¡Nooo! ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué esta semana de vacaciones se me ha hecho tan jodidamente corta!? ¡Yo quería más tiempo libre, más días de relax y disfrute en la playa, más horas de diversión sin preocupación, más libertad para hacer lo que quiera, más oportunidades para avanzar en mis proyectos pendientes, más tiempo para seguir viendo las cosas que me quedan por ver, más más más...de todo! T.T
Es lo que tiene una semana, al fin y al cabo son solo siete días, y se pasan volando como quien no quiere la cosa. Al principio del primer finde todo es alegría e ilusión (¡tenemos toda una semana por delante, vamos a olvidarnos de todo y a vivir la vida loca!), pero cuando te paras a pensar ya estamos a domingo santo (último día de vacaciones) y es cuando de repente te das cuenta de que has perdido la noción del tiempo, inconscientemente. Muchos dedican este último día a hacer corriendo y a toda prisa los deberes marcados por los estudios (a los que les mandan, claro).
Desde mi más sincera y humilde opinión, no me gusta dejar todo el trabajo para el final, que en algunos casos es demasiado y cuando se hacen de golpe se sobrecarga el cerebro con demasiada información. ¿Qué pasa si se hace esto? Fácil, con el esfuerzo mental que eso conlleva, uno acaba convertido en un zombie borracho, mareado y tambaleado (algunos incluso con dolor de cabeza, como me ha pasado a mí a veces).
¿Y así se espera disfrutar del último día de vacaciones? A mí desde luego no me gustaría, y por suerte ya terminé mis deberes pendientes, que poco a poco los hice a lo largo de esta increíble semana.
Pero en fin, siempre hay un lado positivo de las cosas (en la medida de lo posible), y a mí me gusta verlos para animarme y saber que algo bueno habré hecho esta semana santa. En primer lugar, he ido casi todos los días a la playa (¡el agua salada estaba buenísima!). También me acoplé con un grupo de gente a hacer senderismo tres días de las vacaciones, y he caminado por entre hermosos paisajes naturales de costa y montaña (¡eso sí, las agujetas pesan lo suyo!). Tampoco podía faltar el dedicarle tiempo a los amigos, y quedamos en numerosas ocasiones si no fue para ir a la playa, a dar una vuelta y hacer el payaso por ahí (en el parque infantil les robamos los columpios a los niños pequeños y me caí rodando por el suelo. Fui el producto de las risas de mis amigos y el centro de atención de los mayores, que no dejaban de mirarme con cara rara xD).
Pero sin embargo, lo que seguro más os gustará e interesará es que dediqué y aproveché esta semana de vacaciones para escribir el doble del siguiente capítulo de este fanfic. Aviso que aún no está terminado, y que me está costando lo suyo debido al enorme trabajo que supone relatar un combate. También tengo que deciros que, a pesar de que todavía no lo he acabado, probablemente será un capítulo largo (puede que incluso más que el 38), ya que calculo que llevo poco más de la mitad de combate escrito.
Ahora sí, toca desvelar el título de esta nueva entrega, que completa el desenlace de la saga Vildenor. El capítulo 40 (¡ya con el 4 a la izquierda, lo veo y no lo creo!) se titulará "Lucha de Titanes". Llegados a este punto es lógico que ahora toca luchar contra el principal enemigo de la historia de FF: MP. Muchas incógnitas y sorpresas aguardan en este increíble nuevo capítulo, que apuesto a que será el más épico hasta la fecha del fanfic. Obviamente no voy a contaros nada para no fastidiaros la historia, pero lo que sí os puedo asegurar es que no será un combate fácil para nuestros héroes.
Como muchos ya sabréis de sobra, la fecha de estreno de este capítulo está prevista para los días 5, 6 y 7 de Abril, aunque como me gusta añadir, no siempre se publican los capítulos en su finde correspondiente. No quiero desilusionaros diciendo que no tendré el capítulo listo para esa fecha, pero tampoco me gustaría daros falsas esperanzas asegurando que lo terminaré para entonces. Como siempre, puedo retrasarme por cualquier imprevisto que surja, pero os aseguro que si no se estrena ese fin de semana, lo hará otro día. Prefiero no prometeros nada y dejar que pasen los días, para ver lo que ocurre. Al menos me alegra saber que cuento con vuestra increíble y enorme paciencia, y eso es algo que no tienen todos los seguidores de algo.
¿Lograrán nuestros héroes salvar a Erika de las garras del líder de la organización Muerte? ¿Se casará la chica con él y le entregará su poder como elegida de la vara mágica? ¿Podrán el protagonista y los demás derrotar al mago legendario? ¿Cómo acabará todo esto?
Todas estas respuestas y más en la próxima entrega de Final Fantasy: Memories of a Promise. ¡No os perdáis el último capítulo de la saga Vildenor, que marcará un antes y un después en el desarrollo de esta increíble y fantástica historia! :D
domingo, 31 de marzo de 2013
miércoles, 27 de marzo de 2013
Anexo: Fragmento de fanfic de Kingdom Hearts (Volumen 2)
¡Hola de nuevo, mis queridos bloggers! ¿Qué tal lleváis esa semana santa? ¿Disfrutándola mucho de vacaciones? ¿Habéis ido ya a algún sitio o tenéis planes para la mitad de semana que nos queda? ¿Os habéis divertido? (pregunta tonta, seguro que sí, jajaja xD) Y en caso contrario, si no hay "money" para irse de vacaciones, ¿qué planes económicos y baratos tenéis? Yo soy de los que andan mal de bolsillo, así que no puedo permitirme un viaje largo a sitios lejanos. Pero sin embargo disfruto yendo a la playa, o haciendo senderismo por el monte (ambos los tengo cerca), y son planes divertidos que no necesitan de billetes para hacerlos. También queda el salir con amigos y hacer el payaso por ahí, que eso siempre es divertido.
Lo que sí es seguro es que siempre hay algo que hacer, por eso más os vale aprovechar cada uno de los días de esta increíble semana de vacaciones, que no tenemos todos los días y que hay que disfrutarla haciendo lo que a uno más le guste.
Como ya tenía el blog un poco abandonado, y tampoco me gusta dejarlo demasiado tiempo sin actualizarlo, hoy os traigo otro fragmento del fanfic de Kingdom Hearts que escribió mi antigua compañera de clase, en el instituto. Bueno, más que un fragmento, tengo que decir que es un capítulo entero (para que os entretengáis leyendo, jejeje! xD).
Los hechos ocurridos en este capítulo son anteriores al del primer volumen, lo que quiere decir que aquí luchan contra el sincorazón gigante que los dejó debilitados, y que en el anterior texto aparecen despertando en casa del maestro de Eduardo (del fanfic de KH). Como no se me ocurría lo que publicar en el blog, decidí mostraros otro de los pocos capítulos que conservo del fanfic de KH.
PD: recordad que el hermano mayor de Mandy (la protagonista) es Riku.
Lo que sí es seguro es que siempre hay algo que hacer, por eso más os vale aprovechar cada uno de los días de esta increíble semana de vacaciones, que no tenemos todos los días y que hay que disfrutarla haciendo lo que a uno más le guste.
Como ya tenía el blog un poco abandonado, y tampoco me gusta dejarlo demasiado tiempo sin actualizarlo, hoy os traigo otro fragmento del fanfic de Kingdom Hearts que escribió mi antigua compañera de clase, en el instituto. Bueno, más que un fragmento, tengo que decir que es un capítulo entero (para que os entretengáis leyendo, jejeje! xD).
Los hechos ocurridos en este capítulo son anteriores al del primer volumen, lo que quiere decir que aquí luchan contra el sincorazón gigante que los dejó debilitados, y que en el anterior texto aparecen despertando en casa del maestro de Eduardo (del fanfic de KH). Como no se me ocurría lo que publicar en el blog, decidí mostraros otro de los pocos capítulos que conservo del fanfic de KH.
PD: recordad que el hermano mayor de Mandy (la protagonista) es Riku.
¡Disfrutad de la lectura! :D
Vivir… ¿Para quién y por qué?
Los siguientes días
estuvieron sumidos en una profunda oscuridad para Eduardo…No hablaba, no comía,….No vivía….
Mandy no podía estar
contenta aunque hubiera recibido tal acontecimiento: Su hermano estaba vivo, su
hermano de verdad….
Kiara con su gran
alegría también debido al tal acontecimiento, no podía reprimir la
sonrisa…Siempre intentaba animar a
Eduardo en todo lo que podía, pero este, permanecía con un semblante oscuro…Tan
oscuro y profundo que ninguno podía albergar en el…
Un día cuando estaban
llegando a la gran montaña llamada “Scrifus
Metiodem”, es decir: “La montaña de lo oscuro”, tuvieron que parar de
repente, Eduardo cayó al suelo.
-¡Eduardo!-Gritó
Donald. El eco llegó a todas partes.
