal, digna de ser recordada por siempre jamás.


Sería muy difícil tratar de describir con palabras un breve resumen a la historia general de Kingdom Hearts, puesto que no hay un único protagonista y son varias las increíbles historias únicas que se entremezclan y dan como resultado una entreverada y compleja narración, que va más allá de lo puramente convencional y sencillo. Pues, KH (abreviación del videojuego) ha acabado siendo mucho más de lo que en un principio iba a ser, hace poco más de 10 años con su primera entrega para PS2. Desde entonces, se ha convertido en la tercera propiedad intelectual más importante de Square Enix, junto a Final Fantasy y Dragon Quest. Estoy de acuerdo en que razones para ocupar tan elevado puesto en su ranking de propiedades no le faltan, pues a continuación expondré mi propia opinión personal como fiel seguidor durante más de 10 años de esta saga única e inigualable.


¿Pero qué es lo que tiene Kingdom Hearts que hace que sea especial? ¿Qué componentes o qué elementos lo convierten en un auténtico fenómeno a nivel mundial? ¿Por qué lleva tras de sí millones y millones de seguidores, que crecen cada día más? Creo que se podría resumir, al menos desde mi punto de vista, por dos grandes razones de peso:


  • La primera, que pertenece a Square Enix y recibe grandes influencias de la propia saga de Final Fantasy. Ello se demuestra, no sólo en los cameos de personajes que aparecen en las entregas (como Cloud, Yuffie, Aeris, Tifa, Sefirot, Squall, Tidus, Selphie, Wakka, etc.) sino también en la calidad argumental de su historia. El sistema de batalla, combates, desarrollo de los personajes y demás apartados de un título propio de RPG (siglas de "Rol Playing Game") también influyen en que sea un juego de calidad (a la altura de cualquier FF) bien recibido por el público y la prensa en general.
  • La segunda, que el universo de Kingdom Hearts está poblado en su absoluta mayoría por personajes de la compañía Disney, concretamente de algunas de sus películas más famosas y recordadas (como Tarzán, La Bella y la Bestia, Aladdín, La Sirenita, Hércules, El Rey León, Peter Pan, Pesadilla antes de Navidad, Mulán, Alicia en el País de las Maravillas y un largo etc.). Ver a estos personajes (de sobra conocidos y queridos en la infancia), visitarlos en sus respectivos mundos, vivir desde una nueva perspectiva más cercana cada una de sus historias y luchar junto a ellos, se trata de algo que para muchos, entre los que me incluyo yo, es como si fuera un sueño hecho realidad.


Kingdom Hearts tiene todo lo necesario para convertirse en una buena saga: una historia inolvidable de calidad e ingeniosamente trazada y elaborada, unos personajes únicos e inmortales, una jugabilidad diferente e innovadora y una de las mejores bandas sonoras en todos los aspectos. Si de Final Fantasy coge la jugabilidad y la calidad argumental de escándalo, y de Disney coge sus mundos, personajes y magia, el resultado es nada más y nada menos que (repito de nuevo, sin cansarme xD) una de las mejores sagas de videojuegos de todos los tiempos.
Si ya desde el principio me encantaba Final Fantasy por todo lo que significaba, y por otro lado también de la misma forma Disney al crecer con sus películas, Kingdom Hearts culminó mi gran sueño de ver los dos universos juntos. Fue la fusión entre ambos mundos el resultado de algo que nadie esperaba y que, sorprendentemente, resultó ser todo un éxito rotundo.


Kingdom Hearts rebosa de la magia Disney por los cuatro costados, se mire por donde se mire, sin perder la esencia de un Final Fantasy. Con esta saga he vivido grandes y profundas emociones, he reído y llorado como ningún otro juego me ha hecho hacer y, también de alguna forma, he crecido con los protagonistas y los personajes principales, enseñando éstos importantes valores como la valentía, la lealtad y la amistad.
Tal y como con las películas Disney, Sora, Riku y Kairi (tres de los protagonistas de KH) ahora también ya forman parte de mi memoria, y permanecerán en ella de la misma forma que aquellos que, al igual que yo, crecieron con las aventuras del elegido de la llave espada y compañía.
Tan sólo espero que, ojalá, la saga no llegue a su fin con la posible última entrega (Kingdom Hearts III), y que todavía les queden aún muchas aventuras por vivir al grupo de Sora, Donald y Goofy.

A continuación os dejo una serie de imágenes variadas sobre diferentes momentos de la saga KH, en las que aparecen algunos personajes míticos de Disney:




















Y mejor paro porque si no esta sección de imágenes se haría infinita. Espero que os haya gustado este pequeño homenaje hecho a una de mis sagas de videojuegos favorita, y os animo a quiénes no conozcáis Kingdom Hearts a que lo probéis. A los fans de Disney seguro os encantaría, porque esta saga tiene cierto parecido con Dominios Encantados (de Tex_McCormick, en su blog Novedades Disney), pero con la única diferencia de que aquí los personajes por lo general no se conocen ni viajan entre mundos (a excepción de los villanos y los protagonistas).

Y para terminar, un épico e increíble vídeo de introducción a Kingdom Hearts, con la banda sonora instrumental. ¡Que lo disfruten!



¡Sin más, muchísimas gracias por vuestra atención y hasta la próxima entrada! ^^

viernes, 20 de septiembre de 2013

Curiosidades de FF: MP (Volumen 7)

¡Séptimo volumen de curiosidades de Final Fantasy: Memories of a Promise, cargado y repleto de diez nuevos detalles! ¡Disfrutadlos!

1.- Desde los inicios de los juegos FF de Square Enix, las magias elementales aumentan su poder y suben de nivel a medida que avanza la historia, haciéndose más fuertes. En FF: MP ocurre lo mismo, pero como extra añadido, y por primera vez en toda la saga, las magias alcanzan y superan el máximo del nivel tradicionalmente conocido. ¡Ojo, sólo en ocasiones especiales! (ejemplo: Piro++, "++"). Si os habéis fijado con detalle, en el capítulo 49 nuestros héroes emplean por primera vez un hechizo con "+++" (Aero+++). Fulgor tampoco cuenta con subida de nivel en la saga, pero aquí sí que lo tiene (lo usa Jack como su ataque mágico más poderoso: Fulgor++).

2.- Los capítulos están enumerados con números romanos, con la intención de homenajear a la saga, pues a partir del segundo título y en adelante la gran mayoría de juegos de FF llevan un número romano de serie.

3.- Los personajes con armas mágicas como varas, bastones o varitas (claro reflejo de los magos) se distinguen unos de otros por su ataque mágico único y característico: su hechizo mágico más poderoso. De esta forma, Marina usa la magia Sanctus, Jack utiliza Fulgor y Erika emplea Artema. Estos tres conjuros son quizá las tres magias más poderosas por excelencia dentro de cualquier Final Fantasy.

4.- La idea del extraordinario poder sobrenatural de Eduardo se me ocurrió a raíz del kyubi (zorro de nueve colas) de Naruto, pero con la diferencia de que el primero se trata de un experimento creado genéticamente con fines malignos para destruir el mundo. Así, al portador de la llave espada no le metieron ninguna bestia siendo un bebé, sino que nació siendo el propio monstruo Ludmort.

5.- El colgante que lleva el protagonista (una especie de cristal tallado y que representa el logo de FF: MP) es en realidad un simple cristal hecho con una abertura por la que pasar un hilo. Lo conseguí hace muchos años en la feria jugando a la máquina del gancho (sí, esa odiosa máquina que nunca pilla nada), en la que venía dentro de una caja con muchos más cristales iguales. Todos eran exactamente idénticos, siendo lo único que los diferenciaba los colores: rojo, azul, amarillo, verde, blanco (transparente), etc.
Resulta que supuestamente cada una de estas piedras te daba suerte en algo (por ejemplo: la roja en el amor, la verde en salud, etc.), y nos las repartimos entre mis amigos y yo. Al final, y después de que el resto cogieran por su cuenta cada uno un cristal, a mí me tocó el último que quedaba: el blanco (el que te daba suerte en los estudios). Ese cristal blanco es el transparente (le decíamos blanco porque no tenía ningún color), y de llevarlo tanto tiempo puesto de colgante pues acabó siendo la idea del logo de FF: MP.

6.- No soy de los que avanzan o dejan muchas pistas en los próximos nuevos capítulos a estrenarse, precisamente porque pienso que "estos avances" terminan en ocasiones destripando la idea clave del nuevo capítulo, y por ende uno ya sabe lo que va a pasar y acaba siendo predecible. Soy de los que piensan que las sorpresas es mejor ir descubriéndolas sobre la marcha, para sorprender al lector durante su lectura y que lo motiven a seguir leyendo. Por eso prefiero no desvelar demasiado sobre los nuevos próximos capítulos, y que seáis vosotros los que descubráis por sorpresa los misterios de FF: MP.

7.- Tengo tantas ideas en la cabeza como para la secuela e, incluso, una trilogía de FF: MP. Por supuesto, en esta historia ya no hay cabida para ninguna más. Haría falta ampliar el universo de este fanfic con nuevos personajes para meterlas todas.

8.- En esta novela no sólo se trata el tema ecológico del medio ambiente, sino también algunos otros como el deseo de libertad (el caso de la princesa Cristal), de querer cambiar el mundo (el sueño de Marina de querer ser una maga justiciera para ayudar a los inocentes) o de la propia discriminación social machista (recordemos el caso de Alana, siendo la única mujer piloto de su localidad y continuamente rechazada e infravalorada).

9.- No me he fijado ni parado a investigar por internet, y alomejor me equivoco, pero... ¿será FF: MP el primer fanfic de Final Fantasy con una historia y personajes completamente nuevos?

10.- Muchos quizá piensen que esta historia es demasiado infantil, pero yo no la veo así. Es cierto que al principio sí que resulta de esta manera, en el sentido de que puede aburrir un poco los primeros capítulos y las primeras sagas, pero eso cambia a partir de la segunda parte.
No es lo mismo la capacidad y los conocimientos linguísticos e ideológicos de un chaval adolescente en pleno desarrollo que los de un adulto joven, y los cambios y la evolución sufridos se notan a lo largo del trabajo de casi 5 años. Si nos ponemos a comparar los primeros capítulos con los últimos se ve una madurez no sólo escrita sino también personal y reflexiva.
Así, FF: MP yo lo considero ahora como una obra narrativa juvenil, centrada en el público seguidor de la saga FF y ya bastante alejada del concepto infantil que empezó siendo en un principio.

¡Espero que os haya gustado este séptimo volumen de curiosidades de Final Fantasy: Memories of a Promise, y nos vemos en la próxima entrada! :D

lunes, 16 de septiembre de 2013

Capítulo 49: Más allá del límite

Capítulo XLIX
MÁS ALLÁ DEL LÍMITE
El grupo seguía corriendo por los intrincados pasillos oscuros, únicamente iluminados por antorchas a ambos lados en las paredes, y guiados por Ray encabezando la marcha. Ya habían superado dos de las pruebas que les había puesto el dios oscuro en su camino, y el chico de negro afirmaba con total seguridad que la siguiente sería la tercera y última prueba: el último obstáculo antes de la batalla final contra Derriper.

A medio camino desde que abandonaron la sala ardiendo en llamas, el chico de rojo empezó a recobrar la conciencia de sí mismo. El agitado movimiento de sus amigos corriendo sin parar, y estando a la espalda de Jack, le hizo abrir poco a poco los ojos. Pronunció débilmente diciendo, con la mirada entreabierta:
- Chi…chicos…yo…
El mago oyó en voz baja el sonido de la voz de su compañero, a sus espaldas, y se detuvo de repente al descubrir que ya había despertado. El resto del grupo hizo lo mismo y se acercaron a Jack, mientras el joven poco a poco iba recuperando la conciencia y se despertaba:
- ¡Eduardo, menos mal que estás bien!- exclamó Rex, con una amplia sonrisa de alivio y alegría.
- ¡Pensábamos que no saldrías de ésta!- añadió Alana- ¡casi no lo cuentas!
Al contrario que ellos, Cristal bromeó diciendo, con una media sonrisa burlona:
- Se ve que lo disfrutas, ¿eh, chaval? Tú durmiendo y nosotros cargando contigo…- dijo la princesa con coletas- te parecerá bonito, ¿no?

Eduardo miró a todos y cada uno de sus compañeros, y se alegró de que estuvieran bien. Sin embargo, el chico no se sorprendió de verdad hasta que vio a una persona especial junto a las demás: alguien que no esperaba para nada:
- ¡¡E…Erika!!- exclamó de repente el joven, con los ojos y la boca abierta- ¿¡Qué…qué haces tú aquí!? ¡¡Creía que…que tú habías…!!
- ¿Muerto…verdad?- terminó la frase ella, que luego explicó diciendo, con una media sonrisa- Bahamut me protegió de la espada y de sus efectos…al igual que de la explosión que tú causaste…- y añadió- de no ser por él, seguramente ahora no estaría aquí…en realidad es una gran suerte llevar una invocación encima.

El chico se fijó en algunas de las palabras que pronunció la joven, y en ese momento recordó el reciente combate contra su enemigo de negro. Algunos de los instantes de la batalla contra el comandante de pelo rojo pasaron fugazmente por su memoria: cuando aún permanecía en su forma humana.
Sin embargo, tras ver con sus propios ojos cómo Erika recibía la espada de fuego, le atravesaba el pecho y caía herida al suelo, no conseguía recordar nada más del combate, por mucho que lo intentara:
- ¿Qué…qué ha pasado?- preguntó Eduardo, confuso y sin recordar nada- ¿Qué ha sido de Magno?
- Acabaste con él, después de una dura pelea- respondió Ray- ¿De verdad no recuerdas nada de lo que ha pasado?
El chico negó con la cabeza. A juzgar por la expresión confusa de su rostro, parecía bastante claro que no se acordaba de nada:
- ¡¡No me lo creo!! ¿¡Cómo es posible que no te acuerdes de nada!?- exclamó Cristal, perpleja- ¡¡chaval, has estado increíble…sobre todo después de transformarte y de darle esa tremenda paliza a Magno!!
Desde ese instante la princesa echó a perder el plan que habían acordado todos de no decirle nada al joven. La chica con coletas solía ser así de inteligente, y también era especial en las ocasiones más oportunas:
- ¡¡Y pensar que aquello sólo era una pequeña parte del poder de la materia suprema…!!- seguía hablando ella, tan emocionada- ¿¡Quién hubiera imaginado que alguien tan joven como tú pudiera llegar a ser tan fuerte!?
- ¡¡Cristal!!- la regañaron sus amigos de un grito, que la hicieron callar de repente.

Sin embargo, ya era demasiado tarde. A pesar de que la princesa dejó de hablar, Eduardo ya había captado el mensaje, y sabía muy bien lo que había pasado. En ese momento su cara reflejó tristeza y decepción:
- Así que es cierto…en realidad Magno logró su objetivo, y consiguió que me transformara…- afirmó el chico, deprimido- supongo que, después de todo, sí que soy un monstruo…soy el mismísimo Ludmort en persona…
Sus compañeros supieron enseguida que Eduardo conocía el resto del combate con sólo imaginárselo, y que ya de nada servía ocultarle la verdad. Viéndolo de capa caída, los demás intentaron animarlo dándole algo muy importante, y que siempre solía ser lo último que se perdía: la esperanza:
- ¿Sabes, Eduardo?- le dijo Alana, tras unos segundos de silencio- para nosotros no eres un monstruo…sino todo lo contrario.
El joven levantó la vista y miró a sus amigos, todavía deprimido. Uno a uno empezaron a decirle, tratando de animarlo con una media sonrisa:
- ¿Crees que un monstruo acaso se preocupa por sus compañeros?- dijo Rex, sonriente- ¿Cuántas veces nos has salvado de los aprietos? ¡Yo diría que muchas!
- Eres un tío legal… ¡incluso bastante más legal que yo, que nunca lo he sido!- afirmó Cristal, con una amplia sonrisa de oreja a oreja- transmites buena onda y energía positiva…ya sabes a lo que me refiero.
- Fuiste el primero, además de Cristal, que me ofreció una nueva oportunidad…- dijo Ray, que a pesar de no mostrar una sonrisa y de permanecer frío y serio como solía ser él, lo decía con buena intención- fuiste el primero que acudió en mi ayuda y me curó cuando nadie más lo aceptaba, a pesar de haber sido tu enemigo y de intentar matarte… ¿crees que cualquiera habría hecho lo mismo que tú?
En ese momento Erika también le dijo, con una amplia sonrisa y tratando de animarlo:
- Todos nosotros sabemos que eres una buena persona, Edu…y por eso te queremos…por ser tal y como eres.
A medida que escuchaba las sinceras palabras de sus amigos, el chico poco a poco se iba contagiando de la alegría y de las esperanzas que éstas transmitían. De su rostro iban desapareciendo los miedos, la tristeza y la preocupación, y en su lugar ahora se reflejaba un rayo de luz y de alegría.