Colmillo avanzó con
velocidad, adelantando a todos que estaban en la cabeza del camino. Este
lengüeteó a su dueño.
-¡Edu!-Dijo Kiara
mientras se acercaba a él y le tomaba el pulso.
-¡Apartaos
todos!-Dijo Donald como médico del grupo y mientras inspeccionaba a Edu. Kiara
y los demás se apartaron.
-¡Edu esto te pasa
por no comer en días!-Le dijo Mandy preocupada.
De repente un fuerte
dolor se le arrebató en el pecho a Mandy, un dolor tan fuerte que no pudo
reprimir un grito…Tan horrible, que Kiara ni Sora podrían olvidar…Calló al suelo
mientras gritaba….Sora y Kiara se acercaron a Mandy…
-¡MANDY MANDY!
¡RESPONDE!-Decían.
Del dolor tan grande
Mandy se desmayó. De repente aparecieron de la nada un grupo de… ¿Sincorazon?…O
al menos eso parecían ya que se movían de una forma extraña….Eran de color
blanco y tenían una gran cremallera en la boca…Mientras estaban de pie parecía
como si estuvieran bailando…Parecían…Fantasmas…
Sora se levantó
corriendo llamando a la llave espada junto a Goofy que atacó con su
escudo…Mientras tanto Lucky y Eudon también se pusieron en posición de ataque….
Sora atacó primero a
un par y luego las otras mascotas sagradas….Donald en ese momento usó un gran potencial
de cura para Eduardo…Este se levantó.
-Donald…-Dijo
mientras se tocaba la cabeza.
-Es normal que sientas
ese extraño dolor…-Dijo mirándolo. Unos sincorazon se acercaron a ellos con
Eduardo todavía en el suelo. Donald lanzó varios potentes rayos con su varita
que los dejó fuera de combate- Ahora… ¡Levántate a luchar!
-¡Sí!-Dijo Eduardo
sacando su llave espada y poniéndose de pie. Llamó a Colmillo que seguía a su
lado y juntos fueron a por más “sincorazon”.
Donald se acercó
corriendo a Kiara que seguía con Mandy en el suelo…Estaban protegidas por Sora,
Goofy, Eudon, Lucky, Colmillo y Eduardo que no dejaban que ningún “sincorazon”
se acercaran a ellas. Mandy empezó a gritar de nuevo…
-No sé qué le
pasa…-Dijo Kiara a Donald. Este miró a
Mandy inquieto. Dio una cura…Mandy paró unos segundos de gritar pero volvió a
la carga….
-¡No funciona!-Dijo
Donald al ver su fracaso-… ¡El dolor no cesa!
-¡Son demasiados!-Dijo
Goofy mientras mataba más “sincorazon”. Sora cayó al suelo mientras su llave
espada volaba por los aires…
-¡Sora!-Dijo Goofy.
Sora miró al “sincorazon” unos instantes…
Luego se tiró al suelo dando una voltereta y en él, cogió la llave espada. Luego
un impulso en el aire y un gran golpe que acabó matando a dos “sincorazon”.
-Estoy bien…-Dijo
sonriendo al volver al suelo.
Kiara estaba
nerviosa, Mandy chillaba de dolor y no sabía qué hacer…Donald peor aún que ella
miraba a todos lados sin entender nada…Luego pensó desesperadamente para
encontrar una solución. Un minuto
después a Kiara se le encendió la bombilla:
-¡Ya sé!-Dijo
levantando su dedo índice-…Donald sujétala…-Mandy no paraba de retorcerse debido
al dolor. Kiara apuntó bien sus ojos y entró en una especie de trance que la
llevó hasta el interior de Mandy…En el, vio algo espantoso que la hizo
volver...-Es…Horrible…-Dijo.
-¿Qué le pasa?-Dijo
Sora. Este cayó al suelo de inmediato. Después Goofy.
Eduardo fue cogido
por el cuello por un “sincorazon” pero
Edu le dio una patada en el estómago a este y fue derribado, sin embargo
inmediatamente fue acorralado por otro “Sincorazon”…Colmillo, Eudon y Lucky
fueron enviados por una patada hacia unas rocas y cayeron desmayados.
“Queremos la luz…”-Dijo un “sincorazon”.
-¿Eh?-Dijo Sora dando un paso atrás.
-¿A qué se
refiere?-Dijo Eduardo mientras intentaba quitarse las zarpas del “sincorazon”.
- Es…Horrible…-Volvió
a repetir Kiara.
-¿¡Qué sucede
Kiara!?-Dijo Goofy atemorizado.
- Estos…”Sincorazon”….Le
están...Le están…Quitando la luz a Mandy…De su interior, por eso…Se estremece
tanto…
-¿¡Qué!?-Dijeron
todos a la vez.
-¡PERO ESO QUIERE
DECIR…!-Dijo Edu deshaciéndose de las zarpas y cogiendo su llave espada de nuevo.
-Exacto Edu…Le están
quitando el alma a Mandy…Es decir…La vida…-Dijo Kiara.
Sora llamó a su llave
y comenzó a pelear contra todos los “sincorazon”. Luego todos los demás.
-¡¿QUÉ QUEREIS DE
ELLA?!-Gritó Sora mientras luchaba.
“Queremos la luz…”-Volvió a repetir el mismo de antes. Parecía el
líder.
-Estos…No son…”Sincorazon”
normales…-Dijo Eduardo mientras le daba una estocada a uno y lo mataba.
-Los normales no
absorben el alma…Y menos de una elegida…-Dijo Goofy mientras se quitaba a unos
cuantos de encima.
-¡Es que no son “sincorazon”!-Dijo
Kiara angustiada-…Son…
-¡INCORPOREOS!-Gritó
Mandy desde el suelo. Todos se quedaron mirando hacia ella, parados, incluidos
los llamados “Incorpóreos”-…. ¡ROXAS AYUDAME!...-Gritó Mandy con dolor.
De repente, tras un
inmenso silencio se abrió una puerta de oscuridad…Y de ella salió uno de la
organización con dos llaves espadas….Empezó a luchar con todos los incorpóreos,
con una habilidad inhumana, rapidez, agilidad….Astucia…Esas eran las palabras
que tenía Eduardo en esos momentos mientras veía luchar al supuesto individuo.
Al final mató a
todos. Luego se fue acercando a Mandy. Sora, Eduardo, Goofy y Donald y las
mascotas sagradas se pusieron en guardia delante del sospechoso…En modo ataque…
-¡No!-Dijo Kiara.
Todos miraron hacia ella-… ¡Esperad! ¡Bajad las armas!
Todos lo hicieron y
el sospechoso se acercó hasta Mandy y se arrodilló ante ella. Kiara se apartó.
Luego, el individuo, puso su mano
derecha sobre el pecho de Mandy y de ella salió una luz blanca muy brillante.
Todos se tuvieron que tapar los ojos ya que la luz era tan brillante que te
podía dejar ciego. Luego se acercó al oído de Mandy, pero nadie pudo oír lo que
le dijo. Se levantó corriendo y se fue por otra puerta de oscuridad, sin ni
siquiera decir nada, ni él, ni los elegidos, que no se lo pudieron agradecer.
“-Te estaré esperando”-Oyó Mandy en
sueños. Luego fue abriendo poco a poco los ojos.
-¡¿MANDY?!-Dijo
Kiara.
-¿Kia?...-Dijo Mandy débilmente.
-¡OH DIOS MIO MENOS
MAL…!-Dijo Kiara mientras la abrazaba-… ¡MENOS MAL!
-¿Qué…que me ha
pasado?-Dijo mientras intentaba levantarse-…Me duele la cabeza…
-¿Estás bien
Mandy?...-Dijo Sora extendiéndole la mano y levantándola delicadamente.
-Sí creo que
si…Aunque…Me duele algo el pecho…-Todos miraron preocupados. Kiara acercó la
mano hacia el pecho de Mandy para examinarlo. Apartó la mano inmediatamente:
-¡Ah! ¡Quema!-Gritó.
-¿Qué?-Dijeron todos.
-Mandy será mejor
que…Te quites la ropa para verte que tienes en el pecho…-Dijo Sora.
- Si Mandy puede ser
algo grave…-Dijo Eduardo.
Mandy enfureció como
alma que lleva el diablo y les metió tal ostia que salieron disparados a algún
punto del bosque que los rodeaba.
-Pe…Pero Mandy si
solo…..O.O –Dijo Kiara.
-¡SI SOLO NI NADA!
¡PERVERTIDOS!-Dijo Mandy.
-Bueno…Pues habrá que
ir a buscar a Sora y a Eduardo…-Dijo Goofy.
-¡DE ESO NADA QUE
VUELVAN ELLOS SOLITOS QUE YA SON MAYORES!-Dijo Mandy.
Goofy, Donald y
Kiara: =.=UU =.=UU =.=UU
A la noche, mientras
cenaban, todo permaneció en silencio. Eduardo ya comía después de varios días
preocupado por la princesa Erikashia….Sora y Edu tenían un gran chichón en la
cabeza recubierto por una venda…Obra de Mandy sin duda…
-
Espero
que hayáis aprendido la lección…-Dijo Mandy.
-
Si…-Dijeron
los dos chicos.
-
Me
alegra…Y también me alegra de que el señorito Eduardo este comiendo…-Dijo
Mandy. Este sonrió.
Todos
siguieron comiendo. Kiara enseguida habló para matar el silencio:
-He
estado pensado…-Todos miraron y pararon de comer-…Que antes de empezar a
escalar por la montaña que separa ambos mundos…Debemos organizarnos para saber
que vamos a hacer en…El otro lado, ya me entendéis...-Todos miraron a Mandy que
era la única que seguía comiendo sin preocuparse del asunto. Al sentirse
observada. Paró de comer.
-¿Por
qué me miráis a mi?...Ni que yo fuera la líder…
- Te has ganado el papel…-Dijo Sora sonriente.
-
Seguiremos tus órdenes al pie de la letra…-Dijo Eduardo.
-Pues
la verdad….No tengo nada pensado…¡Pensaba escalar!, ¡Sí, eso!….Y….si
encontramos alguna cueva o algún escondite donde meternos en la cima de la
montaña…Podremos comer y calcular allí todo…Además desde allí arriba…-Dijo
Mandy mirando hacia la cima de la
montaña-…Tendremos una vista preliminar de todo…Será perfecto…
-Me
parece bien…-Dijo Kiara sonriente como siempre.
-¡Entonces
hecho!, mañana seguiremos el camino… ¿y?...-Dijo Eduardo.
-Mañana
seguiremos el camino y…-Dijo Mandy-…Empezaremos con la escalada, tardaremos
días…
- Yo
apuesto que semanas…-Dijo Goofy apenado.
-
¡No seas tan negativo Goofy!-Dijo Donald pegándole con la varita en la cabeza.
Sora
rió unos instantes.
-
Tranquilos
chicos….ya veréis como todo… ¡Nos sale genial!-Dijo Sora positivamente.
Más
tarde se fueron a dormir. Todos menos Eduardo que se escapó de su sitio para
dormir…Colmillo lo captó enseguida y siguió a su amo hasta afuera…
-¡Colmillo!
Vuelve a la cueva…-Le ordenó Eduardo. El perro negó de la orden y se acercó
hasta su amo lengüeteándole la mano-…Esta bien…Ven…-Eduardo y Colmillo se
sentaron en una de las rocas que había alrededor de la apagada fogata que
habían hecho para la cena fuera de la cueva. Eduardo sacó su precioso espejo de
su capa de Espadachín y allí volvió a conectar con el palacio donde estaba la
princesa Erikashia, pero esta vez no salió la chica morena que lo había
atendido la otra vez, si no un viejo anciano de pelo blanco y larga barba
blanca y con un traje azul claro.
-
Maestro Gauldín…-Dijo Eduardo mientras hacia una reverencia con la cabeza.
- Mi
querido muchacho… ¿Dónde te habías
metido?...Hacía mucho tiempo que no te conectabas conmigo…
-Lo sé
maestro…Perdóneme…-Dijo Eduardo.
-
Supongo que no estarás aquí, a estas horas de la mañana por mi…Te conozco
bastante bien Eduardo…-Dijo Gauldín.
-
Usted sabe porque es mi presencia…-Dijo Eduardo nada más.
-La
princesa Erikashia empeora…-Dijo Gauldín.
- Lo
sé…Hace unos días hable con Melanie…Me dijo que en su última revisión semanal
las cosas no habían ido bien…
-
Eduardo…No se sí…
-
Maestro Gauldín….Puede vivir aún…Según acabe la guerra podré ir a verla y mi
amiga la “Elegida de la luz” podrá salvarla y entonces yo…
-Eduardo…-Le
interrumpió el maestro Gauldín-…He hecho todo lo que me dijiste…He estado con
ella día tras noche, cuidándola, buscando una cura… Pero….No creo que aguante
hasta después de la guerra…
Eduardo
se puso en pie:
-No
puede ser…. ¡Tenía una esperanza de vida…!
-No
acertada…-Dijo Gauldín-…Eduardo, te has dedicado toda tu vida a ella…Debes
aprender a afrontar que se tendrá que ir muy pronto…
-¡Maestro
Gauldín créame…La salvaré!
El
anciano miro seriamente a su pupilo…Lo dejó en calma, prefirió hablar de otros
temas…
-¿Qué
tal os va en la misión?, estoy preocupado….
- No
se preocupe maestro, el rey nos ha venido a visitar, nos ha concedido a todos
los dones…Menos a la elegida de la luz y a su mascota sagrada…Ellos encontrarán
sus dones en la guerra…Pero estamos muy bien…
-Vaya…-Dijo
el anciano con asombro-… ¿Estáis cerca de
“Scrifus Metiodem”?
-Demasiado…Mañana
empezamos con la escalada…-Dijo Eduardo.
-¡¿ESCALADA?!-Dijo
el maestro.
-Si
maestro, pensamos escalar la montaña… ¿Cómo subiremos si no?-Dijo Eduardo.
-Eduardo,
mi querido pupilo… ¿Sabéis a lo que os estáis enfrentando?-Dijo Gauldín.
- A
la oscuridad…-Dijo Eduardo obviamente.
- No
solo a eso…La montaña…Guarda muchos secretos nada agradables…No os será fácil
subir…
-
Maestro una de las cosas que me enseño es: Siempre se positivo, y si algo se
interpone en tu camino pues simplemente pásalo, pero nunca te rindas…
El maestro miró
orgulloso a su pupilo a través del espejo.
Pero si de algo
estaba seguro el anciano, es que los elegidos no sabían a lo que se
enfrentaban…Estaban en peligro:
-
No podéis
subir la montaña así como así… ¡Eduardo por favor!
-
Lo hemos
decidido esta noche mis compañeros y yo maestro…Ira todo bien, de verdad…
-
¡EDUARDO!-El
chico se sobresaltó tras el espejo cayéndose al suelo debido al grito que le
pegó su maestro. Nunca le había chillado tan fuerte- ¡TENGO MAS AÑOS Y MAS
EXPERIENCIA QUE TU! ¡Y SE A LO QUE OS ENFRENTAIS! ¡HE TENIDO MUCHAS MISIONES EN
ESA MONTAÑA Y CREEME….ME HA COSTADO SALIR DE ELLA! ¡NO PERMITIRÉ QUE UN PUPILO
MIO SE ADENTRE AHÍ SIN PROTECCIÓN!
-
Maestro,
entiendo su preocupación…Pero ya está todo dicho…-Dijo Eduardo levantándose-…Le
deseo una feliz velada y volver a verlo pronto. Buenas noches.
-
¡EDUARDO!-Es
lo último que se oyó del anciano a través del espejo. Eduardo apagó la
conexión.
A la
mañana siguiente partieron muy temprano. Mandy volvió a mandar a Eudon por
quinta vez consecutiva a volar, por si
había algún sincorazon cerca o si la montaña estaba vigilada por sincorazones,
incluso sospechaba sobre los extraños y nuevos conocidos llamados: Incorpóreos.
El
pájaro volvió al hombro de su ama de nuevo, sin ninguna nueva noticia. Todo
despejado.
-
Bien, ya
podemos ir tranquilos. –Dijo Mandy. De repente notó un escozor en el pecho. Había
sido por el enfrentamiento brusco de ayer. Ya Kiara se había encargado de
contárselo todo. ¿Quién sería el de la organización que los ayudó en aquel
momento? ¿Y matando a los de su mismo bando?
-
Como
sigas mandando a Eudon así le va a dar algo…-Dijo Kiara mientras se acercaba al
hombro de Mandy con las manos llenas de agua para dársela a Eudon. El pájaro
bebió. Mandy sonrió.
-
Deberías
encargarte más de tu gato...-Dijo ella.
-
Lucky es
muy independiente…-Sonrió Kiara- Sabe cuidar de sí misma, yo le cuido también,
pero no siempre…Tu deberías darle más cariño a Eudon…
-
¿A
Eudon?, pero si él y yo somos como uña y carne...-Dijo Mandy mientras rozaba
dulcemente su nariz con el pico de Eudon.
-
Me
alegra-Sonrió Kiara. De repente miró a Eduardo, tenía un palo en la mano y lo
tiraba a lo largo del camino para que Colmillo fuera a buscarlo y se lo trajera
de nuevo….Sora, Donald y Goofy siempre hablaban entre los tres pero se
relacionaban muy bien con los demás del grupo…Ella y Lucky siempre iban muy
unidas pero no tenían siempre un trato tan…Afectivo, se demostraban cariño con
muestras de agradecimiento, o en la batalla luchando fieramente, pero nunca con
un gesto como el de Mandy y Eudon por ejemplo. Lo máximo que le hacia Kiara a
Lucky es acariciar suavemente su barriguita y a veces su lomo haciendo que se
durmiera. Algo muy dulce. Sin embargo a
Kiara le gustaba su relación con su gata. Era magnífica.