Lo que añadió Jack a continuación terminó de poner el broche final de ánimos, que llamó la atención de todos de una forma increíblemente especial:
- Durante el combate contra Magno, es cierto que te transformaste, y que usaste una pequeña parte del poder de la materia suprema…- afirmó el mago, sonriente- pero, ¿sabes qué? No llegaste a completar la transformación.
El joven se sorprendió mucho cuando oyó esas palabras y preguntó, confuso y perplejo:
- ¿Ah, sí?- dijo Eduardo, sorprendido- ¿Pero…por qué? ¿Por qué no pude completarla?
Había llegado el momento de contarle la verdad, hablarle sobre la reciente y la última teoría descubierta por Magno. Debía saber que no pudo completar la transformación en Ludmort porque aún era demasiado joven, que su cuerpo de niño no permitía desplegar todo el inmenso poder del monstruo. Por su propio bien debía conocerse a sí mismo, y entender que en aquellos momentos tan sólo era la semilla que dentro de varios años se convertiría en una horrible criatura, capaz de destruir el mundo.

Erika y los demás decidieron en silencio que fuera el mago el que le diera la mala noticia. Esperaron sin decir nada la reacción del chico, cuando Jack le dijo en ese momento:
- No pudiste completar la transformación…porque la luz de tu corazón así te lo impidió.
El resto del grupo se quedó completamente perplejo y atónito por la respuesta del mago, igual que Eduardo. Durante los siguientes segundos que pasaron, todos los miembros del grupo trataron de analizar las palabras dichas por Jack, y sabían perfectamente que todo era mentira. No entendían por qué el mago le había mentido de esa manera:
- ¿¡Qué!?- exclamó el joven, perplejo y asombrado- ¿¡La luz…de mi corazón!?
El hombre rubio y de ojos azules asintió con la cabeza, ladeada al chico que tenía a su espalda:
- El mismo Magno lo descubrió mientras luchabais, por eso desistió de cumplir con el objetivo del combate…- explicó Jack, muy seguro de sus palabras- la luz de tu corazón te impide que acabes totalmente cubierto de oscuridad y tinieblas…en otras palabras…nunca podrás completar la transformación, y tampoco te convertirás jamás en Ludmort.
A Eduardo le invadió de repente por dentro una gran y profunda alegría, que se notó enseguida cuando esbozó una enorme sonrisa en la cara:
- ¿¡De verdad!?- preguntó el joven, con un brillo de alivio y esperanza en los ojos- ¿¡Eso significa que…nunca terminaré la transformación!?
Jack asintió de nuevo con la cabeza, mostrando una sonrisa tan amable y seguro de sí mismo que cualquiera que lo viera se creería sus palabras. Fue en ese entonces cuando el chico recuperó la energía y la alegría de la juventud, y desde ese instante la tristeza desapareció:
- ¡Qué bien!- exclamó Eduardo, eufórico- ¡entonces ya no hay manera de que destruya el mundo…nunca me convertiré en Ludmort!

El mago parecía alegrarse por la felicidad de su amigo, que estaba mucho más contento gracias a la buena noticia, pero enseguida lo bajó de las nubes cuando le dijo seriamente:
- Ahora no es el mejor momento para festejar nada- afirmó Jack- ya lo celebraremos cuando hayamos acabado con toda esta pesadilla.
El joven también se tornó serio y decidido, y respondió de la misma forma:
- ¡Tienes razón, tenemos que detener a Derriper antes de que sea demasiado tarde!
- ¿Crees que puedes caminar?
El chico asintió enérgico con la cabeza, diciendo:
- ¡Sí, ya estoy mejor! ¡Muchas gracias por llevarme!
Jack se agachó doblando las rodillas para facilitar que Eduardo se bajara de su espalda, y éste finalmente volvió a tocar el suelo con los pies. Una vez recuperado, ya podía volver a moverse con facilidad.
El joven se dirigió al chico con gafas y le dijo, seriamente:
- ¡Sigamos, Ray! ¡Eres el único que puede guiarnos en este lugar!
Su compañero asintió de la misma forma, dio media vuelta y avisó a los demás diciendo:
- ¡Por aquí, rápido!
En ese momento el grupo entero echó a correr detrás de Ray, que encabezó de nuevo la marcha. Mientras corrían, Erika y el resto de sus amigos no dejaban de preguntarse por qué el mago le había mentido a Eduardo de esa manera. Le había contado una falsa excusa sobre su transformación incompleta, que sabría era una mentira cuando creciera: si en el peor de los casos se convirtiera en Ludmort:
“Jack… ¿por qué le mentiste?”- se preguntó la chica en su mente, mirando a su amigo rubio mientras corría detrás de él- “¿Qué es lo que pretendes con esto?”

Ray y los demás seguían corriendo por los numerosos pasillos y bajando escaleras oscuras que encontraban a su paso. Al igual que la otra vez después del combate contra Helio, ya no se equivocaba a la hora de elegir el camino correcto entre las bifurcaciones, y tampoco acababan en callejones sin salida. Todo parecía indicar que estaban ya muy cerca de la verdadera estancia y morada del dios oscuro.
Tras varios y largos minutos de carrera sin descanso, el grupo entero finalmente llegó a lo más profundo de la base de la organización Muerte, al corazón de las más oscuras tinieblas. Ray y el resto se detuvieron frente a una enorme puerta tétrica, rodeada de siniestras estatuas de gárgolas, que los amenazaban con la mirada: la misma que atravesó Asbel mucho tiempo atrás, en pos de un poder mayor con el que derrotar a su viejo rival Jack.
Un escalofrío les recorrió la espalda, al igual que una sensación de peligro los invadió de repente a todos. Sentían una poderosa fuerza al otro lado del umbral de la puerta, una que nunca antes habían notado en su existencia. Sabían muy bien a quién pertenecía un aura mágica tan poderosa como aquella, y que igualaba a la de Eduardo convertido en monstruo: a la de su mayor enemigo, al mismísimo Derriper:
- ¿Es…es aquí?- preguntó Cristal, temblándole un poco el cuerpo- esta entrada tiene toda la pinta de ser la del dios oscuro…
Ray asintió con la cabeza y dijo seriamente:
- Tras esta puerta aguarda el ser contra el que hemos estado luchando todo este tiempo…el cabecilla que ha estado moviendo los hilos de todos los enemigos abatidos hasta ahora…- explicó el chico con gafas- el mismísimo dios oscuro contra el que nos enfrentamos una vez siendo Alejandro, y al que liberamos tras su derrota…
Ray añadió en ese momento, aún estando todos frente a la siniestra puerta de oscuridad:
- Está claro que no será un combate fácil… ¿Estáis preparados para lo peor?
Eduardo y los demás asintieron firmes y seguros, dispuestos a afrontar el último combate de su larga aventura. Tras esto, y viendo que los demás estaban listos para luchar, Ray finalmente dijo:
- Muy bien, allá vamos.
Y con estas palabras, el chico de negro por fin abrió con ambas manos la puerta, que se partió en dos y permitió el acceso a su interior. De esa forma, el grupo entero atravesó el umbral de la misma, y se internaron de lleno en el corazón de oscuridad. Su largo recorrido por la base de la organización había llegado a su fin.

A partir de entonces, y tras cruzar la puerta y cerrarse ésta tras su paso, todos anduvieron lentamente y con precaución rodeados de la más absoluta penumbra. No había ni un solo resquicio de luz en aquel lugar, inundado en sombras y tinieblas:
- ¿Dónde…dónde estamos?- preguntó Alana, un poco asustada- no se ve nada.
- Tened cuidado…- avisó Ray mientras caminaban- no bajéis la guardia en ningún momento…
Continuaron así varios segundos más, a la vez que daban cada paso con lentitud y precaución y mientras miraban en todas direcciones. No se veía absolutamente nada.
En ese momento, tras unos largos y eternos segundos de silencio, se oyó por fin una voz, que resonó en todos y cada uno de los rincones de la estancia y que pilló por sorpresa a todos los miembros del grupo:
- He aquí a los mismísimos portadores de las armas sagradas…- anunció la voz, todavía sumergidos en tinieblas- sed bienvenidos a nuestra humilde morada, elegidos de la profecía…
El chico de negro pareció reconocer la voz del que hablaba:
- Esa voz…- dijo Ray, seriamente- tú eres…

Repentinamente se encendieron, por arte de magia, una a una todas las antorchas de la sala, aportando algo de iluminación al lugar. Jack y los demás comprobaron entonces que se encontraban en una estancia oscura, tétrica y siniestra, iluminada por una tenue luz espectral. A pesar de que las antorchas arrojaran un poco de claridad al salón, el sitio aún permanecía en su mayoría inundado por las tinieblas.
Al fondo de la estancia había un trono vacío, y junto a él en pie una sombra humana de espaldas a ellos. El tipo junto al trono llevaba el típico traje negro de la organización Muerte y estaba encapuchado, ocultando su rostro. Siguió hablando mientras observaba el asiento vacío que debía ocupar su líder, frente a él:
- Y pensar que antes éramos siete grandes y poderosos miembros, cuyo único sueño era ver el nacimiento del nuevo mundo…uno a uno, todos han caído sin remedio…y ahora, soy el único superviviente que queda en pie…el último y leal miembro de mi señor el séptimo…- explicaba la voz del desconocido encapuchado- es cierto que la vida puede dar muchas vueltas de un día para otro…nunca imaginé que pisarais esta sala por voluntad propia, y menos aún que yo fuera el último miembro con vida de la organización…sin duda, es todo un logro por vuestra parte el haber llegado hasta aquí…
El hombre de negro finalmente dio media vuelta de cara a ellos, y se quitó con ambas manos la capucha negra de su cabeza, dejando su rostro al descubierto. Todos los miembros del equipo palidecieron y se quedaron boquiabiertos, al reconocer a un hombre de mediana edad, con canas y pelo gris oscuro:
- ¡¡Rodvar!!- exclamaron todos a la vez, perplejos.

- Felicidades, habéis superado las dos primeras pruebas…y ni más ni menos que contra mis dos comandantes superiores…- dijo el científico de negro, seriamente- otro gran logro, teniendo en cuenta que ambos eran los dos miembros más antiguos y poderosos de la organización…
Jack replicó en ese momento, enfadado y alzando la voz:
- ¡¡Déjate de tonterías!!- exigió el mago- ¿¡Dónde está Derriper!?
El enemigo de mediana edad tardó un poco en responder. El resplandor de sus gafas impedía ver sus ojos al otro lado de los cristales. Esbozó una media sonrisa malvada mientras decía:
- ¿Oh, preguntáis por mi señor el séptimo? Lamento comunicaros que llegáis demasiado tarde…- respondió Rodvar- el ser oscuro ya terminó los preparativos necesarios para amenizar la llegada del monstruo Ludmort, y se acaba de marchar justo antes de que abrierais la puerta…se ha ido…
El grupo entero palideció y se sorprendió, al darse cuenta de que habían llegado demasiado tarde. El dios oscuro ya no estaba en la base de la organización, y podían comprobarlo claramente porque ya no sentían la poderosa aura mágica de hace unos instantes:
- ¿¡Qué se ha ido!?- exclamó Rex, perplejo- ¿¡A dónde!?
Lo que respondió Rodvar a continuación dejó totalmente pálidos y atónitos a todos los presentes, que se quedaron con los ojos y la boca abierta mudos de terror:
- Al encuentro con el mismísimo Ludmort…hacia el corazón de la oscuridad más absoluta.

Eduardo y los demás no podían creer lo que oían, estaban perplejos y paralizados de miedo y terror:
- ¿¡Derriper va a…reunirse con Ludmort!?- exclamó Alana, asustada.
El científico de negro soltó una ligera risa malvada por lo bajo, tras lo cual volvió a hablar diciendo:
- Ahora que mi señor el séptimo ya ha eliminado toda barrera innecesaria de espera, es sólo cuestión de tiempo que el monstruo llegue al planeta…quizá unas cinco o seis horas…- aclaró Rodvar- lo único que le falta a mi señor Derriper es obtener el resto de su poder como dios…ahora mismo sólo cuenta con una cuarta parte de su poder total.
Al grupo entero le recorrió un siniestro escalofrío por la espalda. Si la información del enemigo era correcta, el monstruo Ludmort llegaría al planeta aquella misma noche: Limaria no vería nunca más el amanecer de un nuevo día.
Por otro lado, Rodvar acababa de afirmar que el dios oscuro quería conseguir lo que le faltaba de poder: seguramente el resto que no poseía, debido al pacto de los seis primeros dioses que crearon Limaria. De ser así, en aquellos momentos Derriper era mucho más vulnerable, y era la ocasión perfecta para acabar con él.
Todos sabían que, si el líder de la organización Muerte adquiría plenamente todo su poder como dios, no tendrían ninguna posibilidad contra él, y junto a ellos el mundo estaría condenado a morir.

- ¡¡Maldita sea…Ludmort llegará al planeta esta misma noche!!- dijo Jack, frustrado y apretando los puños y dientes- ¡¡Y encima no sabemos en qué parte exacta del continente central va a caer el monstruo!! ¿¡Cómo vamos a dar con él!?
En ese momento el científico de negro volvió a hablar, y sus tranquilas y calculadoras palabras llamaron la atención de todos los presentes:
- Sobre ese tema, mi señor Derriper me ordenó que  os comunicara un último mensaje de su parte.
- ¿¡Un mensaje!?- exclamó Erika, sorprendida- ¿¡Para nosotros!?
Lo que dijo Rodvar a continuación dejó completamente pálidos y perplejos a Jack y los demás, que tardaron un poco en asimilar la inquietante y misteriosa respuesta del dios oscuro:
- Me comunicó que os esperaba en el único lugar donde nunca debieron haberse conocido…”donde empezó todo”.

“¿¡Donde empezó todo!?”- exclamó Eduardo en su mente, atónito- “¿¡Qué querrá decir con eso!?”

A partir de entonces el grupo ya tenía una ligera pista sobre el paradero de su enemigo, y con ella en mente ya podían empezar a buscar al dios oscuro. Jack se giró a sus compañeros y les dijo, seriamente:
- Sea lo que sea, al menos ya tenemos una pista por la que guiarnos… ¡si queremos encontrar a Derriper, antes tendremos que ir nosotros también a por Ludmort!
Los demás asintieron con la cabeza y, olvidándose por completo de Rodvar, dieron media vuelta y echaron a correr hacia la enorme puerta de salida. Ahora que sabían que su objetivo ya no se encontraba allí, ya no había motivo para seguir buscando en la base de la organización Muerte.

Sin embargo, en ese momento ocurrió algo que detuvo su avance, y que dejó totalmente pálidos y atónitos a todos los presentes.