-
Hemos
llegado…-Dijo Mandy mirando hacia arriba. Parecía que la montaña se perdía en
los confines del cielo.
-
¿Y dices
que esto lo podremos escalar en días?-Dijo Sora.
-
¡Por
supuesto!, Si ponemos mucho empeño… ¡Claro que sí!-Dijo Mandy.
Los
días fueron muy duros….Los chicos no paraban de subir y de subir y siempre que
miraban hacia atrás parecía que sólo habían hecho un paso…El olor a azufre, era
cada vez más cercano y provocaba muchas nauseas a nuestros amigos.
Cuanto
más subían la montaña, más frío hacia. Cuanto más subían mas oscuridad…Cuanto
más subían menos luz…Cuanta menos luz…Menos ganas de seguir…A la semana lo
chicos no habían ni llegado a la mitad de la monstruosa montaña… Mandy, que iba
en la cabeza escalando, encontró un claro enorme con una cueva mal formada
natural, originaria de la roca, dio un silbido a Eudon que tenía la ventaja de
volar y le dijo que inspeccionara el claro y la cueva.
El
pájaro se posó sobre el claro y miró atentamente, se quedó en silencio. Luego camino dos pasos con sus dos minúsculas
patas…Luego emprendió el vuelo hacia la cueva…Entro en lo oscuro…Mandy esperó
la señal de Eudon para subir del todo…No respondía…
-¿Eudon?-Dijo
débilmente. Pasaron varios segundos. El
pájaro no contestó.
-Mandy….-Dijo
Kiara débilmente-… ¿Pasa algo allí arriba?-Kiara iba en penúltimo lugar
empujada desde abajo por Sora, que era el que se encontraba en mejores
condiciones.
-Debemos
subir…-Dijo Goofy a punto de desmayarse.
-¡Callaos
un momento!-Gritó Mandy a todos que estaban abajo. Un gran silencio…Después el
eco desde la cueva del silbido de Eudon-… ¡Genial subid!-Dijo Mandy subiendo al
claro la primera. Ayudó a Edu, luego a Donald, mientras que Edu subía a
Colmillo y a Goofy. Luego Kiara.
-Mandy
no puedo…-Dijo Kiara a punto de desmayarse.
-¡Claro
que puedes!-Dijo Mandy tirando de ella hacia arriba mientras la cogía en
brazos. Sora la empujaba para arriba. Al final subió-…Donald encárgate de
Kiara…-Ordenó. El pato estaba dando curas a todo “quisqui”. Finalmente Mandy
extendió la mano a Sora. Este la aceptó y subió con la ayuda de Mandy.
-Muchas
gracias –Sonrió este.
-De
nada-Dijo Mandy. De repente, miró la sonrisa
de Sora y se le apareció Roxas en la mente, la sonrisa…Las facciones de la
cara…Eran tan parecidas…Debía dejar esos sentimientos atrás…Roxas había
desaparecido.
Después
de estar más recuperados empezaron a buscar algo con lo que hacer fuego. Desgraciadamente en esa montaña, donde sólo
predominaba la roca no había árboles, ramas, ni nada por el estilo.
-Genial…y
ahora… ¿Qué hacemos?-Dijo Sora.
- No
lo sé…Necesitamos comer…Estamos fatal todos…-Dijo Mandy pensativa.
- El
olor a azufre me está dando ganas de vomitar…-Dijo Goofy tirando en el suelo.
Todos
quedaron en silencio, pensando varios segundos. Kiara, en su mente súper
inteligente y positiva, pensó hasta rebuscar en los escondites más recónditos
de su cerebro y por fin encontró una solución:
-¡YA
SE!-Dijo. Todos la miraron de repente- A ver…Yo se que Donald ahora mismo solo
puede proporcionar magia de cura pero yo tengo magia de todos los tipos… ¡Puedo
hacer un árbol! ¡Incluso una planta medicinal para Goofy!
Todos
miraron preocupados.
-Kiara...
¿Estás segura de que puedes?-Dijo Mandy. Lucky se le erizo a Mandy- Vale gata
ya sabemos tu opinión….
-¡Claro
que puedo Mandy! ¡Confía en mí!-Dijo Kiara. Mandy sonrió al igual que Sora.
-¡Confiamos
en ti!-Dijo Sora sonriente.
Kiara
se levantó del suelo mientras que sacó su querida varita mágica y la limpió un
poco. Luego empezó a buscar un lugar con algo de tierra. Mandó a Lucky a
buscar, la gata empezó a olisquear por todos los rincones del claro. Finalmente
maulló dulcemente. Kiara fue hasta ella, con la pata rascaba algo entre una
roca…Kiara la apartó, una pequeña mata de tierra apareció de la nada, por así
decirlo.
-Es
perfecta, buena chica.-Dijo acariciándole el lomo a Lucky. Kiara se acercó
suavemente a la tierra y la rozó con sus dedos suavemente…Luego…Tocó la tierra
con la varita y de ella surgió un pequeño tallo. Mandy miró preocupada.
-Kiara…
-Shhh…-Dijo
Kiara-….Tengo que despertarla suavemente…-Dijo. De repente la volvió a
acariciar con sus dedos y la planta empezó a crecer…Se hizo un tronco mediano
con hojas verdes, luego se fue anchando cada vez más, y le fueron creciendo
ramas, y hojas, y luego frutos, etc., hasta convertirse en el árbol más grande
y hermoso que había visto Mandy en su vida, y tan solo se había formado en
cinco segundos.
-Me
encanta la magia…-Dijo Sora mirando el gran árbol.
Kiara
sonrió contenta… Su trabajo era perfecto.
-Te
dije que podía hacerlo…-Dijo sonriendo a Mandy.
Más
tarde Kiara consiguió una medicina para Goofy que este se tomó. Todos empezaron
a rasgar el árbol de Kiara, solo por las primeras capas muertas para no hacerle
daño al pobre árbol, y así consiguiendo leña para alimentar el fuego.
-¡Hoy
tendremos hasta postre!-Dijo Donald mientras echaba un gran cargamento de leña
al fuego.
- ¿Y
eso?-Replicó Mandy. Sora señaló a la parte alta del árbol, había muchísima
fruta-..Ah claro ya entiendo…
Eudon
volvió tras volar un poco lejos de la montaña, se posó en el hombro de su
ama. Mandy miró a Eduardo, estaba
pensativo, sentado, mirando la nada.
-¿Ocurre
algo?-Dijo Kiara mientras se vendaba la mano, subiendo la montaña se había hecho
un rasguño.
-
Es…Que siento que algo no va a ir bien…-Dijo Eduardo.
-
Edu estamos bien, yo creo que dentro de dos días más podremos salir de aquí y
llegar a la cima. –Dijo Mandy.
-Sí,
dos días…Eso es lo que dijiste en el último claro y llevamos una semana
subiendo la maldita montaña esta…-Dijo Eduardo.
- No
sé si podremos aguantar mucho más Mandy-Dijo Sora preocupado.
-Yo
doy toda la cura que puedo pero empiezo a estar cansado y necesito reponer
magia-Dijo Donald.
-Además
no creo que estemos en condiciones de luchar-Dijo Eduardo poniéndose de pie-...
¿Si viene un sincorazon que hacemos?
-¡A
ver!-Chilló Mandy-..Tranquilizaos chicos, si tenemos esta energía negativa,
claro que no conseguiremos llegar…Somos los elegidos, somos fuertes.
-
Mandy, cada vez nos vamos acercando mas a la oscuridad, y eso nos afecta a
todos negativamente, Colmillo cada día esta mas arisco, Lucky no se encuentra
cómoda, y Eudon pierde vista de vez en cuando, y sé que no sólo tienen ese tipo
de problemas las mascotas, si no tu…Aunque no nos lo has dicho a ninguno se que
estas más débil cada día…Lo veo en tu carma…-Dijo Kiara.
-¡Kia
estoy bien!-Dijo Mandy malhumorada y poniéndose de pie.
-Mandy,
soy una maga, no intentes engañarme…
-¡Basta
se acabó la discusión! ¡Todo el mundo a preparar la cena!-Dijo Mandy y se fue
hasta una roca más lejos a sentarse.
La
noche permaneció muy oscura, con una neblina impresionante…Eduardo no podía
dormir, empezaba a notar que lo que le había advertido su maestro era verdad,
Colmillo a cada rato venía con miedo y le decía a Eduardo, que en la montaña
había muchos sincorazon muy poderosos en su interior. Estaba de nuevo sentado,
mirando la nada.