A medio camino atravesando la enorme sala, la puerta de salida por la que habían entrado recibió un nuevo conjuro de protección, que vieron claramente cuando dicha puerta empezó a brillar con una misteriosa luz mágica. Sabían perfectamente lo que aquello significaba:
- ¡¡Mierda!!- exclamó Cristal, enfadada- ¡¡Otra vez no!!
La voz del científico los sorprendió a sus espaldas, hablando con siniestro sarcasmo y maldad:
- ¿Ya os vais? ¿Tan pronto?- preguntó Rodvar, con una sonrisa maliciosa- ¡Pero si acabáis de llegar!
Alana y los demás dieron media vuelta de nuevo, de cara al trono oscuro. La pelirroja gritó, cansada y enfadada de tantas trampas:
- ¡¡Déjanos salir, maldito desgraciado!!
El hombre de negro los miraba, a través de sus ojos grises y oscuros que se reflejaban en los cristales transparentes de sus gafas:
- Siento mucho tener que daros esta mala noticia, pero…me temo que no puedo dejaros marchar tan fácilmente…- explicó Rodvar, tranquilo- mi señor Derriper me ha dado la última orden de que os asesine aquí mismo a todos, tratando de ganar el mayor tiempo posible para sus deseos y voluntad…- y luego añadió, refiriéndose a la entrada- esa puerta no se abrirá a menos que yo muera…en otras palabras…jamás conseguiréis salir de aquí, no sin antes derrotarme.
El grupo entero palideció en ese momento, al darse cuenta de lo que aquello significaba:
- ¡¡Pero, entonces…!!- exclamó Rex, perplejo- ¡¡Tú eres…!!
- Así es…yo soy la tercera y última prueba que debéis superar para llegar hasta mi señor el séptimo…-afirmó Rodvar- el último miembro leal de la organización al ser oscuro, el último obstáculo en vuestros inútiles intentos por salvar este condenado mundo de su destrucción.

Todo el equipo desenfundó mágicamente sus armas y se pusieron en guardia, mirando al enemigo a muchos metros de distancia. Sabían que aquella sería la última batalla contra un miembro de la organización Muerte, antes del combate final contra Derriper:
- Puede que yo haya permanecido en la sombra, al margen todo este tiempo, y que no haya actuado ni hecho nada por mi cuenta…- dijo el científico, con una sonrisa maléfica- como las trampas y la mentira de Helio sobre la muerte de tus padres…o la brillante actuación de Magno asesinando al primer elegido de la llave espada…pero…

Erika se alarmó en ese instante, cuando oyó que el enemigo se refería al tema de la muerte de sus progenitores mirándola a ella. Enseguida alzó la voz, casi gritando y apretando los puños, sujetando la vara mágica:
- ¿¡Qué…qué has dicho!?- exclamó ella, sorprendida- ¿¡La mentira sobre la muerte de mis padres!?
- Él mismo nos lo contó días antes de que entrarais en el bosque de la muerte, y al principio creíamos que era un plan inútil…crear una mentira lo más realista posible para hacer que os enfadarais y os separarais ambos era un objetivo difícil, teniendo en cuenta el fuerte vínculo que os mantiene a los dos…- explicó el científico- pero nunca imaginamos que su absurdo plan acabaría siendo un éxito, pero tratándose de Helio ningún otro habría podido hacerlo más creíble y realista…la idea de robar el collar original de tu madre y mancharlo de sangre también fue suya, a pesar de tener que hacer un viaje tridimensional a La Tierra…
- El resto lo hizo con sus habilidades psíquicas ilusorias en el sueño de Eduardo…no resultó ser tan difícil como creíamos.
Erika entendió perfectamente las palabras del enemigo, y un brillante rayo de esperanza se iluminó en su rostro, cuando exclamó diciendo, sorprendida y en alta voz:
- ¿¡Eso significa que…mis padres siguen vivos, en La Tierra!?

Con aquella buena noticia en mente, y la esperanza de que sus progenitores aún seguían con vida y esperándola en su mundo, la chica empuñó fuertemente la vara mágica en sus manos. Tenía una nueva razón para luchar y seguir adelante: volver a casa con sus seres queridos.

Tras la interrupción por parte de la joven durante el discurso de Rodvar, éste retomó su monólogo por donde lo había dejado. El resto del grupo no bajó la guardia ni un segundo, con las armas en las manos, mientras observaban y escuchaban al enemigo frente a ellos:
- Puede que yo haya permanecido en la sombra, al margen todo este tiempo, y que no haya actuado ni hecho nada por mi cuenta…como las acciones de mis comandantes superiores…- explicó el científico, con una sonrisa maléfica- sin embargo, yo sólo he logrado algo que ninguno de ellos habría podido hacer nunca…obrar el milagro de crear artificialmente a un nuevo portador de la materia suprema…al ser que acabará destruyendo este patético y podrido mundo contaminado por los humanos…
Eduardo y los demás se sorprendieron, al ver que Rodvar no llevaba armas para luchar: estaba completamente desarmado. En su lugar metió una de sus manos de guante negro en uno de sus bolsillos, del que extrajo una jeringuilla de cristal cargada en su interior con un siniestro líquido de color morado oscuro:
- ¿¡Una jeringuilla!?- exclamó Cristal, en tono de burla- ¿¡De verdad piensa que puede derrotarnos con semejante y pequeño instrumento de medicina!?
Ray, al contrario que ella y el resto, estaba pálido y había perdido de repente el color del rostro. En su cara se reflejaba miedo y horror con tanta claridad que cualquiera que lo viera sabría que estaba aterrorizado, incluso le temblaba el cuerpo:
- ¿¡Eso…eso es…lo que creo que es!?- pronunció el chico de negro, a media voz.
Sus amigos muy pronto se dieron cuenta del miedo que sentía, y no tardaron en contagiarse de su preocupación. Ray debía de conocer perfectamente lo que era aquello, habiendo estado tantos años dentro de la organización, y si tenía tanto miedo como para ponerse así debía de tener una buena razón. La gravedad de la situación debía de ser mucho más grande de lo que imaginaban:
- Ray…- dijo Alana, preocupada- ¿Qué…qué es eso?
El chico de negro tardó un poco en responder. Trataba de recuperarse del susto, y aún temblando respondió a medias:
- El problema no es la jeringuilla…sino el líquido oscuro que lleva dentro.

Rodvar los veía a todos muy sorprendidos mirándole, y supo que el chico con gafas había adivinado enseguida lo que tenía en su mano:
- Imagino que tú sí sabes lo que es esto, ¿verdad, Ray?- sonrió el científico- lo que tengo ahora mismo en mi mano se trata ni más ni menos…que una muestra de sangre del mismísimo Ludmort.

Todos palidecieron y perdieron el color del rostro, al oír esas palabras. Aquello que tenía Rodvar en su mano era la sangre oscura del monstruo Ludmort: el mismo ser diabólico que había estado amenazando Limaria una y otra vez desde el principio de los tiempos. No podían creer que tuvieran una muestra de su ADN justo delante de sus narices:
- ¿¡La…la sangre de Ludmort!?- exclamó Rex, atónito y con la boca abierta.
- En efecto, la misma del monstruo en persona…obtenida durante la amenaza de Ludmort, hace quince años…- explicó el científico de negro, que luego se dirigió a Eduardo con las siguientes palabras- yo te creé con esta misma muestra, elegido de la llave espada…y parte de ella corre ahora mismo por tus venas.

Lo que dijo Rodvar a continuación dejó completamente sorprendidos y perplejos a todos los presentes:
- Sin embargo, dentro de esta jeringuilla no solo se encuentra la sangre de Ludmort, sino también la del resto de miembros de la organización Muerte…- explicó el enemigo, tranquilamente- en otras palabras…en este líquido oscuro están mezcladas todas las muestras de ADN de todos los miembros de la organización…sumadas a la sangre del monstruo, claro está…
Jack y los demás se horrorizaron profundamente al escuchar esas palabras: Rodvar llevaba en su mano el ADN mezclado de todos los enemigos a los que se habían enfrentado hasta ahora. No entendían para qué había creado tal cosa el científico de negro:
- ¿¡Y de qué demonios le sirve ahora la sangre de todos sus compañeros caídos!?- preguntó Cristal, frunciendo el ceño- ¿¡Es que pretende matarnos con una sobredosis letal de ése líquido!?

Su pregunta no fue mal encaminada cuando se sorprendieron y alarmaron de repente, al ver que Rodvar agarró con fuerza la jeringuilla en su mano derecha. Desde ese instante supieron lo que pretendía hacer:
- ¡¡Oh no, se ha vuelto loco!!- exclamó Jack, asustado y horrorizado- ¡¡Va a inyectarse él mismo el líquido oscuro!!
El científico de negro miró una última vez al cielo, como si al que le hablara estuviera ahí arriba. Sonrió maliciosamente mientras pronunciaba:
- Por ti, mi señor Derriper…que todo se haga según tus deseos y voluntad… ¡larga vida al séptimo!!

En ese momento Eduardo y los demás palidecieron y, con los ojos y la boca abierta de terror, perdieron el color del rostro de repente. Rodvar se inyectó con fuerza la aguja de la jeringuilla en su brazo izquierdo, y a continuación presionó con el dedo pulgar el émbolo de la parte superior hacia abajo. El líquido negro que había dentro acabó inyectándose de lleno en el organismo del enemigo, sin dejar una sola gota.

Tras inyectarse el contenido del interior de la jeringuilla, ésta cayó de la mano del científico de negro al suelo, donde estalló y se rompió en mil pedazos. Muy pronto los efectos letales del líquido oscuro empezaron a surtir efecto en Rodvar, ya que el enemigo comenzó a jadear y a respirar con dificultad, mientras le temblaba todo el cuerpo. Lo más terrorífico y escalofriante de todo era que no dejaba de sonreír diabólicamente mientras decía:
- ¡¡Contemplad con vuestros propios ojos…mi mayor e increíble obra maestra…!!- exclamaba el enemigo- ¡¡La más poderosa y definitiva combinación letal…entre Ludmort y la organización Muerte!!
Eduardo y los demás no bajaron la guardia ni un instante, con las armas en las manos, mientras miraban sorprendidos a Rodvar:
- ¡¡Ha llegado vuestra hora…!!- exclamó el enemigo, casi al borde de la locura y la demencia- ¡¡Preparaos a morir, elegidos de la profecía…porque vuestro viaje por Limaria…termina aquí!!

En ese momento todos los presentes palidecieron y perdieron el color del rostro, al ver con sus propios ojos lo que contemplaron a continuación. Jack y los demás fueron testigos de la horrible y terrorífica transformación del científico de negro, cuyo sello de Ludmort que llevaba al cuello empezó a brillar intermitentemente en rojo al igual que sus ojos.
Al cabo de unos segundos dicho sello comenzó a expandirse por todo el cuerpo del enemigo, cambiándole por completo el color de la piel y de los ojos.
Frente a lo que en un principio esperaban, la transformación de Rodvar resultó ser completamente radical y diferente a la de cualquier otro miembro de la organización vista hasta ahora. Sorprendentemente y al igual que Magno, al científico también le salieron otros cuatro brazos en su tronco: dos a cada lado, como si de una extraña mutación se tratara.
Para mayor sorpresa de todos, uno de sus brazos se convirtió en una familiar cabeza de serpiente, con las fauces y los colmillos abiertos; y en cada una de sus nuevas cinco manos restantes surgió una espada enlazada a una magia elemental distinta: Piro, Hielo, Electro, Aqua y Oscuridad.
Pero sin embargo, y dejando aparte el cambio de color de piel, de los ojos y de los colmillos, lo que realmente daba profundo miedo y terror eran los siniestros rostros que surgieron en la piel de Rodvar. Unas nuevas caras, sin ojos y un poco descompuestas surgieron: dos a cada lado de la cara original del científico, mirando a derecha e izquierda, y las otras tres formando un triángulo en el pecho al descubierto del enemigo.
Ray reconoció enseguida todas esas caras, ahora también formando parte del nuevo cuerpo aberrador y monstruoso de Rodvar, y palideció completamente con los ojos y la boca abierta de terror:
- ¡¡Esos…esos son…!!
El resto del grupo también perdió el color del rostro, al reconocer los rostros que habían surgido en la piel del científico:
- ¡¡Son todos los miembros de la organización Muerte!!- exclamó Rex, atónito.

En efecto, las caras ahora mostradas en el cuerpo de Rodvar se trataban ni más ni menos que de los rostros muertos de sus antiguos enemigos caídos: Magno y Helio a cada lado de la cara original del enemigo, y Lectro, Venigna y Asbel formando el triángulo en su pecho al descubierto. Ver aquellos rostros muertos también siendo parte del propio Rodvar era una auténtica aberración de la naturaleza, y le conferían un aspecto peligrosamente más monstruoso:
- ¡¡Por todos los dioses…!!- exclamó Alana, horrorizada- ¿¡Qué…qué es eso!?
- ¡¡Ha mezclado su propio ADN con el de Ludmort y el resto de sus compañeros de negro!!- explicó Ray, temblando de miedo- ¡¡Ha mutado con la sobredosis letal de la sangre del monstruo, y acaba de convertirse en algo parecido a él!!

El chico de negro enseguida se alarmó cuando vio que Rodvar blandió en el aire la espada Electro, y avisó a sus amigos del peligro que se avecinaba:
- ¡¡Cuidado!!- gritó Ray, anticipándose al enemigo- ¡¡Saltad, no toquéis el suelo!!
Y justo en ese momento, desde el instante en que Rodvar clavó su espada Electro en el suelo con fuerza, comenzó la acción y el combate: la tercera prueba acababa de empezar, siendo la sala del trono el nuevo campo de batalla.
Todos los miembros del grupo saltaron a gran altura, justo unas milésimas de segundo antes de que una fuerte corriente eléctrica sacudiera todo el suelo y lo hiciera temblar de alto voltaje, durante unos segundos.

Estando todavía en el aire, enseguida supieron que el ataque del enemigo aún no había acabado porque les recorrió un siniestro escalofrío por la espalda. Al girarse todos descubrieron, horrorizados, que Rodvar estaba ahí, suspendido en el aire en medio de todos ellos. Acababa de moverse a toda velocidad y sin hacer ruido, como una sombra silenciosa:
“¡¡Qué rápido es!!”- pensó el perro, en su mente- “¡¡Ni siquiera he notado su movimiento en apenas unos instantes!!”
Sin darles tiempo a reaccionar, el monstruo mutado empezó a girar trescientos sesenta grados a toda velocidad, empuñando con fuerza sus cinco espadas elementales. El filo de las armas alcanzó en el aire a todos los miembros del grupo, que los hirió rajándoles alguna parte de su cuerpo, y los envió en picado al suelo.

Cristal fue la primera en reaccionar, cuando alzó de nuevo la vista arriba. Se sorprendió al ver que Rodvar blandió las tres espadas de fuego, hielo y agua, y de ellas salieron disparadas cuchillas de las tres magias elementales:
- ¡¡Cuidado, gente!!- gritó la princesa- ¡¡Apartaos!!
El resto del grupo logró levantarse a tiempo y esquivar por los pelos las cuchillas elementales, que impactaron en el suelo y lo destrozaron, agrietándolo.
Todos retrocedieron bastante, intentando ganar algo de distancia, y cuando finalmente su enemigo cayó de pie en el suelo, Jack gritó firme y decidido:
- ¡¡Atacad todos, ahora!!
Tanto el mago como el resto de sus amigos apuntaron con sus armas a Rodvar, y desde ese instante comenzaron a dispararle diferentes magias elementales, repetidas veces y sin parar:
- ¡¡Piro++!!- gritó Rex.
- ¡¡Hielo++!!- dijo Cristal.
- ¡¡Electro++!!- exclamó Jack.
- ¡¡Aqua++!!- gritó Erika.
- ¡¡Aero++!!- dijo Alana.
- ¡¡Bio++!!- exclamó Eduardo.
- ¡¡Gravedad++!!- gritó Ray.
Todos estos ataques mágicos combinados fueron disparados a la vez repetidas veces contra el monstruo, rodeado por todos los miembros del grupo. Sin embargo, y lejos de lo que esperaban, se quedaron completamente sorprendidos y con la boca abierta tras lo que vieron a continuación.
A excepción de la magia Aero++, que acertó y desequilibró a Rodvar durante unos breves segundos, el resto de ataques fueron absorbidos por las diferentes espadas elementales, que le sirvieron de escudo al enemigo y anuló los hechizos ofensivos lanzados por el equipo:
- ¿¡Pero qué…!?- exclamó Eduardo, perplejo- ¿¡Qué ha pasado!?
- ¡¡Ha absorbido la magia con sus armas!!- exclamó Erika, también sorprendida- ¡¡Los ataques mágicos no tienen ningún efecto sobre él!!