Kiara,
también un poco molesta después de la
media discusión que tuvo con Mandy se levantó entre todos los demás que estaban
dormidos, o al menos eso creía. Alejó un poco a su gata para levantarse, y una
vez lo hizo una mano la agarró fuertemente de la muñeca.
-¿A
dónde vas?-Era Sora.
-¿Tu
tampoco puedes dormir?-Le dijo Kiara. Sora negó con la cabeza- Únete al club de
los que tienen insomnio –Dijo Kiara sonriente. Sora también sonrió. Luego se
levantaron y despacio entre los ronquidos de Donald y Goofy, fueron hasta donde
estaba Eduardo para sentarse a su lado. Este se sobresaltó.
-Vaya
que sorpresa-Dijo bajo.
- No
podemos dormir...-Dijo Sora.
-Ya
veo, estamos todos igual…-Dijo Eduardo-…No creo que aguantemos más.
-
Edu no debemos ser negativos ya oíste a Mandy…-Dijo Kiara. Eduardo se echó las
manos a la cabeza, como si estuviera harto de pensar.
- Es
que,…No se lo he dicho a nadie, pero hace una semana, cuando aun no habíamos
empezado a escalar contacte con mi maestro y me dijo que la montaña era muy
difícil…
-¿Difícil?-Preguntaron
Kiara y Sora a la vez. Eduardo les contó toda la conversación con el maestro, entonces el rostro de los
chicos cambio.
-¿Has
desobedecido a tu maestro?-Dijo Kiara, para ella, que era maga, era como una
falta de respeto hacia sus superiores.
-Kiara,
tú no lo entiendes, no os dije nada porque Mandy es al líder, no voy a
desobedecerla.
-Si
sabías que esta montaña era peligrosa deberías habérselo dicho a Mandy...-Dijo
Kiara.
- Ya
es demasiado tarde…-Dijo Eduardo tristemente.
-Bueno,…-Dijo
Sora mientras se ponía de pie-…Nunca es tarde para nada...-Sonrió con su
sonrisa casual, una brisa de viento vino hasta los chicos y les revoloteó el
pelo-…Creo que deberíamos dormir...
-Si
vamos…-Dijo Kiara-Mañana se lo comentaremos a Mandy.
A la
mañana siguiente hubo un día nublado horrible, no se veía el sol, y el olor a
azufre era más fuerte. Los chicos
comenzaron preparando el desayuno y volviendo a guardar todo para seguir
escalando.
En
el desayuno Kiara, Sora y Edu comentaron lo de anoche con Mandy. Esta escupió
el trozo de manzana que tenía en la boca en ese momento.
-¿¡QUÉ!?-Dijo.
-
Mandy, Edu no quería decírtelo porque no quería desobedecerte. –Dijo Kiara.
-¡Genial!
¡Y me lo vienes a decir ahora! ¡Estando
a la mitad de la montaña!-Dijo Mandy.
-
Mandy lo siento…-Dijo Eduardo con la cabeza gacha- Lo siento…
Mandy
se quedó mirándolo seriamente durante un minuto.
-
Está
bien…Pero ya no se puede hacer nada...Hay que seguir hacia arriba…De todas
formas estad todos alerta.-Dijo Mandy.
Cuando
todos comenzaron de nuevo la escalada, Kiara fue rápidamente al árbol y lo
empequeñeció como si fuera del tamaño de una uva, luego lo guardó en un
bolsillo.
-En
la próxima parada que hagamos nos hará falta-Sonrió.
La
escalada de aquel día fue muy diferente a todos los demás…Esta vez debían pasar
la neblina que ocultaba la montaña, la neblina que la hacía infinita…
-¡Ese
será nuestro reto de hoy!-Dijo Mandy chillando a todos que estaban debajo de
ella, ya que iba a la cabeza.
-¡¡
¿QUÉ?!! ¡¡ ¿ESTAS LOCA?!! ¡NO PODEMOS LLEGAR AHÍ!-Dijo Sora.
-¡Sí
podemos!-Gritó Mandy.
Juntos,
con mucho sudor y empeño, se esforzaron todo el día escalando, sin perder ni un
segundo, estuvieron a punto de caerse un par de veces, pero seguían sin temor.
-Mandy….
¿Queda mucho?-Gritó Donald.
-¡No
lo sé!-Dijo Mandy mientras seguía escalando.
Goofy,
sin más aliento y ya cansado, se quitó el sudor de la frente con la muñeca y de
repente miró hacia arriba, su cara cambio a una de felicidad, como si no
estuviera cansado.
-¡Mirad!-Gritó.
Mandy
que se encontraba en la cabeza miró hacia arriba, la niebla estaba demasiado
cerca de ellos, Mandy casi la sentía. Llamó con un silbido a Eudon, este acudió
a su llamada.
-
“Alas de
ángel, Ojos de corazón, vete y busca un sitio con buen respaldón”-Dijo Mandy a
Eudon. El búho enseguida hizo un silbido a lo águila y se metió entre la penumbra.
Unos cinco minutos después volvió sano y salvo. Voló hasta su ama y le comunicó
las noticias.
-
¡CHICOS!-Gritó
Mandy alegre- ¡EDUON ME ACABA DE DECIR QUE DETRÁS DE LA NIEBLA HAY UN CLARO
ENORME DE TIERRA CON UNA CUEVA SUPER COMODA DONDE PODER DESCANSAR! ¡SUBAMOS YA!
Todos
subieron como almas que llevaba el diablo, y era cierto, un claro enorme lleno
de tierra húmeda se hallaba antes ellos con una cueva…Pero parecía tenebrosa,
Eudon se ofreció para investigarla pero Kiara detuvo a Eudon en el aire:
-¡No,
Eudon! Presiento…algo malo…
El
pájaro se quedó allí entre sus brazos.
Kiara
volvió a plantar el gran árbol haciéndolo de nuevo grande y hermoso, luego
empezaron a acampar.
-No
entiendo porque esta tierra del suelo es húmeda…-Dijo Sora tocándola.
- Yo
tampoco…-Dijo Donald. De repente empezó a llover muchísimo, pero tanto que ninguno
pudo moverse del asombro- Ahí está la respuesta…-Dijo Donald.
-¡Vamos
a la cueva!-Dijo Sora.
-¡No!
–Dijo Kiara-..¡Hay peligro! ¡Dormiremos debajo del árbol!
Y
así lo hicieron. Durante toda la noche estuvo lloviendo, y ninguno de ellos
pudo dormir. Se quedaron un par de días más en el claro, era acogedor y aparte
necesitaban reponer fuerzas, no tenían muchas ganas de irse.
Durante esos días nevó, llovió hubo de todo, y
no pudieron entrar a la gran cueva que les ofrecía la naturaleza por culpa de
Kiara, que les advertía de algo maligno.
Durante
una de las noches Mandy explotó:
-¡Kiara
estoy harta! ¡Nos hemos tenido que tragar, la nieve, la lluvia y etc.! ¡Porque tú dices que hay algo ahí malo!
Sinceramente estoy harta, y cansada…
Todos
se fueron a dormir y una vez que todos estuvieron dormidos Mandy mandó a Eudon
a investigar la cueva, Kiara se despertó sintiendo que algo malo iba a pasar…Fue
guiada pos su instinto a los pies del árbol y allí empezó a escavar…Llamó
rápido a Colmillo para que escavara con ella…Este acudió a la llamada,
empezaron a escavar.
-¿Qué
haces Kia?-Dijo Edu dormido viendo como escavaban.
Kiara
tocó algo duro con las manos pero no veía que era, siguió escavando hasta que
de repente Colmillo empezó a ladrar….Todos se despertaron.
-¿Pero
qué pasa?-Dijo Donald malhumorado.
Kiara
levantó lentamente lo que había desenterrado con una cara de horror…Era una
calavera de un esqueleto humano. Sora
echo las manos a la tierra y empezó a escavar, encontró una muñeca
esquelética…Todos empezaron a excavar…Había esqueletos bajo ellos, por todos
lados.
-
Esto…Quiere
decir…-Dijo Sora mientras miraba a la cueva.
-
Mandy…-Dijo
Kiara traumatizada-… ¿Dónde está Eudon?...
Mandy
miró al interior de la cueva, y una luz reflectante salió de ella, le empezó de
nuevo a arder el pecho y se retorció chillando en el suelo. Gritaba, gritaba…
Eudon
salió de repente de la cueva como alma que lleva el diablo y detrás del…El sincorazon
más grande que había visto Eduardo, Sora y Kiara en su vida…Su cara era
deformada y tenía el cuerpo lleno de magulladuras, y estiércol, era horrible...
Mandy
dejó de retorcerse y llamó a la llave espada.
Comenzó
la lucha, todos atacaron por distintos sitios, Mandy dio un golpetazo en la
pierna del sincorazon partiéndola a la
mitad pero esta se regeneró, Edu atacó a la cabeza junto a Colmillo, mientras
que Kiara se dedicó a mandarle potentes
ataques de magia, Donald, Sora y Goofy por otros factores del mounstro. Aunque,
siempre que conseguían partirle algo, este se regeneraba.