En ese momento, y aún perplejos por lo que acababan de ver, no reaccionaron a tiempo cuando Rodvar los apuntó a todos y cada uno de ellos con sus espadas, de las que salieron disparados los ataques mágicos elementales que lanzó cada uno por separado. Rex, Cristal, Jack, Erika, Eduardo y Ray recibieron el mismo ataque que lanzaron contra su enemigo, pero doblado a la máxima potencia, y acabaron rodando por el suelo hasta parar un poco más lejos, heridos:
- ¡¡Chicos, no!!- gritó Alana, preocupada.
Sin embargo, justo cuando la pelirroja estaba a punto de echar a correr hacia sus compañeros, algo la detuvo en seco. Palideció y se sorprendió al ver que unas extrañas y misteriosas garras oscuras la sujetaron por las muñecas y los tobillos, reteniéndola y sin poder moverse. Éstas procedían del monstruo mutado, que a pesar de la distancia de seguridad, se estiraron y alargaron hasta su posición. Le resultaban siniestramente familiares, y creía haberl visto esas garras antes:
- ¿¡Pero qué!?- dijo Alana, perpleja.
Su rostro palideció aún más al ver frente a ella cómo Rodvar la apuntaba con su único brazo convertido en cabeza de serpiente. Las fauces abiertas del reptil mostraban en su interior una peligrosa carga de energía, que poco a poco acumulaba y se hacía más grande y fuerte.
La pelirroja trataba de forcejear para escapar, pero era inútil. Las garras oscuras la sujetaban con tanta fuerza que era incapaz de moverse:
- ¡¡Mierda!!- exclamó Alana- ¡¡No puedo moverme!!
En ese momento perdió totalmente el color del rostro, cuando al mirar al frente la carga de energía ya había terminado de completarse. Fue en ese instante en el que cerró los ojos cuando la cabeza de serpiente finalmente disparó su mayor ataque, que alcanzó de lleno a la piloto y provocó una tremenda explosión.

Sus amigos heridos contemplaron cómo la pelirroja salía volando por los aires a toda velocidad y acababa estrellándose contra una pared del fondo de la sala, gravemente herida:
- ¡¡Alana!!- gritaron todos, preocupados.
Jack y los demás se levantaron del suelo, con rasguños por todo el cuerpo, mientras miraban con precaución al enemigo desde una distancia de seguridad y sin dejar de empuñar sus armas. El chico de negro se dio cuenta entonces de lo que pasaba, y se comprobaba a simple vista con solo observar a Rodvar:
- Ahora lo entiendo…ya sé lo que pasa…
- ¿Qué quieres decir, Ray?- preguntó Rex, confuso por sus palabras.
- Fijaos en los rostros del cuerpo de Rodvar- respondió el chico con gafas- está usando los poderes y las habilidades mezcladas de todos sus compañeros de negro a la vez.
El resto del grupo supo a lo que se refería, cuando recordaron los movimientos del monstruo desde el inicio del combate. La descarga eléctrica de Lectro, la espada gélida de Helio y la ardiente de Magno, el arma oscura de Asbel y la mano convertida en cabeza de serpiente de Venigna. Todos reconocieron enseguida esas armas, propias de cada uno de los enemigos a los que se habían enfrentado hasta ahora, y palidecieron aún más al ver las nuevas extremidades de Rodvar:
- ¿¡Esas no son…las garras oscuras de Alejandro!?- exclamó Cristal, atónita al recordarlas.
La princesa tenía razón en cuanto a lo de las garras: eran las mismas que usó el mago oscuro contra ellos durante la boda de éste con Erika.

El resto del grupo perdió el color del rostro con solo imaginarse la idea de lo que aquello significaba:
- ¿¡Quieres decir que…estamos luchando contra todos los miembros de la organización Muerte…al mismo tiempo!?- exclamó Eduardo, asustado y horrorizado.

No hicieron falta palabras, ya que la respuesta la tenía frente a ellos, y podían comprobarlo con sus propios ojos. Los rostros muertos y descompuestos de todos los miembros de la organización, sumados a las armas o las habilidades que éstos tenían, eran suficiente para saber que lo que había dicho el joven elegido de la llave espada era verdad.
A diferencia de las dos anteriores pruebas y del resto de combates librados hasta ahora, en aquella última prueba tenían que enfrentarse al grupo entero de la organización de negro: terroríficamente fusionados en un horrible y espantoso monstruo con forma humana.
Si ya de por sí era difícil luchar contra un solo miembro, aquel último desafío suponía un duro reto, llevado hasta niveles que ninguno de ellos hubiera llegado a imaginar jamás.

Viendo la terrible y peligrosa gravedad de la situación a la que se enfrentaban, Jack se adelantó un paso a los demás. Se puso delante de los dos jóvenes y les dijo seriamente, sin vacilar y dándoles la espalda:
- ¡¡Eduardo, Erika, manteneos al margen de esta lucha!!
Ambos se sorprendieron de repente, como si les acabaran de dar una mala noticia. El mago los estaba echando abiertamente y les prohibía participar en la batalla:
- ¿¡Qué!?- exclamó la chica, perpleja- ¡¡Ni hablar, no pienso quedarme atrás!!
- ¡¡Yo tampoco!!- afirmó el chico, firme y serio- ¡¡No permitiré que luchéis sin mí!!
Jack les reprochó diciendo, con el mismo semblante oscuro y serio con el que sus amigos sabían que no bromeaba:
- Escuchadme…este combate no es como cualquier otro que hemos librado hasta ahora…nos enfrentamos ni más ni menos que a todos los miembros de la organización Muerte juntos…no se trata de una broma, sino de algo completamente peligroso…
El mago siguió hablando, pronunciando cada palabra con madurez y seriedad:
- Además, vosotros ya bastante habéis luchado en las dos primeras pruebas, y aún no estáis recuperados de vuestras heridas…- explicó Jack- ahora mismo no estáis en condiciones de librar un nuevo combate…y lo único que haríais sería estorbarnos durante la batalla.
Los dos jóvenes sabían perfectamente que su amigo tenía razón. Aunque lo negaran o trataran de fingir, en realidad sentían mucho dolor por todo su cuerpo, debido a sus esfuerzos en las dos primeras pruebas. Las heridas de sus respectivos combates contra los comandantes Magno y Helio todavía seguían muy recientes, y se notaba a simple vista a la hora de realizar sus movimientos.
Ambos eran muy lentos con sus acciones ofensivas y defensivas, y en aquel estado eran un blanco muy fácil para el enemigo.

Aun conociendo la realidad de la situación, los dos jóvenes se sentían inútiles con la sola idea de quedarse al margen de la acción. Erika trató de mentir diciendo:
- ¡¡Pero si estamos bien, no necesitamos recuperarnos m…!!
Un fuerte dolor la interrumpió en su costado derecho, debido a la puñalada que se dio ella misma durante el combate contra Helio. La chica acababa de delatarse y ambos sabían que ya de nada servía tratar de fingir más. Jack les dejó bien claro que no estaba dispuesto a dejarlos participar en la batalla:
- No pienso discutir esto con vosotros… ¡¡manteneos al margen de este combate!!
Antes de que el mago echara a correr hacia el monstruoso enemigo que tenían delante, Eduardo lo detuvo en seco a apenas tres pasos, alzando la voz:
- ¡¡Espera, Jack!! ¡¡Se supone que estamos juntos en todo, en las buenas y en las malas, y que nadie luchará sólo por su cuenta!!- exclamó el chico, seriamente- ¡¡Tú mismo lo dijiste!! ¿¡Recuerdas!? ¡¡Permanecer siempre juntos!!

Su compañero le preguntó en ese momento, de la misma forma y contradiciéndole:
- Dime, Eduardo… ¿Quiénes se enfrentaron a Magno y Helio en solitario? ¿Quiénes combatieron contra ellos y ganaron, sin nuestra ayuda? ¿Quiénes han demostrado ser valientes en las dos primeras pruebas?
El chico de rojo se quedó sorprendido, porque conocía la respuesta a aquellas preguntas. Lo que le dijo Jack a continuación lo dejó todavía más atónito y perplejo:
- Ahora nos toca a nosotros, los guardianes, demostrar que también somos valientes… ¡¡porque ésta…es nuestra lucha!!
Erika también estaba perpleja y asombrada por la determinación de su amigo, y dijo a media voz, sorprendida:
- Jack…
- Esta tercera y última prueba la libramos nosotros, y no estamos dispuestos a permitir que muráis…no después de todo el esfuerzo que hemos hecho hasta ahora…- explicó el mago, seriamente- ¿Por qué si no…para qué os habría estado buscando todos estos años? ¿Para qué os habríamos estado protegiendo todo este tiempo?- y luego dijo una cosa que tocó el corazón de los dos jóvenes, muy firme y decidido- ¡¡Marina se sacrificó por nosotros…nos brindó una nueva oportunidad para seguir adelante!! ¿¡Es que acaso queréis que su muerte haya sido en vano!?
Erika y Eduardo permanecieron callados y mudos de la sorpresa, reflexionando sobre las palabras de Jack. Su compañero tenía razón en todo lo que había dicho, y más cuando les hizo recordar a su querida amiga fallecida Marina.
La maga sagrada también había luchado en vida para protegerlos, como otra guardiana más, y su último deseo antes de morir fue darles más tiempo antes de la llegada de Ludmort. Si murieran ahora después de todo por lo que habían pasado y el esfuerzo realizado por el resto de sus compañeros, su sacrificio y muerte habrían sido en vano.

Los dos jóvenes entendieron el mensaje que quería transmitirles su amigo, y enfundaron sus armas sagradas haciéndolas desaparecer de nuevo mágicamente de sus manos. Reconocieron que ya bastante habían luchado en las dos primeras pruebas, y que ahora le había llegado el turno de combatir a sus guardianes.
Superar esta última prueba dependía ahora únicamente de ellos, y se lo demostraron al mago mientras lo miraban a los ojos y sonreían diciendo:
- Está bien, Jack…nosotros nos quedaremos al margen- dijo Erika, con una sonrisa segura- el resto ahora depende de vosotros.
- Buena suerte- dijo Eduardo, también con la misma sonrisa que su compañera- estamos seguros de que ganaréis…porque sois nuestros guardianes.
El hombre rubio y de ojos azules sonrió a su vez, agradecido por su comprensión:
- Gracias, chicos.

De esa forma Eduardo y Erika retrocedieron varios pasos atrás para finalmente dar media vuelta, echar a correr y alejarse del escenario de combate. Por su parte, Jack y los demás volvieron a ponerse en guardia con sus armas, mientras vigilaban la distancia de seguridad con el enemigo. El mago ordenó a uno de sus compañeros seriamente, diciéndole:
- ¡¡Rex, ve a ayudar a Alana, rápido!!
El perro asintió con la cabeza y corrió a sanar a su amiga herida, un poco más lejos. Cristal y Ray se quedaron junto a Jack, todos con las armas en las manos, y los tres miraban de frente a Rodvar, que permanecía quieto en su sitio y sin moverse. Por primera vez en todo el combate, el monstruoso enemigo pronunció unas palabras y habló diciendo, con la voz original del científico de negro:
- ¿Así que voy a tener que enfrentarme al grupo de guardianes de los elegidos, eh?- sonrió Rodvar maliciosamente- Bueno… ¿qué más da unos que otros primero? Al final todos moriréis si no es en mis manos, en las del señor oscuro Derriper…aunque ganarais este combate, no tendríais ninguna posibilidad contra mi señor.

Por suerte Rex había llegado a tiempo para sanar a la pelirroja, cuyas heridas tras el cañón oscuro de Venigna resultaron ser muy graves, y le dio a beber un elixir que llevaba encima. Tras beberlo, enseguida Alana pareció recuperarse del todo, que se levantó del suelo y agradeció la ayuda de su amigo.
Con sus martillos de nuevo en ambas manos, ella y el perro se pusieron también en guardia, listos para luchar.
Erika y Eduardo se mantuvieron alejados del escenario de combate, atentos y sin apartar la mirada. Con Jack y los demás en sus posiciones y preparados para luchar, la verdadera batalla estaba a punto de comenzar.

El grupo de guardianes tomó la iniciativa cuando echó a correr hacia el enemigo, decididos a atacar. No fue difícil esquivar las garras oscuras que se lanzaron contra ellos a distancia, pues ya las conocían de sobra desde su anterior combate contra Alejandro, y sabían sus patrones de movimiento. Por tandas de dos o tres miembros, todos atacaron a la vez con sus armas. Si la magia no servía contra él, sólo les quedaba el combate cuerpo a cuerpo.
Sin embargo, lo peor no eran las garras, sino las propias espadas de Rodvar, y muy pronto lo descubrieron tras la primera ronda.
Se libró en ese instante un frenético duelo de cinco contra uno, en el que todos los participantes llegaron hasta el científico transformado e intentaron herirlo con sus armas. Lejos de la realidad y de la ventaja en número que tenían, Rodvar consiguió abatirlos a todos en medio de una acelerada tormenta de movimientos rápidos, en los que bloqueaba, esquivaba y contraatacaba a una velocidad increíble.
A pesar de estar en desventaja luchando contra cinco oponentes, uno a uno todos cayeron seguidos tras unos breves momentos de intensa lucha y de ecos metálicos al chocar las armas. Jack, Cristal, Rex, Alana y Ray fueron heridos con un nuevo corte del filo de las espadas del enemigo, que acabaron algunos volando por los aires y otros rodando por el suelo:
- ¡¡Chicos, no!!- gritaron los dos jóvenes, preocupados.

El mago y los demás se levantaron, un poco doloridos por los dos cortes que llevaban, todavía con fuerzas para luchar. Empuñaron de nuevo sus armas, mientras el líder del grupo decía:
- ¡¡Muy bien, tu lo has querido…a ver qué te parece esto!!
Jack apuntó con su bastón mágico a Rodvar y éste empezó a brillar, acumulando energía. Tras unos segundos de carga, finalmente el hombre de pelo rubio conjuró su más poderoso hechizo mágico ofensivo, gritando:
- ¡¡Fulgor++!!

Del arma de Jack salió disparada una enorme bola de fuego mágica, que alcanzó a su objetivo y produjo una gran explosión, seguido de una humareda. Pasaron varios segundos de silencio, en los que no se oía nada y aparentemente todo estaba tranquilo. Una siniestra paz y tranquilidad reinaba en el ambiente:
- ¿¡Ya está!?- preguntó Alana, confusa- ¿¡Se ha acabado todo!?
- Lo dudo mucho…todavía siento su aura mágica- confirmó Ray, seriamente- pase lo que pase, no bajéis la guardia ni un momento.
Unos tensos y largos segundos de silencio pasaron, llenos de intriga y suspense. Sabían que el enemigo estaba vivo, escondido dentro de la nube de humo negra, y esperaban en guardia a que realizara su próximo movimiento.

Lo que ocurrió a continuación los pilló por sorpresa y completamente desprevenidos. Dos de las garras oscuras salieron de repente y a toda velocidad de la humareda, directas hacia Jack: una de ellas lo desarmó tirando el bastón mágico al suelo un poco más lejos, y la otra hundió sus afiladas uñas en el estómago del mago, que lo hizo gritar de dolor y bajar la guardia.
Durante esos mismos segundos Rodvar también salió corriendo de la nube de humo negra a toda velocidad, para sorpresa de todos los que estaban distraídos con las garras oscuras. El monstruo mutado se acercó en apenas unos segundos a Jack, y atravesó con su espada oscura el hombro derecho de éste, provocándole una sangrienta herida que manchó de rojo el filo del arma del enemigo:
- ¡¡Jack!!- gritaron todos.
- ¡¡A por él!!- exclamó Rex, enfadado.

Estando rodeado, los cuatro miembros restantes del grupo se lanzaron corriendo a atacar a Rodvar. Los que estaban más cerca de él y los primeros en atacarle fueron Cristal y Ray, que con un grito de furia intentaron herirlo por detrás con sus respectivas armas.
Como si tuviera ojos en la nuca con los rostros muertos de Magno y Helio, sus respectivas armas de fuego y hielo bloquearon las de la princesa y el chico con gafas, para mayor y terrorífica sorpresa. Enseguida las otras dos espadas de agua y electricidad terminaron de rematarlos con un mandoble cruzado, sin darles tiempo a reaccionar y enviándolos un poco más lejos, heridos:
- ¡¡Cristal, Ray!!- gritó Rex, corriendo hacia el enemigo.
El perro se aproximaba a Rodvar y sería el siguiente en atacarlo. El monstruo mutado apuntó con la espada ardiente de Magno hacia él y provocó una bomba de aire a escasos metros de su oponente, que lo hizo retroceder y perder el equilibrio durante unos segundos.
A continuación movió al indefenso Jack que aún tenía en su espada oscura y blandió rápidamente su arma de forma que lanzó el cuerpo del mago a toda velocidad contra su compañero. El perro no pudo reaccionar a tiempo debido a que todavía estaba desequilibrado, y tras recibir de un golpe el cuerpo de su amigo ambos acabaron rodando por el suelo hasta llegar un poco más lejos:
- ¡¡Jack, Rex!!- gritó Alana, al ver a sus compañeros heridos.

La pelirroja era la única que quedaba en pie de los guardianes, pero aún así no tenía miedo de enfrentarse a aquel horrible monstruo. Enlazó la magia hielo a uno de sus martillos pesados y lo lanzó con fuerza directo a Rodvar. Éste bloqueó con la espada gélida de Helio el martillo, cuyas cadenas de ese extremo quedaron agarradas al arma del enemigo.
Alana se sorprendió al descubrir que la espada gélida empezó a absorber la magia enlazada, y que tardaba varios segundos en el proceso sin poder atacar o defenderse con dicha arma:
“¡¡Ya lo tengo!!”- pensó ella, al encenderse una bombilla en su mente- “¡¡Eso es!!”
A continuación apuntó con la única palma de la mano abierta que tenía libre hacia su enemigo y exclamó diciendo:
- ¡¡Aero++!!
Una fuerte ráfaga de aire salió disparada hacia el monstruo, que sorprendentemente le alcanzó y le hizo daño, desequilibrándolo durante unos breves y cortos segundos. Alana se dio cuenta entonces del punto débil de Rodvar, y supo cuál era la forma de herirlo:
“¡¡Ahora lo entiendo…cada una de sus armas es capaz de absorber una magia elemental distinta, por lo que lo hace prácticamente invulnerable a cualquier ataque elemental…menos a uno!!”- exclamó la pelirroja en su mente- “¡¡No tiene nada con que absorber el aire…la magia Aero es su punto débil!!”

Inmersa de lleno en sus pensamientos, no estuvo atenta cuando sintió la fuerza sobrenatural del monstruo arrastrarla con violencia. No pudo soltar su mano derecha en la que sujetaba el otro extremo de la cadena con el otro martillo porque una garra oscura la apresaba a su propia arma:
- ¡¡Mierda!!- exclamó Alana- ¡¡No puedo soltarme!!
La piloto salió volando por los aires y acabó estrellándose brutalmente contra el suelo, que lo resquebrajó y agrietó a su alrededor. La pelirroja gritó de dolor al sentir crujir todas sus costillas por dentro y escupió sangre por la boca:
- ¡¡Alana!!- gritaron Erika y Eduardo, preocupados.

Rodvar quitó las cadenas atadas a su espada gélida y dejó caer el martillo pesado al suelo, que lo resquebrajó del impacto. Se mostraba tranquilo y sereno, en medio de todos sus cinco oponentes derrotados a su alrededor:
- ¿Y esto es todo lo que saben hacer los guardianes de los elegidos? Nunca antes había visto unos tan inútiles e incompetentes…- comentó el monstruo, decepcionado- qué desperdicio el que Ray se haya unido a vosotros…habría sido un poderoso guerrero de la oscuridad con el sello maldito de Ludmort…
El científico de negro se giró de cara a los dos jóvenes espectadores que observaban el combate, y sonrió maliciosamente diciendo:
- Bueno…una vez terminado con ellos ahora os toca a vosotros…- que luego añadió con el semblante oscuro de su rostro- preparaos a morir, elegidos de la profecía.

Rodvar comenzó a caminar lentamente hacia ellos, portando en cada una de sus cinco manos una espada elemental diferente, más una venenosa y letal cabeza de serpiente con las fauces abiertas. Ambos jóvenes desenfundaron mágicamente sus armas en las manos y se pusieron en guardia, listos para luchar.
Aún no estaban en condiciones de librar un nuevo combate, y se dieron cuenta de que Jack tenía razón al decirles que se mantuvieran al margen cuando sintieron un profundo dolor en su cuerpo, al moverse:
“Mierda…las heridas de los combates contra Magno y Helio todavía son muy recientes…aún no estamos recuperados…”- pensó Eduardo en su mente- “en nuestro estado actual somos oponentes demasiado fáciles…podría matarnos de un solo ataque…”
La chica, por su parte, estaba analizando mentalmente al enemigo, en base a todo lo que había visto a lo largo del combate:
“Rodvar es capaz de atacar a media, corta y larga distancia, convirtiéndolo en un peligroso rival sin precedentes…no importa si estás muy cerca o muy lejos de él, porque podrá atacarte desde cualquier posición en la que estés…”- pensó Erika en su mente- “sin embargo, lo peor no son las garras oscuras, sino las espadas que lleva y la cabeza de serpiente que tiene…si conserva los mismos poderes y las habilidades que sus portadores originales, estamos perdidos…nunca antes nos habíamos enfrentado a un enemigo tan peligroso hasta ahora…”

El monstruo mutado se fijó en que los dos jóvenes retrocedían paso a paso, con muecas de dolor en sus rostros. Estaba claro que no se encontraban en condiciones de luchar, y que preferían guardar las distancias y evitar el combate:
- ¿Qué os pasa, Eduardo y Erika? ¿Por qué huís de mí? ¿Es que acaso me tenéis miedo?- sonrió maliciosamente Rodvar- aunque lo intentarais no podríais escapar de aquí, no sin antes matarme…
Los dos elegidos seguían retrocediendo poco a poco, al mismo tiempo que el enemigo se acercaba de la misma manera a ellos. Muy pronto chocaron de espaldas con la enorme puerta siniestra por la que entraron a la sala del trono:
- Tranquilos, intentaré que sea una muerte rápida e indolora…- afirmó el científico de negro, tranquilamente- soy muy benévolo con estas cosas, no me gusta hacer sufrir a la gente…es más, de hecho os estoy haciendo un favor…
La situación empeoraba a cada segundo que pasaba. Erika y Eduardo estaban acorralados, sin salida y completamente a merced del enemigo. Con el resto de sus compañeros debilitados, ellos dos solos no tenían ninguna posibilidad de ganar:
- Agradecedme que sea yo el que os mate…porque mi señor Derriper no tiene la misma consideración que un servidor, y no dudaría en haceros sufrir lenta y dolorosamente antes de morir…
Rodvar se detuvo a medio camino, y sus garras oscuras se abrieron de tal manera que mostraron sus afiladas uñas como cuchillas. Los dos jóvenes palidecieron y perdieron el color del rostro, al ver las cuatro extremidades oscuras apuntando hacia ellos. Finalmente el monstruo gritó diciendo:
- ¡¡Morid!!

Justo cuando las garras se lanzaron a por ellos, y parecía que iban a morir, ocurrió algo increíble.

Tres chispas elementales de fuego, hielo y electricidad se interpusieron entre los dos elegidos y las garras oscuras, que las partieron a la mitad y las desintegraron a la nada, salvando a Eduardo y Erika de una muerte segura.  Tanto ellos como el propio Rodvar se quedaron completamente sorprendidos y atónitos:
- ¿¡Pero qué…!?- exclamó el monstruo, frustrado- ¿¡Qué es lo que pasa!?
Los tres notaron en ese momento altos niveles de aura mágica, que aparecieron de repente y que antes no estaban. Los dos elegidos y el científico se giraron y observaron el campo de batalla. Lo que vieron a continuación los dejó totalmente perplejos y atónitos.

Allí, en pleno centro del escenario de combate, todos los miembros del equipo se estaban levantando poco a poco del suelo. Lo más sorprendente e increíble de todo era que desprendían magia elemental de sus propios cuerpos, como si fuera parte de ellos mismos y no les hiciera daño.
Así, Cristal y Ray desprendían un aire gélido, Rex y Alana desprendían pequeñas llamas de fuego, y Jack desprendía chispas eléctricas por todo su cuerpo.
Se trataba de algo absolutamente increíble, y tanto Erika como Eduardo creían haber visto aquello antes, durante combate contra Lectro en Nautigh. La maga sagrada también se encontraba en el mismo estado que ellos, cuando llevaba a Quetzal y era su portadora:
- Ésas chispas eléctricas, ése aire gélido, ésas llamas de fuego…- dijo Erika, perpleja- ¿¡No serán…!?
- ¡¡Sí, son ellos!!- exclamó Eduardo, con una media sonrisa de alegría- ¡¡Los G.F. les están prestando su poder!!

La esperanza renació desde el mismo instante en que Jack y los demás terminaron de ponerse en pie. A pesar de seguir heridos y de tener muchos rasguños y cortes por todo el cuerpo, no aparentaban en absoluto estarlo. Gracias al poder y a la fuerza compartida de las invocaciones, ahora el equipo de guardianes se había vuelto más fuerte, con sólo ver los efectos de ayuda y protección propios de Quetzal, Shiva o Ifrit:
- Esto aún no ha terminado, Rodvar…- dijo el chico de negro, seriamente- el combate continúa.
- Será mejor que no nos subestimes, pulpo muerto…- aclaró Cristal, con una media sonrisa firme y decidida- que te quede claro que con nosotros no se juega.
- Estás ante los guardianes de los elegidos de la profecía…- comentó Rex, de la misma forma- si ellos mismos nos eligieron, está claro que no será por pura coincidencia.
- Así que en ningún momento se te ocurra infravalorarnos- concluyó Alana, también seriamente- porque de lo contrario, lo pagarás muy caro.
Jack finalmente habló en nombre de todos, y amenazó con aire desafiante y sin vacilar al enemigo:
- Esos dos jóvenes son nuestros protegidos, y como les toques un solo pelo ya puedes darte por muerto…- dejó bien claro el mago, con un tono de voz serio e incluso asesino- para llegar hasta ellos, antes tendrás que pasar por encima de nuestros cadáveres.

Al principio Rodvar parecía sorprendido, pero luego consiguió tranquilizarse y mantener la calma. Ver al equipo de guardianes en guardia, con las armas en las manos y un nuevo poder con el apoyo de las invocaciones no le resultaba un gran peligro. Al menos, aún podía entretenerse un rato más con ellos:
- Así que los guardianes de la fuerza…veo que os gusta resistiros a lo inevitable…- dijo Rodvar, tranquilamente y con una media sonrisa malvada- sin embargo, nada de lo que hagáis ahora cambiará vuestro destino…cualquier intento por cambiar ya es demasiado tarde.
El monstruo mutado se puso de nuevo en guardia, consiguiendo lo que Jack y los demás querían desde un principio: llamar la atención del enemigo. Estando Eduardo y Erika a salvo otra vez, y con Rodvar y sus oponentes listos para seguir luchando, una nueva etapa del combate estaba a punto de comenzar.

En aquella ocasión fue el científico de negro el que tomó la iniciativa, y echó a correr a toda velocidad contra el grupo de guardianes empuñando sus cinco espadas. Rodvar se lanzó directo hacia Ray, el que tenía más cerca, y trató de herirlo con la espada gélida de Helio.
El chico de negro se protegió rápidamente con su arma oscura, la cual adquirió más fuerza y poder gracias al “polvo de diamantes” de Shiva, y logró bloquear sin problemas el ataque del enemigo. Rodvar no se sorprendió al ver con sus propios ojos cómo el aire gélido que rodeaba al chico con gafas absorbía el hielo de su espada, ya que lo había visto antes: Ray gozaba ahora de la protección de la guardiana de la fuerza del hielo.
El monstruo enseguida reaccionó, en ese mismo momento, cuando sintió a su derecha una nueva amenaza. Bloqueó con la espada relampagueante de Lectro el ataque de Jack, que tampoco tuvo efecto sobre él debido a la protección del pájaro eléctrico Quetzal. Lo mismo ocurrió con Cristal a su izquierda, que lo intentó de la misma manera con su estrella ninja y ocupó la espada de agua.
Rodvar supo enseguida que estaban perfectamente coordinados cuando uno de los martillos de Alana rodeó el resto de espadas que quedaban y el cuello del científico, agarrándolo y sujetándolo por detrás a distancia. Estaba bien agarrado y no podía moverse:
- ¡¡Rex, ahora!!- gritó Jack, firme y decididamente.
Estando ya todos en sus posiciones y el enemigo completamente al descubierto, el perro no lo dudó ni un instante. Echó a correr hacia el monstruo con un grito de furia y mientras su cuerpo entero comenzaba a desprender cada vez más llamas, rodeándolo rápidamente y en cuestión de segundos.
Convertido temporalmente en un perro en llamas, Rex golpeó a Rodvar con un brutal placaje ígneo en todo el pecho que lo envió rodando por el suelo hasta acabar un poco más lejos, herido.

A partir de ese momento, en el que el monstruo se levantó y los demás corrieron nuevamente a atacarle, el combate tomó un sorprendente giro radical, a favor de los guardianes. Ya no era Rodvar el que llevaba ventaja, ni tampoco más rápido que sus rivales. En lugar de eso, Jack, Alana, Rex, Cristal y Ray conseguían bloquear, esquivar y contraatacar sin mucha dificultad a su enemigo, cuyos movimientos y habilidades muy pocas veces acertaba en sus objetivos.
Infinidad de saltos, bloqueos, volteretas y ataques físicos y mágicos se daban ahora a toda velocidad entre los seis luchadores, en medio de una feroz y peligrosa tormenta sin parar. Aquella situación contrastaba radicalmente con la del inicio del combate, en la que eran ellos los que estaban en desventaja:
- ¡¡Es…es increíble!!- exclamó Eduardo, perplejo y asombrado- ¡¡Le están dando una paliza a Rodvar…con el poder de los G.F.!!
- ¡¡Seguid así, chicos, lo estáis haciendo muy bien!!- animó Erika, gritando eufórica y de alegría- ¡¡Vais a ganar!!

Tras unos largos minutos de intensa lucha, en los que el monstruo mutado sufrió numerosos rasguños y heridas por todo su cuerpo, Ray le asestó un poderoso mandoble con el filo de su espada oscura, que lo hirió y envió a mayor distancia. Rodvar aguantó el equilibrio y frenó poco a poco apoyando las plantas de sus pies en el suelo.
Antes de ir nuevamente a por el enemigo, la pelirroja los detuvo a todos gritando:
- ¡¡Atacad con magia!!
- ¿¡Estás loca!? ¡¡Pero si absorbe la magia con sus espadas!!- respondió Cristal- ¡¡Es invulnerable a los ataques mágicos!!
- ¡¡Confiad en mí!!- replicó Alana, muy segura de sus palabras- ¡¡Sé lo que hago!!
Jack y los demás decidieron confiar en la seguridad de su compañera, que parecía saber muy bien lo que se proponía. Apuntaron con sus armas a Rodvar y empezaron a dispararle diferentes magia elementales, repetidas veces y sin parar.
Tal y como era de esperar, el monstruo tuvo que detenerse para dejar que sus armas absorbieran la magia infinita de la que ahora gozaban sus enemigos:
- ¿Es que no os cansáis?- preguntó el científico, sonriendo maliciosamente- nada de lo que hagáis ahora servirá para cambiar… ¡todos vuestros esfuerzos son inútiles!
Sin embargo, se sorprendió de repente al ver cómo Alana, que no estaba atacando igual que los demás, se acercaba corriendo hacia él a toda velocidad. Iba armada con sus dos martillos en ambas manos y esquivando con sorprendente agilidad los ataques mágicos que llegaban a sus espaldas. En su rostro firme y seguro brillaba una fuerte decisión inquebrantable:
- ¡¡Ánimo, Alana!!- gritaron los dos jóvenes espectadores- ¡¡Tú puedes!!