-¡Es
imposible!-Dijo Sora. De repente el mounstro rió, junto las manos y de ellas
empezó a salir una burbuja morada que desprendía chispas. Todos empezaron a sentirse
muy cansados.
-No
tengo fuerzas…-Dijo Donald.
-No
puedo más…-Dijo Goofy.
-¿Qué…que
nos pasa?-Dijo Sora cayéndose al suelo.
-Es
el mounstro absorbe nuestra energía…-Dijo Kiara cayendo al suelo también.
-
Dios… ¿Por qué?-Dijo Mandy cayendo. El
mounstro se acercó levemente a todos y se quedó mirando pensativamente a ver a
quien devoraría primero. Cogió a Donald.
-
Donald…-Dijo Sora débilmente en el suelo.
-Da
igual chicos esto es el fin…-Dijo Donald.
El
mounstro abrió su boca para devorarlo, era el fin de Donald.
Pero
de repente una llave espada salió de la nada golpeando al mounstro y dejando
caer a Donald al suelo. El mounstro se giró malhumorado.
-¿Qué
te creías machote? ¿Qué nos afectó a todos?-Dijo Eduardo metido con Colmillo en
una especie de burbuja brillante de fuego.
-Edu….-Dijo
Mandy débilmente desde el suelo.
-..Ahora…
¡Lucha conmigo!-Gritó Eduardo al mounstro.
El
mounstro se tiró encima de Eduardo pero este saltó sobre su cabeza y empezó a
clavarle la llave espada por todos lados, el mounstro rugió de horror. Luego se
dedico a lanzarle ataques mágicos de fuego que lo fueron hiriendo. Colmillo le
mordía por doquier.
De
repente el mounstro cogió con las dos manos a Edu y lo lanzó contra unas rocas
que lo dejaron en el suelo del impacto, luego el mounstro cogió a Colmillo y
también lo lanzó dejándolo inconsciente, estaba fuera de combate. El mounstro
se acercó a Edu. Edu levantó la cabeza.
-Edu….déjalo….No,
no lo vamos a conseguir…-Dijo Mandy desde el suelo-..Es verdad Sora tenías razón…-Dijo
virando la cabeza en el suelo hacia Sora-…No lo vamos a conseguir, esto es
imposible….
-No….-Dijo
Edu en el suelo. Se levantó temblando agarrándose las costillas que estaban
rotas, se retorcía de dolor, llamó a su llave y con ella en la mano dio un
paso.
-
Perdonadme, todos….Ha sido culpa mía…Edu...-Dijo Mandy-…Esto no tiene sentido…
¿Vivir? ¿Por qué?... ¿PARA QUÉ?
-¡Mandy!-Gritó
de repente Edu-¡NO VOY A DEJAROS MORIR A NADIE!-De repente de Edu empezó a
emanar una luz muy brillante que se mezcló con el fuego. Edu dio un par de
vueltas con su llave espada y Colmillo despertó yendo con su amo. Edu cogió la
llave espada con las dos manos y Colmillo la agarró con la boca, como si la
mordiera.
-¿Estás
listo Colmillo?-Dijo Eduardo-Es la hora. Colmillo asintió con la cabeza y la
luz se hizo más fuerte. El mounstro retrocedió.
Todos
se quedaron mirando, Eduardo y Colmillo desaparecieron con la espada en un haz
de luz…Luego de repente una explosión…Y cuando todos miraron se encontraron al
espadachín más asombroso del mundo…Colmillo y Eduardo, se habían fusionado…
Edu
vestía con una gran capa roja y una artillería metálica impresionante con el
escudo del espadachín, la llave espada se había hecho más grande y más
poderosa, Edu llevaba un casco, y el resto era todo un traje metálico rojo.
-Ahora
morirás….-Le dijo al mounstro levantando su grandiosa llave espada-“GARDIAM ELEATOR”-Dijo chillando
con la llave espada en alto, de repente la alzó contra el mounstro y una luz de
fuego que se convirtió en un dragón atravesó al mounstro, matándolo para
siempre.
Luego otra luz que
hizo que todos se desmayaran…Una burbuja gigante en el aire bajo lentamente a Eduardo
y Colmillo cayendo suavemente sobre el claro junto a sus compañeros. De repente
muchos sincorazon pequeños comenzaron a subir por la montaña, Eduardo los escuchó.
Miró a Colmillo que estaba demasiado débil a su lado, sus demás compañeros
estaban inconscientes.
-Bueno amigo, hemos hecho todo lo que hemos podido…-Dijo a
Colmillo mientras lo acariciaba. El perro se acercó más a él…Eduardo lo abrazó
dulcemente- Te quiero Colmillo...-Dijo llorando, Eduardo sabía que era el
fin…Colmillo pasó una pata por encima de su amo…y juntos cerraron los ojos…
Mandy durmiendo
apretaba a Eudon contra sí y Kiara tenía Lucky debajo de ella…No sabían cómo
pero aun inconscientes debían proteger a sus mascotas.
Eduardo tardó en
entrar más en el sueño profundo…Pero Colmillo ya dormía cuando Eduardo vio
subir a los sincorazon hasta el claro rondenadolos, eran más de 100. Eduardo
cogió su llave espada, quería morir como un caballero. Se la acercó al pecho, y
cerró los ojos pensado:
“La muerte será menos
dolorosa con mi gran compañera de lucha, y además descansaré en paz con mi
mejor amigo, y sobretodo durmiendo”. Esta vez sí que Eduardo calló en el sueño
profundo.
Lo que no sabían
nuestros elegidos es que unas grandes alas de esperanza se acercaban a esa
montaña dándoles otra oportunidad…A la vida.
Y hasta aquí otro de los capítulos del fanfiction de Kingdom Hearts. Espero que lo hayáis disfrutado, y a ver si me animo otro día a publicar lo que queda. Ya veremos, jejeje xD.
PD: Ya he empezado a escribir el siguiente capítulo de FF: MP, pero todavía me queda muuuuuuuuucho por escribir (sin exagerar). Y es que un combate (resulta obvio y lógico que ahora toca luchar) no se desarrolla en una sola tarde, requiere de muchas horas de dedicación e imaginación. Prefiero no desvelar más para dejaros con la intriga, tan sólo puedo deciros que la batalla no ha hecho más que empezar y que estoy tratando de esforzarme para que sea épica.
En los próximos días anunciaré el título de este esperado nuevo capítulo. ¡Estad atentos, bloggers! :D
sábado, 23 de marzo de 2013
Capítulo 39: El renacer de Valor Alado
Capítulo XXXIX
EL
RENACER DE VALOR ALADO
Gracias a la habilidad de Ray,
consiguieron teletransportarse directamente a través de un agujero oscuro y
dejar atrás el bosque de la muerte. Sin embargo, el lugar al que fueron a parar
no era el que todos esperaban. Se encontraban en la parte exterior de una
gigantesca nave industrial, a las afueras de la ciudad:
- ¿Dónde estamos?- preguntó Jack,
confuso y perplejo.
El perro miró con desconfianza a Ray,
y pensó que el reciente miembro del grupo los estaba llevando al enemigo, hacia
una emboscada. Era normal que sospechara de él, pues se acababa de unir a ellos
y todavía podría estar siendo un espía de la organización Muerte:
- Espero que esto no sea una trampa de
tu parte- amenazó Rex seriamente- si intentas algo contra nosotros, no dudaré
en lanzarme sobre ti y morderte el cuello con todas mis fuerzas.
- Piensa lo que quieras- le respondió
Ray de la misma forma, con ese tono de indiferencia que tanto molestaba al can-
me trae sin cuidado lo que creas o no, yo simplemente actúo para salvar este
mundo y arruinar los planes de mi padre.
- ¿Entonces por qué nos has traído
aquí?- intervino Alana, mirando el complejo que tenían justo al lado- esto no
se parece en nada a una iglesia, ni mucho menos un sitio para celebrar una
boda.
Ray suspiró. No tenía más opción que
explicar en qué consistía su plan. Tras unos segundos de silencio, empezó a
hablar tranquilamente diciendo:
- Estamos en las afueras de Vildenor,
lejos del pleno centro urbano de la ciudad, por una razón…
- Dínosla, anda- dijo Jack, serio y
sin vacilaciones- ¿por qué no hemos ido directamente al lugar exacto de los
hechos?
- Porque Alejandro habría detectado mi
presencia a través de mi aura, y seguramente nos tendería una emboscada.
El joven de rojo se quedó perplejo
ante aquella respuesta:
- ¿Cómo dices?- preguntó Eduardo,
confuso- explícanos, por favor.
Ray tardó un poco en responder.