Sin embargo, y lejos de lo que pensaban todos que iba a hacer su compañera, ocurrió algo insólito e inesperado.

Todos palidecieron y perdieron el color del rostro de repente, en cuanto vieron con sus propios ojos cómo la pelirroja llegó frente a Rodvar. Antes de que ésta le asestara dos poderosos martillazos, la cabeza de serpiente que tenía libre sin absorber nada abrió sus fauces y hundió sus afilados colmillos en el hombro izquierdo de la mujer.
La piloto se detuvo en seco, bajó la cabeza ocultando su rostro y soltó de sus manos ambas armas, que cayeron al suelo. Sus amigos imaginaron lo peor al instante:
- ¡¡ALANA!!- gritaron todos, preocupados.

Pasaron varios segundos de silencio, en los que parecía que la pelirroja se había desmayado y perdido el conocimiento. El resto del grupo temió lo peor, y el mago enseguida ordenó detener los ataques mágicos dirigidos a Rodvar:
- ¡¡Parad!!- gritó Jack a sus compañeros- ¡¡No disparéis, tiene a Alana!!
Rex, Cristal y Ray se detuvieron con sus ataques mágicos, y las espadas del enemigo dejaron de absorber la magia. La situación se tornó peor cuando, al cabo de unos segundos de silencio, Rodvar volvió a hablar. El científico de negro esbozó una siniestra sonrisa malvada mientras decía:
- Ya os lo dije desde el principio…el destino de este mundo ya estaba escrito desde el instante en que os embarcasteis en esta absurda aventura…- explicó Rodvar- ya no hay nada que podáis hacer para salvar Limaria, el mundo acabará reducido a la nada…y renacerá siendo otro completamente nuevo y puro… ¡sin humanos que lo destruyan todo a su alrededor!

Justo en ese momento, cuando el monstruo mutado dejó de hablar y tras pasar algunos segundos de silencio, la mujer piloto tosió un par de veces, sorprendiendo a todos. Se convirtió en el centro de atención cuando ésta empezó a hablar, pronunciando cada palabra con aire serio y desafiante. Todavía seguía con la cabeza agachada y ocultando su rostro:
- ¿Has terminado ya de hablar, desgraciado?- preguntó Alana- será mejor que no bajes la guardia en ningún momento…porque el combate aún no ha terminado.
Rodvar no se mostró sorprendido ante la seguridad con la que hablaba la pelirroja. Le respondió simplemente diciendo, con enorme paciencia y tranquilidad:
- ¿Estás segura? Puede que para tus amigos no, pero para ti yo creo que sí…- sonrió el científico- en tu situación ya no tienes probabilidades de sobrevivir…el veneno de Venigna ya está dentro de tu organismo, y es sólo cuestión de tiempo que acabes muerta…
Rodvar siguió hablando mientras decía, tranquilamente:
- No sé qué estúpido plan tenías en mente al acercarte con tal osadía hasta mí, pero has fallado…tú misma te has condenado al acercarte a mí…y ahora pagarás las consecuencias.
Lo que dijo Alana a continuación borró la sonrisa de la cara de su enemigo de repente, al levantar de nuevo la vista y pronunciar firme y decididamente, con una astuta sonrisa burlona:
- Te equivocas…justo aquí es dónde te quería tener yo, maldito cabrón de mierda.
- ¿¡Qué!?- exclamó Rodvar, atónito y perplejo.

En ese momento la pelirroja sacó rápidamente un puñal afilado que llevaba en el bolsillo y se lo apuñaló al monstruo en todo el corazón, preciso lugar donde se encontraba el rostro muerto y descompuesto de Asbel.

Todos se sorprendieron y se quedaron con la boca abierta, al ver gritar intensamente de dolor al enemigo. La cabeza de serpiente y sus venenosos y afilados colmillos se separaron del hombro izquierdo de Alana, que Rodvar apartó violentamente a un lado y empujó a la pelirroja hasta caer al suelo:
- Tú…maldita humana…- dijo el monstruo mutado, con una grave herida en el pecho y escupiendo sangre por la boca- pagarás por esta insolencia… ¡con tu propia vida!
El científico de negro comenzó a dar pasos lentos y pesados hacia ella, goteando su sangre y manchando el suelo de gotas rojas. Alana se sorprendió al ver que la espada oscura que llevaba había desaparecido con su acción, al igual que el rostro muerto y decrépito de Asbel. En su pecho ahora sólo conservaba una grave herida, y tampoco llevaba el arma oscura.
Aquello sólo podía significar una cosa:
“¡¡Ahora lo entiendo…al atacar los rostros de sus compañeros muertos, pierde todos sus poderes y habilidades!!”- pensó la piloto en su mente- “¡¡Ahora sin Asbel ya no puede absorber ni usar ataques de elemento oscuridad!!”

Muy pronto se apartó de sus pensamientos, cuando vio que el enemigo estaba acercándose a ella y dispuesto a matarla con sus cuatro espadas restantes:
- ¡¡Muere, insolente humana!!- gritó Rodvar, a escasos metros de ella.
Sin embargo, y debido a la herida letal que acababa de recibir, el monstruo era más lento con sus movimientos. Alana pudo esquivar a tiempo los cuatro mandobles seguidos rodando por el suelo y rápidamente. A continuación agarró uno de sus martillos caídos, al que llegó rodando hasta él, y con su arma en las manos apuntó con ella a Rodvar:
- ¡¡Aero++!!
Una fuerte ráfaga de aire alcanzó al monstruo, que los empujó e hirió un poco, hasta enviarlo retrocediendo más lejos. En ese momento la pelirroja se levantó rápidamente y gritó a sus compañeros diciendo, con firmeza y seguridad:
- ¡¡Atacad todos con la misma magia, ahora!!
Jack y los demás asintieron con la cabeza y obedecieron la orden de la mujer piloto. Apuntaron con sus armas al científico de negro y, entre todos a la vez, conjuraron la magia elemental del aire:
- ¡¡Aero+++!!- gritaron todos del miembros del equipo, al mismo tiempo.

De la magia combinada de Alana, Rex, Jack, Cristal y Ray surgió un enorme y abismal tornado que ocupó la mayor parte de la sala del trono. Esta inmensa y sobrenatural ráfaga de aire alcanzó a Rodvar, de la que era imposible escapar, y lo envió volando por los aires a toda velocidad hasta estrellarse brutalmente con la pared del fondo.
El impacto del golpe resquebrajó y agrietó la pared, y los escombros cayeron encima del cuerpo inerte del monstruo, sepultándolo bajo una montaña de piedra.

El ataque del tornado duró varios largos segundos, y tras volver todo a la calma la situación se restableció. Alana y los demás habían puesto toda la magia que les quedaba en aquel poderoso ataque, y ahora estaban cansados y exhaustos. Jadeaban y respiraban con dificultad, mientras les pesaba el cuerpo y sentían que habían llegado a su límite:
- ¿Se ha…acabado el combate?- preguntó Rex, jadeando del cansancio.
Se pasaron unos largos segundos de silencio observando la montaña de escombros frente a ellos, sin bajar la guardia. Finalmente, y tras comprobar que todo seguía en orden, suspiraron aliviados y bajaron las armas:
- Yo diría que sí…- afirmó Ray- al menos, ya no siento su aura mágica.

El resto de miembros del equipo, incluidos Eduardo y Erika, corrieron a reunirse con la pelirroja. Ésta sacó de su bolsillo un pequeño antídoto dentro de una botella, y lo destapó para beberlo. Enseguida notó sus efectos curativos, que contrarrestó el efecto nocivo del veneno de Venigna:
- ¡Alana, has estado increíble!- exclamó Erika, asombrada y tras llegar todos en ese momento junto a ella- ¡Has sido muy valiente al atacar de esa manera a Rodvar!
- ¡Fue una buena idea lo de atacarlo por sorpresa mientras estaba absorbiendo las magias elementales!- comentó Eduardo, impresionado- ¡A mí no se me hubiera ocurrido algo así!
La piloto esbozó una sonrisa burlona, y respondió diciendo:
- Necesitaba que los demás lo distrajeran y mantuvieran quieto, para así poder probar lo que quería hacer…y creo que ha funcionado- explicó Alana- siga vivo o muerto, al menos ahora ese desgraciado ya no puede absorber ni usar ataques oscuros…ha perdido al miembro de la organización que podía realizarlos.
La pelirroja se puso en pie, todavía algo cansada y agotada como los demás. Jack avisó entonces al resto del grupo, dirigiéndose a todos:
- Será mejor que salgamos de aquí…este lugar me da escalofríos.
- ¡Sí, por favor, vámonos de aquí!- exclamó Cristal, temblando de miedo- ¡Pensar que en este sitio se alojaba Derriper me pone los pelos de punta!

Todos los miembros del grupo sin excepción estuvieron de acuerdo con la idea: nadie se opuso a ella. Aquella sala del trono aún conservaba una misteriosa atmósfera espectral, tan tranquila y silenciosa como la de un siniestro cementerio abandonado.
La guarida de la organización Muerte, estando ya prácticamente vacía y sin su líder, seguía siendo igual de terrorífica: parecía como si los fantasmas de sus miembros muertos aún vagaran por entre los pasillos y las salas oscuras de aquel siniestro lugar.

Sin embargo, y muy lejos de lo que todos creían, Jack y los demás palidecieron y perdieron el color del rostro de repente, al llegar a la puerta de salida. Cuando trataron de abrirla, se asustaron al comprobar que no cedía:
- ¿¡Qué!?- exclamó Cristal, aterrada- ¿¡Por qué no se abre!?
- ¡¡Pero si acabamos con Rodvar!!- dijo Alana, confusa- ¡¡El conjuro mágico que unía la entrada con él ya debería haberse roto!!
Por desgracia, todas sus esperanzas se esfumaron en un solo instante, cuando vieron con sus propios ojos un fugaz resplandor mágico que rodeaba la puerta. El miedo y el terror se reflejaron en sus rostros al observar que el conjuro aún no se había roto:
- ¡¡Pero…si la puerta no se abre…!!- dijo Rex, asustado y temblándole todo el cuerpo- ¡¡Eso significa que…!!
Ray sintió en ese instante una súbita y repentina aura mágica, que surgió de repente y la cual reconocía perfectamente:
- ¡¡Rodvar sigue vivo!!- exclamó éste, pálido y como si hubiera visto un fantasma.

En ese momento una violenta y brutal ráfaga de aire sacudió toda la sala del trono, hasta el más último rincón y sorprendiendo a Eduardo y los demás, que los pilló por sorpresa. El grupo entero fue empujado con gran fuerza por el viento y acabaron estrellándose de espaldas contra la puerta de salida, cayendo de nuevo al suelo.
Cuando las ráfagas cesaron y el viento dejó de soplar en la sala, todos levantaron de nuevo la cabeza. Sus ojos y su boca se abrieron de tal manera que sus corazones sobrecogidos parecieron dejar de latir por unos segundos.

El monstruo mutado que hace unos minutos creían haber derrotado seguía vivo, y se había quitado de encima los escombros de la pared gracias al poderoso viento generado.
Aún llevaba en sus manos las cuatro espadas elementales de Fuego, Hielo, Electro y Agua, la cabeza de serpiente intacta y una mano libre sin ningún arma: donde antes estaba la espada oscura.
Aunque a simple vista todavía conservaba su forma humana, si se fijaba mejor en el enemigo tenía algo diferente. Acababa de sufrir una nueva y horrible mutación, que le ocupaba mitad del cuello y de la cara: ahora la mitad de su rostro estaba desagradablemente descompuesto y deformado:
- Estúpidos humanos, ¿de verdad creíais…que me habíais derrotado? ¿Qué todo esto…se había acabado?
Se veía con claridad que Rodvar estaba gravemente herido, ya que aún tenía muchísimos  rasguños y sangrientas heridas por todo su cuerpo. Además de tener su traje negro de la organización desgarrado y destrozado, algunas de sus espadas estaban partidas y arañadas.
En ese estado no parecía suponer un serio peligro, ya que estaba muy herido y debilitado, y cualquiera de ellos podría darle el golpe de gracia que acabaría con su vida. Sin embargo, lo que más les inquietaba y preocupaba era la nueva mutación que sufría el científico en el cuello y la cara. Se trataba de algo completamente inaudito y que nunca antes habían visto hasta ahora.
La sola visión de ese rostro medio deformado ya generaba miedo y terror:
- ¿¡Qué…qué es eso!?- preguntó Erika, horrorizada- ¡¡No parece humano!!
- ¿¡Qué significa esto, Ray!?- preguntó Eduardo, asustado y preocupado- ¿¡Sabes lo que le pasa!?
El chico de negro negó con la cabeza. A juzgar por la expresión pálida y boquiabierta de su rostro, no parecía conocer la respuesta. Incluso le temblaba todo el cuerpo de miedo:
- ¡¡No…no lo sé…es la primera vez que veo algo así…!!- respondió su compañero, como si hubiera visto a un demonio- ¡¡Nunca antes ningún miembro de la organización Muerte había sufrido una mutación tan espantosa…es como si se tratara de una segunda transformación!!

El grupo entero se levantó del suelo y miraron fijamente al monstruo mutado que tenían delante, que empezó a hablar de nuevo. Estaba claro que el combate contra Rodvar aún no había terminado:
- Contemplad con vuestros propios ojos…mi mayor y más grandiosa obra maestra…- dijo el científico de negro, sonriendo maliciosamente- porque esto será…lo último que veáis antes de morir…
Jack y los demás se sorprendieron al ver cómo surgieron de repente varios tentáculos negros del cuerpo del enemigo, desgarrando su ropaje oscuro. Éstos se movían lenta y pesadamente en todas direcciones, como si fueran una extremidad más de Rodvar, y parecían peligrosos:
- ¡¡Mirad!!- señaló Rex, perplejo- ¡¡el sello maldito!!
Todos se fijaron en la marca que llevaba el monstruo mutado al cuello, y se quedaron pálidos y boquiabiertos al ver que brillaba de nuevo intermitentemente en rojo, pero de un color más oscuro y sangriento. Al parecer la deformación de su cuello y cara procedía del mismo sello, cuya piel a su alrededor también se había convertido en una masa de carne deformada:
- ¿¡Qué le pasa!? ¿¡Por qué brilla de nuevo!?- preguntó Alana, asustada- ¡¡Pero si ya se transformó al inyectarse la jeringuilla!! ¿¡Qué significa esto!?
El chico de negro creyó saber entonces el extraño fenómeno por el que estaba pasando su enemigo, y su corazón se encogió de profundo terror al imaginarse la idea:
- ¡¡No…no puede ser…!!- dijo Ray, asustado y horrorizado- ¿¡Es ahora cuándo piensa usarlo!?
- ¿¡De qué hablas, Ray!?- exclamó Erika, también preocupada- ¿¡A qué te refieres!?
El joven con gafas se giró a la chica, temblándole todo el cuerpo de terror. Lo que dijo a continuación heló la sangre de todos los presentes, que perdieron el color del rostro como si hubieran visto un fantasma:
- ¿¡Es qué no lo entiendes!? ¡¡Lo único que ha estado usando todo este tiempo han sido los poderes y las habilidades del resto de miembros de la organización!!- explicó Ray- ¡¡Es realmente ahora cuando va a utilizar el poder del sello maldito!! ¡¡Y encima con la sangre de Ludmort en su cuerpo…ni siquiera yo mismo sé lo que pasará!!

Eduardo y los demás palidecieron al instante, asimilando la nueva información obtenida. Durante todo el combate habían creído que Rodvar estaba usando su máximo poder y que se estaba empleando a fondo contra ellos, pero al parecer no era así. Lo único que había estado haciendo hasta ahora era utilizar los poderes y las habilidades de sus compañeros caídos, sin emplear para nada el poder del sello maldito.
Si ahora iba a desplegar toda su fuerza y auténtico poder usando el sello, sumado a la sangre de Ludmort, estaba claro que el resultado iba a ser terroríficamente catastrófico:
- ¡¡Cuidado, todos atrás!!- gritó Jack a sus compañeros.

El grupo entero retrocedió, al ver en ese momento cómo más tentáculos salían del cuerpo de Rodvar. Éstos se multiplicaron en número y comenzaron a crecer en tamaño y volumen, tocando el suelo y ocupando cada vez mayor espacio en la sala. Las tinieblas lo inundaban todo rápidamente a su alrededor:
- ¡¡Aquí culmina mi mayor y más poderosa creación…todos los conocimientos de una vida entera estudiando a Ludmort, todos mis esfuerzos…están aquí depositados!!- decía el científico mutado, mientras ascendía en el aire en medio de la marea de tentáculos negros de su cuerpo- ¡¡Con esto supero sin lugar a dudas a Magno, Helio y a cualquiera de los nuestros de negro…nunca antes ninguno de ellos había llegado hasta aquí!!
Muy pronto, en cuestión de segundos, el trono del dios oscuro se vio sumergido en oscuridad, y un profundo mar de tentáculos negros yacía ocupando la pared del fondo de la estancia. Suspendido en el aire por las extremidades negras y a gran altura se encontraba Rodvar, contemplando en el suelo y frente a él a muchos metros de distancia a sus pequeños rivales:
- ¡¡Mírame ahora, señor Derriper…soy vuestro último y leal miembro en pie!!- gritaba el monstruo, con los ojos muy abiertos y una expresiva y siniestra sonrisa diabólica- ¡¡El único que ha sobrepasado los límites de la naturaleza y alcanzado la verdadera oscuridad!!

Erika y los demás no daban crédito a lo que veían. Estaban pálidos y horrorizados, con el corazón palpitándoles débilmente entre dos latidos al ver la nueva y terrorífica transformación de Rodvar.
El científico de negro se había convertido en un espantoso monstruo gigante lleno de tentáculos, y ahora su aura mágica rebosaba de un alto y poderoso nivel, nunca antes visto en ningún otro miembro de la organización Muerte. Sin duda Rodvar había sobrepasado los límites, y su nueva y segunda transformación sorpresa lo había convertido en uno de los enemigos más peligrosos hasta la fecha. Sabían que aquella nueva etapa del combate no sería nada fácil:
- ¡¡Mierda!! ¿¡Qué hacemos ahora!?- exclamó Cristal, asustada y horrorizada- ¡¡Este tío ha aumentado de tamaño y ahora se ha hecho gigante!! ¿¡Cómo vamos a atacarle!?
- ¡¡Nadie es perfecto, tiene que tener algún punto débil!!- dijo Rex, pensativo y seguro de sus palabras- ¡¡Sólo hay que buscarlo!!
La idea del perro resultaba lógica, y por eso todos empezaron a buscar con la mirada algo que pudiera ser el punto débil del monstruo. En medio de la marea de tentáculos negros que ocupaban la pared del trono, era difícil determinar un punto vulnerable o débil. Por más que buscaban con los ojos rápidamente y en todas direcciones, no encontraban lo que querían.
Sin embargo, Ray fue el único en darse cuenta del truco, el primero en fijarse en lo que tenían a simple vista. Además de los cientos de extremidades negras, sólo había algo que sobresalía de ellas, algo único y diferente:
- ¡¡Ya lo tengo, es él!!- señaló el chico de negro- ¡¡El mismo Rodvar es el punto débil!!
El resto del grupo se fijó en el científico mutado que pendía en el aire, a muchos metros de altura. A diferencia del resto de extremidades negras, su cuerpo seguía teniendo el mismo tamaño normal que un humano, y los tentáculos estaban directamente unidos a él por su espalda.
A simple vista se notaba que de él surgían todas las extremidades, y también que era el origen, el núcleo de ese inmenso mar de oscuridad:
- ¡¡Tienes razón, de él surgen todos los tentáculos!!- afirmó Alana- ¡¡De modo que si acabamos con Rodvar, la oscuridad  desaparecerá!!
Todos entendieron entonces la forma de derrotar a las extremidades negras. Sin embargo, ahora se presentaba un nuevo dilema, al cual la princesa con coletas respondió:
- La idea me parece perfecta, pero… ¿¡Cómo vamos a llegar ahí arriba!?

En ese momento los sorprendió el ataque de cuatro tentáculos, que se lanzaron en picado hacia su posición. Iban a gran velocidad y no parecían tener buenas intenciones:
- ¡¡Erika, Eduardo, atrás!!- gritó Jack.
Tanto él como los demás lograron esquivar rápidamente y por los pelos las cuatro extremidades oscuras, de una rápida voltereta por el suelo. A partir de ese momento los dos jóvenes volvieron a retroceder, manteniéndose al margen de la lucha y pegados en todo segundo a la puerta de salida. Tal y como les había dicho el mago, aquel combate les correspondía a los guardianes, y aún no había terminado. Todo lo que podían hacer ellos dos era esperar.

Mientras tanto, centrados en la acción y en su enemigo, estaban Jack y los demás. En cuanto se levantaron de nuevo del suelo, éste les dijo en alta voz:
- ¡¡Atacad con magia, ahora!!
Jack, Cristal, Rex, Alana y Ray reaccionaron enseguida a la orden, y apuntaron con sus armas al objetivo: al cuerpo de Rodvar suspendido en el aire. Todos conjuraron y dispararon diferentes ataques mágicos elementales, directos al enemigo.
Sin embargo, lo que ninguno de ellos esperaba ocurrió a continuación, para su desagradable sorpresa. A medio camino entre ellos y el monstruo surgieron cinco nuevos tentáculos, cuatro de ellos portando una espada elemental diferente y el último cuyo extremo se convirtió en una cabeza de serpiente.
Las cinco nuevas extremidades armadas se interpusieron entre ellos y Rodvar, absorbiendo los ataques mágicos igual que en su primera forma:
- ¿¡Pero qué…!?- exclamó Rex, pálido y perplejo- ¿¡Aún conserva las espadas elementales!?

Tanto él como el resto de sus compañeros estaban todavía muy sorprendidos por el descubrimiento, y la sorpresa y la perplejidad de sus caras les impidió reaccionar a tiempo cuando las armas del enemigo le devolvieron a cada uno los ataques mágicos lanzados. De esa forma las espadas dispararon diversas magias elementales contra todos los miembros del grupo, a los que alcanzaron e hirieron sin remedio, enviándolos un poco más lejos:
- ¡¡Chicos, no!!- gritaron los dos jóvenes, preocupados.

Jack y los demás se levantaron del suelo, bastante heridos por la potencia duplicada de los ataques mágicos devueltos. El mago en ningún momento se dio por vencido, y con firmeza y decisión en sus ojos gritó diciendo:
- ¡¡Aún no…has acabado conmigo…!!- exclamó Jack, que luego apuntó con su bastón mágico al enemigo y conjuró un hechizo ofensivo- ¡¡Aero++!!
De su arma salió disparada una enorme y violenta ráfaga de aire directa contra el cuerpo de Rodvar. Sin embargo, y lejos de lo que esperaba con el intento anterior, en aquella ocasión uno de los tentáculos atacó y partió por la mitad el ataque de Jack, cortando el aire. Este hecho sorprendió y dejó pálidos a todos los presentes, que no podían creer lo que acababan de ver:
- ¡¡No…no puede ser…ahora tampoco le afecta la magia Aero!!- dijo Alana, boquiabierta y horrorizada- ¡¡Se ha vuelto resistente a todas las magias…es prácticamente invulnerable!!

Tan terrible noticia dejó sin esperanza al grupo de luchadores, que perdieron el color del rostro al instante, completamente pálidos. Saber que no podían luchar cuerpo a cuerpo contra el científico a aquella altura restaba opciones, y encima si también era invulnerable a cualquier tipo de magia la situación empeoraba de forma radical. Estando en aquellas condiciones y en su grave estado todos sabían lo evidente:
- ¡¡Joder, qué mierda más grande!!- exclamó Cristal- ¡¡Así no tenemos ninguna posibilidad de ganar este combate!!

Lo que ocurrió a continuación dejó los corazones de Eduardo y Erika palpitando débilmente entre dos latidos. Por un breve instante les pareció que dejaron de palpitar, tras ver con sus propios ojos los hechos.

En ese momento, sin darles tiempo siquiera a reaccionar, las cuatro espadas elementales más un nuevo tentáculo afilado se lanzaron en picado y a toda velocidad hacia ellos, que les atravesaron a todos y cada uno el pecho, a sangre fría.
Con las armas todavía atravesadas, las extremidades negras levantaron los cuerpos de todos y los mantuvieron durante unos breves segundos en el aire, goteando sangre:
- ¡¡CHICOS, NOOO!!- gritaron Erika y Eduardo, a la vez.
Enseguida y de un rápido movimiento tentacular, los cuerpos se desprendieron de las espadas y volaron por los aires hasta caer al suelo más lejos, como pesos muertos. Sus ropas y piel desgarradas ahora tenían un profundo y grave agujero en el pecho, del que brotaba sangre y lo manchaban todo de rojo a su alrededor.

Durante los siguientes segundos, ninguno de ellos movió un solo milímetro de su cuerpo. Permanecían tan quietos e inmóviles que cualquiera que los viera pensaría lo evidente: habían muerto.
Frente a ellos se encontraba el gigantesco monstruo mutado, alzado en el aire y observando con malicia a sus rivales caídos. Sin duda aquello parecía el fin del combate:
- Pobres e ilusos necios… ¿por qué os empeñáis en luchar? ¿Es que acaso no habéis visto ya que nunca podréis vencerme?- dijo Rodvar, con una siniestra sonrisa diabólica- ¡¡Con el auténtico y verdadero poder de la oscuridad soy invencible!! ¡¡En esta forma, ninguno de vosotros podrá jamás hacerme daño alguno…soy inmortal, igual que mi señor Derriper!!

Las cuatro espadas elementales y un tentáculo afilado se alzaron, cuyos filos apuntaron hacia ellos, amenazantes. Estaba claro lo que iba a hacer, y los dos jóvenes se dieron cuenta de sus intenciones. Erika no lo aguantó más y estuvo a punto de echar a correr hacia ellos, con la vara mágica en la mano:
- ¡¡Basta…para ya, desgraciado!!- gritó la chica, enfadada y apretando los dientes y la arma sagrada en sus manos- ¡¡No permitiré que lo hagas!!
Sin embargo, ella no dio más de tres pasos antes de que Eduardo la detuviera, agarrándola de un brazo:
- ¡¡Erika, no!!- exclamó el chico- ¡¡Si te enfrentas a él ahora, morirás!!
- ¡¡Edu, suéltame!!- exigió la joven, enfadada y mirándolo a la cara- ¡¡Jack y los demás están en peligro, y tenemos que ayudarles!! ¿¡Es que no lo ves!? ¡¡Si no hacemos algo, morirán!!
- ¡¡Y tú también lo harás si vas ahora!! ¿¡Es que no lo entiendes!?- replicó Eduardo, también igual de serio y enfadado que su amiga- ¡¡Jack nos dejó bien claro que nos mantuviéramos al margen de la lucha…pase lo que pase, no podemos interferir en ella!!
- ¡¡Pero son nuestros amigos, y están en peligro!! ¡¡Ese maldito cabrón los va a matar!!- respondió Erika, alzando la voz- ¿¡Cómo puedes quedarte ahí parado y sin hacer nada!? ¿¡Es que acaso no te importan!?
La chica calló de repente y se sorprendió mucho, cuando los nuevos ojos serios y agresivos de su compañero se fijaron en los suyos. Ese sentimiento de rabia y furia que desprendían demostraban claramente que aquella pregunta no le había hecho ninguna gracia.
Lo que le dijo él a continuación la sorprendió todavía más, dejándola boquiabierta y asombrada:
- Confío en ellos…porque nos han protegido siempre, arriesgando sus vidas…y estoy seguro de que ganarán.
Erika perdió de repente el enfado que tenía hace un instante, y el chico la soltó, bajando lentamente ambos sus extremidades. El muchacho también perdió el enfado que tenía, y los dos volvieron a tranquilizarse de nuevo:
- Edu…
- Son nuestros guardianes, debemos confiar en Jack y los demás…- dijo el elegido de la llave espada- de la misma forma que ellos creen en nosotros, en nuestro cometido como portadores de las armas sagradas…porque somos su única esperanza.
Erika entendió lo que su amigo quería decirle, y por fin logró calmarse. Ambos jóvenes asintieron firmes y seguros con la cabeza, y luego volvieron la vista al escenario de combate. Confiaban plenamente en sus amigos, y sabían de alguna forma que ellos no se rendían así como así.

Mientras tanto, Rodvar se disponía a darles el golpe de gracia: el que acabaría de una vez con sus vidas. El científico sonreía, con sus armas apuntando peligrosamente a cada uno de ellos, cuando gritó diciendo:
- ¡¡Morid, patéticos humanos!!
En ese momento las espadas y el tentáculo negro afilado se lanzaron en picado y a toda velocidad hacia el grupo de guardianes indefensos. Éstos seguían desmayados e inconscientes en el suelo, sin moverse. Todo parecía indicar que aquello era su final.

Sin embargo, un nuevo milagro aconteció en ese instante, que los salvó a todos de una muerte segura.

Un misterioso brillo resplandeciente de tres colores surgió de los efectos elementales de fuego, hielo y electricidad, que rodeaban los cuerpos de Jack y los demás. Esta nueva luz, de color rojo en Alana y Rex, azul en Cristal y Ray y amarillo en el mago rubio, cobró tanta fuerza que llegó a cegar la vista, tuviendo Eduardo y Erika que cerrar los ojos y cubrirse con los brazos.
Los rayos de luz de tres colores acabaron destrozando en el último momento las armas de Rodvar en mil pedazos, y el monstruo mutado fue testigo de los acontecimientos. La sonrisa macabra de su rostro se esfumó en un instante, y ahora mostraba una expresión frustrada y enfadada:
- ¿¡Pero qué…!?- exclamó el enemigo, perplejo- ¿¡Qué es lo que pasa!?

Al cabo de los siguientes segundos, cuando el brillo cegador de las luces perdió fuerza y ya se podía ver, los dos jóvenes abrieron de nuevo poco a poco los ojos. Lo que vieron a continuación los dejó completamente asombrados y boquiabiertos.

Las tres misteriosas luces, cada una de un color primario diferente, acabaron cobrando forma, hasta convertirse en determinados seres. Los dos jóvenes reconocieron enseguida a las tres criaturas que tenían delante: un gran pájaro eléctrico, una mujer fría y gélida y una especie de demonio ardiendo en llamas:
- ¡¡Quetzal, Shiva, Ifrit!!- exclamaron Erika y Eduardo a la vez, atónitos y perplejos.

Las tres invocaciones se encontraban justo delante del grupo de guardianes inconscientes, y fueron ellos los que los protegieron de las espadas del enemigo. A diferencia de Quetzal, que flotaba en el aire batiendo sus alas con pequeñas chispas y descargas eléctricas, Shiva e Ifrit permanecían en el suelo, sin bajar la guardia.
La mujer de hielo congelaba allá donde pisaba, desprendiendo aire gélido a su alrededor, mientras que el demonio con garras y cuernos estaba a cuatro patas en el suelo, quemando todo lo que tocaba. Rugía y mostraba sus afilados colmillos de animal, envueltas algunas partes de su cuerpo en llamas.

Rodvar no parecía sorprendido, al ver a sus tres nuevos y poderosos rivales delante de él. Las tres criaturas no dejaban de mirarlo con odio y rabia, y se notaba por la posición en guardia y los ojos serios que tenían:
- ¿Así que ahora me toca luchar contra ni más ni menos que tres guardianes de la fuerza, eh?- sonrió el científico mutado, con malicia- desde luego, no es un reto fácil… ¡¡pero tampoco estáis a la altura del poder del monstruo oscuro!!
Rodvar apuntó con una de las palmas abiertas de sus manos hacia ellos y gritó, acercándose poco a poco a la locura:
- ¡¡No sois nada al lado del poder de Ludmort!!
Con el gesto del monstruo de negro, tres grandes tentáculos oscuros se lanzaron en picado a atacar, por separado, a cada una de las invocaciones. La sonrisa del enemigo se esfumó al instante, cuando los G.F. dispararon por separado sus respectivas magias elementales contra las extremidades, causando tres grandes explosiones que las destrozaron en mil pedazos.
El ataque no sólo sorprendió al científico, sino también a Eduardo y Erika, cuyos rostros se quedaron totalmente perplejos por lo que acababan de ver:
- ¿¡Qué!?- exclamó Rodvar, frustrado- ¡¡No…no es posible!! ¿¡Cómo habéis…!?