Buscaba la forma de explicar lo que quería decir, de manera que el resto del
grupo lo entendiera. Iba a contar un secreto que nunca antes había salido de la
organización de negro:
- Veréis…los miembros de la
organización Muerte tenemos nuestro propio sistema de localización, para
detectar a los demás miembros a través de la resonancia del aura que tiene cada
uno…y que únicamente podemos sentirlo nosotros…- explicó el chico con gafas-
cuanto más cerca se encuentre uno de otro, más fácil y preciso será
localizarnos.
Razonando de esa forma, Rex llegó a
una conclusión lógica:
- ¿Pero entonces eso significa que no
podemos acercarnos a Alejandro teniéndote con nosotros?
- Tal y como estamos ahora, no- afirmó
Ray, seguro de sus palabras- por eso os he traído aquí.
En ese momento todos alzaron la mirada
a la gigantesca nave industrial que tenían al lado. Sea lo que sea lo que
planeara el chico de negro, sin duda debía de estar en aquel complejo recinto:
- ¿Qué hay ahí dentro?- preguntó Cristal,
sorprendida.
- Muy pronto lo sabréis- sonrió Ray,
que luego hizo un gesto con la mano y dijo a los demás- ¡vamos, seguidme!
Todos corrieron en silencio detrás del
joven con gafas, rodeando la nave industrial hasta llegar a una esquina que
daba a la parte frontal de la misma. Se detuvieron en seco de repente y,
asomando ligeramente la cabeza por una esquina, observaron el panorama como
reconocimiento del terreno.
En la entrada solo habían dos guardias
custodiando la gran puerta principal que daba acceso al interior del recinto:
- Esto es demasiado fácil…- sonrió
Jack.
Y tenía razón. Los superaban en
número, y aparentemente no parecían muy fuertes. Cualquiera de ellos podría ir
i dejarlos fuera de combate sin muchos problemas. Sin embargo, antes de que nadie
se lanzara al ataque, Cristal avisó al resto de sus compañeros:
- Esperad, yo me encargo- dijo, con
una sonrisa pícara y burlona.
Sacó una moneda del bolsillo y la
lanzó de forma que cayera justo a los pies de los guardias. Acto seguido hizo
una impresionante demostración de su velocidad, desapareciendo en un abrir y
cerrar de ojos a la vista de los demás. Tan solo una rápida ráfaga de aire fue
el único rastro que dejó de su movimiento.
Uno de los guardias se fijó en el
objeto recién caído, se agachó a recogerlo y se sorprendió gratamente. Sonrió
diciéndole al otro:
- ¡Eh tío, mira esto!- exclamó con una
sonrisa- ¡es una moneda, hoy debe ser mi día de suerte!
Sin embargo, la sonrisa se le borró de
la cara en el mismo momento en que ambos notaron una nueva presencia. Al darse
la vuelta se encontraron a la chica con coletas, que apareció de repente como
una sombra silenciosa, y sonriendo pícaramente:
- ¿¡Pero qué…!?- exclamó uno de los
guardias, sorprendido y perplejo.
Fue lo último que dijo antes de que la
princesa les propinara rápidamente un puñetazo en la cara a los dos y los
tumbara en el suelo, inconscientes.
Una vez pasado el peligro, Cristal
avisó al resto de sus compañeros para que se acercaran. Se sorprendieron
entonces con la poca seguridad que tenía aquel lugar y que, al parecer, lo que
había dentro del complejo recinto no debía de ser muy importante para el dueño.
Corrieron hasta la entrada donde
aguardaba la ladrona, con las llaves en la mano:
- Ha sido fácil- comentó Cristal, como
si aquello fuera un juego de niños.
Sin embargo, el chico de negro aún no
parecía seguro. Miró a ambos lados rápidamente y luego dirigió la vista a la
puerta:
- Adelante, entremos- dijo Ray, sin
perder el tiempo- puede que todavía queden guardias por los alrededores.
El resto del grupo asintió con la
cabeza y Cristal abrió la gran puerta con las llaves del centinela. Todos
cruzaron el umbral de la entrada y se internaron de lleno en las profundas
entrañas de la nave industrial.
La oscuridad inundaba todo el lugar, a
pesar de que fuera yacía el sol. La poca claridad que se colaba en el interior
del edificio a través de las ventanas del techo delataba una gigantesca sombra
que se alzaba muy por encima de sus cabezas, y que se trataba de algo oculto en
la nave industrial muy grande.
Enseguida Ray accionó un interruptor
cercano y la luz de cientos de bombillas devoraron en cuestión de segundos la
oscuridad del lugar, dejando al descubierto lo que antes se ocultaba.
Todos se quedaron con la boca abierta
al levantar las miradas muy por encima de sus cabezas y contemplar una colosal
aeronave futurística, que superaba en tamaño y volumen a un gran avión de
transporte de pasajeros de La Tierra. Al ver la enorme cúpula de cristal
frontal, los alerones y las grandes hélices, el grupo recordó cada uno de los
detalles de aquella impresionante nave.
Completamente pálidos y atónitos, en
ese momento recordaron con total claridad de quién era ese colosal vehículo
volador:
- ¿¡Ésta…ésta no es…la aeronave de
Alejandro!?- exclamó Jack, muy sorprendido- ¿¡La que se nos apareció en el
desierto y nos llevó hasta Vildenor!?
- La misma- respondió Ray- cuando
luché contra vosotros aquel día en el desierto, el combate estaba previamente
organizado para que mi padre acudiera en el último momento y fingiera que os
salvaba la vida…gracias a Ifrit.
Eduardo recordó entonces la batalla
contra el chico de negro en el desierto, y de cómo apareció Alejandro justo
antes de morir. Gracias a la increíble fuerza del G.F. Ifrit, logró abatir sin
problemas a Ray, después de que éste los dejará prácticamente debilitados. Fue
en ese momento cuando entendió por qué el mago legendario dejó con vida al
joven de negro: porque todo formaba parte del plan. Consiguió lo que quería:
ganarse la confianza del grupo.
Ray los veía a todos muy asombrados, y
les dijo un poco más lejos, mientras caminaba hacia el medio de transporte:
- ¿Vais a quedaros ahí parados con la
boca abierta más tiempo o voy yo sólo?
- ¿¡Va…vamos a pilotar esto!?-
preguntó Alana, eufórica y con una tremenda sonrisa que no podía ocultar.
- ¿Se te ocurre otro método de
transporte para llegar más rápido?- le respondió el chico de negro, que luego
hizo un gesto con la mano diciendo- ¡rápido, subamos!
Al parecer el joven con gafas ya había
montado antes en aquella nave, ya que no dudó ni un instante cuando se acercó a
un lateral que servía de apoyo, hizo aparecer con un botón un monitor oculto, e
introdujo correctamente la clave secreta en apenas cinco segundos.
Tal y como ocurrió la otra vez con
Alejandro, una gran rampa descendió de un lateral de la nave, que conectó con
el suelo y permitía el acceso a la misma. Subieron rápidamente por ella y se
adentraron en el interior de la nave, mientras la rampa subía de nuevo y la
entrada se cerraba tras ellos.
Recorrieron los varios pasillos y
escaleras que encontraban a su paso, con Ray encabezando la marcha. Pasaron
frente a la sala de reuniones, la cocina, la pequeña biblioteca y el pasillo de
las habitaciones, y cada vez más recuerdos de aquel día que pasaron en la nave
saltaban de repente a su memoria. Sin duda ésa era la aeronave en la que
viajaron hacia Vildenor, y en la que pasaron la noche bajo el cobijo del mago
oscuro Alejandro.
Sin embargo, en aquel vehículo gigante
faltaba algo muy importante: los moguris. Esos pequeños seres con alas, enorme
cabeza y un esponjoso pompón rojo por encima de ésta. Todos recordaron que
estas adorables criaturas eran siervos del mago legendario, que habitaban en la
nave y se encargaban de limpiarla y pilotarla.
Eduardo no dejaba de preguntarse dónde
estarían los pequeños seres, hasta que por fin llegaron a la sala de mandos de
la nave. Allí descubrieron, sorprendidos, que los moguris estaban revisando los
puestos de control, asegurándose de que todo estuviera en orden.
Las criaturas con alas se
sorprendieron de la misma manera, al verlos allí de improviso y sin previo
aviso:
- ¿¡Príncipe Ray, kupó!?- preguntó un
moguri- ¿¡Qué hacéis aquí, kupó!?
El chico de negro caminó directamente
hacia el puesto de mando central, y accionó el botón de inicio del sistema. Los
seres con pompón se preocuparon mucho al ver lo que hacía el joven:
- ¿¡Pero qué hacéis, kupó!?- exclamó
otro moguri, perplejo- ¡¡Su majestad Alejandro no nos ha ordenado mover la
nave, kupó!!
- A partir de ahora me obedeceréis a
mí- respondió Ray, mientras movía sus dedos por el teclado de mando, a una
velocidad increíble- y necesito llevarme la nave, por extrema emergencia.