En ese momento el monstruo mutado se enfadó de tal forma que lanzó con un gesto violento de sus manos muchas más extremidades negras, directas hacia ellos. En aquella ocasión no eran tres, sino cientas: todas a la vez y una seguida detrás de otra. Los dos jóvenes creyeron entonces que las invocaciones estaban realmente en peligro:
- ¡¡Quetzal, Shiva, Ifrit, cuidado!!- gritó Erika, preocupada.
Sin embargo, y bastante diferente a lo que imaginaban, el resultado de aquello no resultó ser ni de lejos el que esperaban. Para total y asombrosa sorpresa de la chica y él, los tres guardianes de la fuerza combatieron con increíble maestría a la horda de extremidades oscuras, completamente solos y sin ayuda.
Estando cada uno por su lado y separado, ajeno a las acciones de los otros dos, el pájaro, la mujer y el demonio bloqueaban, esquivaban y contraatacaban a toda velocidad, moviéndose en todo momento con sorprendente rapidez y agilidad. A veces usaban, en vez del propio cuerpo para derrotar a una, su propia magia y poder elemental en poderosos ataques de área para acabar con todo un grupo entero a su alrededor.

Aquella masacre de tentáculos negros, que nada podían hacer contra el inmenso y abismal poder de los G.F, dejó sin palabras y con los ojos y la boca abierta a los tres únicos testigos que los veían. Erika, Eduardo y Rodvar estaban atónitos y sorprendidos ante la increíble y poderosa fuerza de las invocaciones:
- ¿¡Por qué…por qué está pasando esto!?- se preguntaba el monstruo mutado, horrorizado y sin creer lo que veía- ¡¡Tengo…tengo la sangre de Ludmort corriendo por mis venas…yo soy mucho más fuerte que ellos…no deberían resistir al poder de mi oscuridad!!

Mientras tanto los dos jóvenes observaban, perplejos y asombrados, cómo las grandes invocaciones arrasaban sin piedad y con facilidad el denso mar negro de tentáculos que los rodeaban. Estaban logrando lo que Jack y los demás no pudieron en la ocasión anterior: acabar con la oscuridad del enemigo:
- El poder de Ludmort de Rodvar no es verdadero, no es auténtico…- dijo Eduardo, pensativo y con sólo ver lo que estaba pasando- porque, al contrario que yo…él no es un portador de la materia suprema.
La chica sabía que tenía razón, porque ella misma lo había visto en el combate anterior contra Magno. Por muy alta y poderosa que fuera el aura mágica del científico, ésta no tenía ni punto de comparación con la del chico de rojo transformado en monstruo.
De ser así, ni siquiera Quetzal, Shiva, Ifrit o Bahamut podrían hacerle frente. Por suerte aquel no era el caso, ya que se veía con total claridad que las invocaciones estaban ganando terreno a gran velocidad y poniendo al enemigo contra las cuerdas.
Gracias a ellos, el combate había dado un sorprendente giro radical a su favor:
- Los G.F. son realmente increíbles- dijo Erika, asombrada y sin apartar la vista a un lado.

A pesar de sus muchos esfuerzos por parte de las criaturas elementales, los tentáculos negros no dejaban de regenerarse de su núcleo, una y otra vez sin parar. Aquella tormenta de extremidades negras sin cesar parecía que no iba a acabar nunca, y muy pronto las invocaciones se dieron cuenta de que había que acabar con el origen que las regeneraba.
Llegado un momento del combate, Quetzal, Shiva e Ifrit desviaron repentinamente su atención de los tentáculos y se centraron en el cuerpo de Rodvar sujeto en el aire. Todos los presentes se sorprendieron cuando éstos echaron a correr y volar hacia el científico mutado.
Desde ese momento a Rodvar lo invadió un profundo miedo y terror, que no pudo esconder aunque quisiera, y que se reflejaba clara y transparentemente en su rostro como un cristal limpio y reluciente:
- ¡¡No…no os acerquéis…!!- gritó el monstruo mutado, asustado- ¡¡Alejaos de mí!!
El enemigo agitó violenta y desesperadamente sus brazos y manos, apuntando hacia ellos en todo momento. Estaba tan asustado y desesperado que estaba ciego y era incapaz de ver que sus esfuerzos por protegerse eran inútiles.
Las tres invocaciones no dejaron de avanzar en ningún momento hacia delante, y a veces cuando se encontraban de frente con varios de ellos que no podían esquivar, atacaban con sus propias magias elementales, arrasando con todo a su alrededor. Rodvar no daba crédito a lo que veía:
- ¡¡No…no puede ser…no sigáis!!- exclamaba el científico de negro, horrorizado y temblando de miedo- ¡¡Deteneos ahora mismo, malditos monstruos!!
Los ataques del enemigo continuaron sin cesar, mientras las invocaciones seguían adelante, sin parar y a toda velocidad. Parecía que nada ni nadie podía detenerlos.

Muy pronto Shiva e Ifrit llegaron a los pies del gigantesco monstruo tentacular y, de un impresionante salto, ambos llegaron arriba, justo frente a Rodvar. Quetzal también llegó justo en ese momento, volando y deteniéndose junto a ellos. El último miembro de la organización Muerte se encontró cara a cara con las tres criaturas frente a él, suspendidas en el aire:
- ¡¡NO…POR FAVOR, NO LO HAGAIS!!- suplicó el científico mutado, pálido y muerto de terror- ¡¡NOOO!!
En ese momento Quetzal, Shiva e Ifrit conjuraron cada uno por separado sus respectivas magias elementales, y dispararon los tres a la vez contra Rodvar, a apenas dos metros de distancia.
El impacto de los tres ataques mágicos provocó una tremenda y brutal explosión de gran potencia, que incluso la sala entera del trono comenzó a temblar como si fuera un terremoto durante unos largos segundos. Las ráfagas de aire fueron tales que arrancaron por fuerza bruta algunos bloques de piedra de las paredes, levantando tornados por todo el campo de batalla.
La onda expansiva también era de tal magnitud que incluso las criaturas fueron empujadas por los aires, y acabaron retrocediendo bastante más lejos, cayendo de pie en el suelo. Guardaron las distancias con el enemigo.

Aun con una enorme humareda rodeando el fondo de la pared, Erika y Eduardo se mantuvieron alejados y precavidos, para mayor seguridad. No dejaban de observar el gigantesco humo negro que tenían delante, en cuyo interior envuelto se encontraba el resultado del ataque de los G.F:
- ¿Ya está?- preguntó la chica, confusa- ¿Se ha…acabado todo?
- No…no lo sé- respondió el chico, a su lado y sin bajar la guardia ni un instante- tratándose de Rodvar, no podemos afirmar nada con seguridad.

Ambos jóvenes esperaron a que se disipara el humo negro, igual que los guardianes de la fuerza delante de ellos. Por alguna razón los dos intuían que el peligro no había terminado, pues las invocaciones seguían en posición de combate y al acecho mirando al frente.
Cuando solía acabar una amenaza, los G.F. eran los primeros en detectar que había pasado el peligro y se retiraban de nuevo a sus esferas. Pero sin embargo seguían allí, y eso no podía significar una buena señal.

Tras unos largos e inquietantes segundos de silencio, y todavía sin desaparecer la humareda, para mayor y desagradable sorpresa se confirmaron sus peores temores. Una macabra y retorcida risa diabólica resonó en todos los rincones de la sala del trono, y procedía del interior del humo negro. Eduardo y Erika palidecieron de repente al oírla:
- ¡¡No…no puede ser…!!- exclamó el chico, perplejo- ¡¡Rodvar sigue vivo!!

En ese momento terminó de dispersarse la humareda, dejando al descubierto el resultado tras el ataque de las invocaciones. Los dos jóvenes se sorprendieron y quedaron con la boca abierta, cuando vieron con sus propios ojos que el enemigo había resistido el triple ataque mágico combinado de tres G.F. al mismo tiempo.
Sin embargo, y a diferencia de antes, Rodvar ahora se encontraba en un estado crítico y lamentable. A pesar de seguir manteniéndose gigante y suspendido en el aire, el estado de su cuerpo le había pasado factura, al igual que el resto de sus extremidades ahora dañadas y debilitadas.
Desaparecieron los cientos de tentáculos negros de antes, quedando únicamente unos pocos que se agarraban a la pared y mantenían sujeto al monstruo en el aire: no llegaban a cien.
El científico mutado ahora estaba gravemente herido, con su traje negro de la organización desgarrado y destrozado, y numerosas heridas manchadas de rojo por todo su cuerpo, de las que goteaba sangre. Sin embargo, lo más terrorífico y escalofriante de todo era que sonreía y reía maléficamente por lo bajo, como si no le importara en absoluto sus heridas:
- Estúpidos humanos…os habéis condenado a vosotros mismos al derrotarme…- dijo Rodvar, tranquilo y con una sonrisa demente dibujada en la cara- yo por lo menos iba a daros una muerte rápida e indolora, sin sufrimiento…pero ahora, por insolentes necios, pagaréis las consecuencias…
El monstruo de rostro deformado estaba agonizando, le temblaba violentamente todo el cuerpo y escupía espumarajos de sangre por la boca. Aun así no dejó de hablar y pronunciar palabra:
- Felicidades, habéis superado la tercera y última prueba…aquí termina…mi última orden como miembro de la organización…- declaró el científico, sin dejar de sonreír con malicia- sin embargo…ahora os toca enfrentaros…a vuestra peor pesadilla…contra el ser oscuro…
Erika y Eduardo escuchaban, atentamente y sin bajar la guardia, cada una de las siniestras y aterradoras palabras del enemigo. Estaba claro que no le quedaba mucho tiempo de vida:
- Mi señor Derriper…no tendrá piedad alguna…para mataros con la mayor de las torturas…su alma oscura no alberga ni un ápice de cariño o bondad…- explicó Rodvar- y os aseguro…que cuando recupere todo su poder como dios…no tendréis ninguna posibilidad contra él…

El monstruo mutado y deformado dijo entonces sus últimas palabras, con aire de muerte y mal presagio que incluso daba miedo y hacía helar la sangre:
- Hagáis lo que hagáis…ahora ya nada podrá cambiar el curso de la historia…una nueva era está a punto de comenzar…- afirmó Rodvar, con terrorífica seguridad en sus palabras- habéis fracasado en vuestra misión, elegidos de la profecía…y con vosotros desaparecerá irremediablemente este patético mundo podrido y contaminado…porque Limaria ya no tiene salvación alguna, y está condenada a morir…para siempre.

Tras esto, el científico de negro exhaló su último soplo de vida, parando su corazón que dejó de latir. En ese momento los tentáculos oscuros desaparecieron, desintegrándose a la nada, y el cuerpo del monstruo cayó desde aquella gran altura y como un peso muerto al suelo.
Los restos humanos materiales de Rodvar desaparecieron, tras unos segundos de silencio, envueltos en una siniestra nube negra que se esfumó de la misma forma que apareció. Lo más terrorífico y escalofriante de todo era que, a pesar de estar muerto, el cadáver del enemigo aún seguía con los ojos muy abiertos y una diabólica sonrisa de triunfo dibujada en la cara.

El aura mágica de Rodvar desapareció para siempre y, con aquel siniestro e inquietante final, el combate de la tercera y última prueba por fin había llegado a su fin.

Eduardo y Erika dieron por finalizado el combate, ya que las propias invocaciones también se desvanecieron en ese momento envueltas en haz de luz y volviendo a su forma original. De este modo los efectos especiales de protección de fuego, hielo y electricidad se esfumaron de los cuerpos de los guardianes, recuperando éstos la normalidad.
Ifrit se desvaneció siendo una misteriosa luz roja en la esfera de invocación que llevaba Rex. Shiva y Quetzal hicieron lo mismo, siendo respectivamente luces azul y amarilla, pero en las esferas que llevaban Cristal y Jack.

Los dos jóvenes centraron su atención en sus compañeros caídos, y se dieron cuenta de que necesitaban ayuda urgentemente:
- ¡¡Chicos!!- exclamaron Erika y Eduardo.
Ambos elegidos corrieron al encuentro de sus amigos, a los cuales sanaron con magia y objetos curativos. Sus heridas resultaban muy graves y, si no los atendían de inmediato, morirían.

Al cabo de varios minutos, y tras haber pasado el peligro y estar más recuperados, Jack y los demás se levantaron del suelo, con la ayuda de sus protegidos. Todavía se encontraban debilitados y bastante exhaustos y agotados, conservando los rasguños y las heridas de su cuerpo:
- Erika…Eduardo…- balbuceó Jack, a media voz- ¿Qué ha…pasado?
Los dos jóvenes les explicaron a los demás lo sucedido durante el combate, mientras estaban inconscientes, y su posterior final con la intervención de los guardianes de la fuerza. El resto del grupo se sorprendió mucho con los acontecimientos y, una vez más, agradecieron la ayuda de las invocaciones:
- Les debemos mucho a los G.F…siempre nos protegen y nos salvan milagrosamente la vida- afirmó Rex- de no ser por ellos, no estaríamos aquí vivos ahora.
- ¡Sí, bueno…pero aunque no vi nada, seguramente mi Shiva fue la que más paliza repartió!- intentó presumir la princesa, mostrando el objeto que llevaba de colgante y con una sonrisa arrogante- ¡Es la más fuerte y bella de los G.F…el resto se quedan cortos al lado de ella!

Bromas aparte y volviendo a temas serios, Ray habló dirigiéndose a los demás. Tanto él como el resto de sus amigos dieron media vuelta, al oír y ver que desapareció el conjuro mágico que protegía la puerta de salida. Ya nada ni nadie los retenía en aquella sala:
- Se ha abierto la puerta…- afirmó Ray, seriamente- con esto ya hemos superado la tercera y última prueba puesta por el ser oscuro…
Alana intervino entonces de la misma forma, diciendo algo que todos sabían, pero al mismo tiempo temían:
- Hemos acabado con todos los miembros de la organización Muerte…ahora sólo nos queda nuestro objetivo principal…
- Derriper…- concluyó Erika, apretando los puños.
Jack avisó a sus compañeros en ese momento, firme y seriamente:
- ¡Aquí hemos terminado…vayamos a buscar a Derriper y acabar con él de una vez por todas!
El resto del grupo asintió con la cabeza, con los ojos y la mirada firme y decidida, y echaron a correr detrás de Ray encabezando de nuevo la marcha: hacia la salida.

Eduardo echó un último vistazo atrás, al trono ahora destrozado y en ruinas, en el cual el dios oscuro se sentaba y desde el que dirigía a todos y cada uno de los miembros de la organización.
Con el último de sus súbditos de negro muerto, ahora el séptimo ya no contaba con nadie más bajo su legado: estaba completamente sólo y sin nadie más que lo defendiera.
Habían superado con muchísimo esfuerzo todos los obstáculos, de los cuales habían salido milagrosamente vivos, y ya por fin había llegado la hora: el tan esperado momento del combate final.

Su aventura por Limaria iba a llegar irremediablemente a su fin aquella misma noche: con la llegada de Ludmort al planeta y la última batalla contra el dios oscuro Derriper. Dependiendo del resultado ocurrirían dos cosas: o bien ambos jóvenes acababan con el monstruo y salvaban al mundo, cumpliendo así la profecía, o morían en el intento y Limaria nunca jamás volvería a ver el amanecer de un nuevo día.

El chico despertó de sus pensamientos, sacudiendo rápidamente la cabeza a ambos lados. Dio media vuelta y corrió a reunirse con sus amigos, dejando atrás la base de la organización Muerte ahora vacía.
Teniendo su nuevo objetivo fijado, y con todas las piezas del puzzle en su sitio, sólo una faltaba por colocar y que inquietaba y preocupaba a Eduardo: el punto de encuentro con el ser oscuro:


“Donde empezó todo”.