- ¿¡Qué!? ¡¡Ni hablar, kupó!!- dijo el
que parecía ser el jefe- ¡¡exigimos una explicación a esta situación, kupó!!- y
añadió, mirando al resto del grupo- ¡¡la nave no se moverá llevando intrusos
dentro, kupó!!
Por lo general los moguris solían ser
leales a quiénes servían, y el chico de negro sabía que aquello pasaría. Sin
embargo, no tenían tiempo de explicarles la situación. Seguro que alguien ya
había visto a los guardias inconscientes de fuera, y que era cuestión de
segundos que saltara la voz de alarma.
Ray adquirió entonces una expresión de
enfado, se dirigió a los moguris y les amenazó seriamente, mintiendo:
- Mi padre me ha enviado expresamente
aquí para llevarle la nave, y como se entere de que os oponéis a su voluntad,
os aseguro que lo vais a pasar muy mal.
Las criaturas aladas sintieron de
repente un profundo miedo al imaginar a su amo enfadado, que a juzgar por sus
rostros aterrados intuyeron que sí conocían su lado oscuro, y Ray se aprovechó
de eso para decir:
- Ahora la nave la pilotamos nosotros.
Id a encargaros del resto del trabajo y no molestéis.
- ¡¡A…a sus órdenes, kupó!!- exclamó
el moguri jefe, tieso como un palo.
En ese momento los moguris echaron a
volar, presos del pánico, y salieron a toda velocidad de la sala de mandos,
dispuestos a realizar los quehaceres del resto de la nave.
Una vez asegurada la sala de mandos y
tomado el control total de la nave, ya podían manejarla sin problemas. El chico
de negro volvió la vista al teclado que había dejado pendiente, y siguió
activando el inicio del sistema.
Los demás miembros del grupo caminaron
a sus anchas por la estancia, mirando cada panel de los ordenadores y la enorme
cúpula de cristal que tenían ante ellos:
- Ya me acuerdo, no hay duda de que
pertenece a Alejandro- afirmó Rex, olisqueando con su olfato canino- su olor
está por todas partes.
- Y pensar que ahora la tenemos nosotros…-
dijo Eduardo, sorprendido- se me hace raro…
En ese momento se sorprendieron al
ver, a través de la cúpula frontal de la nave, cómo el techo del recinto
industrial se abría y dejaba el cielo azul al descubierto. Los rayos del sol
iluminaron con su fuerza todo el interio del complejo y la increíble aeronave,
que brillaba por sus placas metálicas de acero puro. La libertad estaba justo
por encima de sus cabezas:
- Siento daros una mala noticia…-
declaró el chico de negro, que de repente se detuvo frente al puesto de
control, como si no supiera dar el siguiente paso- aunque me padre me enseñó un
poco a manejar este bicho grande, la verdad es que ya no me acuerdo de nada.
La pelirroja intervino en ese momento,
con una expresión tan decidida y una sonrisa tan segura de sí misma que
sorprendió a sus amigos:
- En ese caso, dejádmelo a mí.
- ¿Estás segura?- preguntó Rex.
- ¡Pero bueno! ¿Es que acaso no me
conoces?- exclamó Alana, con una sonrisa firme y decidida- ¡cuando se trata de
maquinaria, motores y hélices no hay aeronave que se me resista!
- Pues será mejor que te des prisa…-
comentó Ray- porque los guardias del recinto no tardarán en…
En ese momento no terminó de hablar
porque de repente comenzó a sonar una alarma de emergencia, que sorprendió a
todos. Las luces de la recinto industrial pasaron a brillar intermitentemente
en rojo, y el estridente sonido de la alarma resonaba en todos y cada uno de
los rincones del lugar, estremeciendo de los nervios a todos los miembros del
grupo:
- ¡¡Mierda, nos han descubierto!!-
exclamó Jack.
Ray se dirigió a la piloto y le dijo
sin vacilar:
- ¡¡Pon en marcha este trasto y
larguémonos de aquí, rápido!!
- ¡¡A la orden!!- asintió Alana con la
cabeza.
La pelirroja tomó asiento rápidamente
en el puesto de mandos y observó con total atención el complejo sistema
operativo de la nave. Eduardo y los demás se quedaron atónitos y con la boca
abierta al ver cómo, en cuestión de aproximadamente diez segundos, Alana
descubrió enseguida el manejo y control del vehículo gigante.
Empezó a mover sus brazos y manos a
tal velocidad por todo el puesto de mandos que el resto del grupo perdió al
instante los pasos necesarios para poner en funcionamiento la aeronave. Por
unos instantes todos sonrieron al sentir cómo el motor y las hélices se ponían
en marcha, y la sensación de ascender del suelo parecía indicar que todo iba
sobre ruedas.
Sin embargo, un freno brusco de repente
sacudió toda la nave, que hizo caer del temblor a todos, tras perder el
equilibrio. Se levantaron rápidamente de nuevo, mientras Eduardo exclamaba:
- ¿¡Pero qué pasa!? ¿¡Por qué no
subimos!?
El grupo entero notaba que la nave
permanecía parada, a pesar de que los motores insistían en subir: parecía como
si estuviera atada. Y, en efecto, cuando Jack se asomó y miró por la gran
cúpula de cristal, por fin entendió la situación.
Cuatro enormes y anchas cuerdas de
gran envergadura sujetaban desde las cuatro esquinas de las paredes la
aeronave, y la impedían salir a flote a la libertad. Pero lo peor de todo eran
los refuerzos enemigos.
Más de un centenar de guardias con los
mismos uniformes que los de la entrada se encontraban abajo, esperándolos en el
vestíbulo del recinto. Además iban armados. En la parte superior, varios grupos
de docenas de centinelas tiraban de las enormes cuerdas resistentes que
inmovilizaban la nave, y la obligaban a descender mientras la sujetaban con
fuerza:
- ¡¡Oh no, son más guardias de los de
antes!!- exclamó el mago- ¡¡y parece que no nos van a dejar ir tan fácilmente!!
Fue entonces cuando se oyó una potente
voz amplificada, procedente de un megáfono desde abajo:
- ¡¡A los intrusos que se encuentran
en la nave, devolvedla ahora mismo a su sitio y salid con las manos en alto. De
esa forma nadie saldrá herido!!
El grupo entero se quedó en silencio,
sorprendido con las manos en la masa. En aquella situación eran claramente los
ladrones criminales. En ese momento Eduardo supo lo que era sentirse como la
había hecho Cristal durante meses, con la diferencia de que a ella nunca la
pillaban y robaba con arte y estilo:
- ¡¡A los intrusos que se encuentran
en la nave, devolvedla ahora mismo a su sitio y salid con las manos en alto!!-
repitió la voz del megáfono- ¡¡De esa forma nadie saldrá herido!!
Ya dentro de la aeronave, todas las
miradas se dirigieron automáticamente al chico de rojo. Rex preguntó, en nombre
de todos sus compañeros que se formulaban la misma pregunta en la cabeza:
- ¿Qué hacemos, Eduardo?
El joven se quedó un rato pensativo.
Bajó la cabeza y ocultó su rostro, durante el cual se quedó unos segundos en
silencio, mientras meditaba. El resto de sus amigos lo miraron cuando
finalmente Eduardo apretó los puños, y con la mirada seria levantó la cabeza
diciendo:
- Esta es la única oportunidad que
tenemos de salvar a Erika, y desde luego no voy a abandonar ahora.
Hizo aparecer mágicamente la llave
espada en su mano mientras decía:
- Van listos si creen que nos rendimos
así de fácil.
Entonces se giró y le dijo a la
piloto, seriamente y sin vacilar:
- ¡¡Alana, tú quédate aquí y sigue
conduciendo la nave hacia arriba…no pares en ningún momento!!
- ¡¡Entendido!!- afirmó la pelirroja.
Y dirigiéndose al resto de sus
compañeros, les comunicó de la misma manera:
- ¡¡Los demás saldremos fuera y
cortaremos las cuerdas!!- indicó el joven, alto y claro- ¡¡y si hace falta, nos
libraremos de los que intenten detenernos!!
Alana volvió la vista y les dijo firme
y decididamente:
- ¡¡A por ellos, chicos, que se note
que somos un equipo!!
Eduardo la miró y sonrió a su vez,
antes de dar media vuelta. Luego corrió y desapareció por la puerta, seguido de
los demás con las armas en las manos. Mientras corrían por los pasillos de la
nave, Eduardo ordenó a los demás diciendo:
- ¡¡Dispersaos y cortad las cuerdas,
rápido!!
A partir de ese momento cada uno se
separó y tomó una ruta distinta en el interior del gigantesco medio de
transporte. A pesar de los esfuerzos de Alana por tratar de levantar el vuelo,
las gruesas cuerdas que sujetaban el vehículo, la enorme maquinaria pesada que
las atraían hacia abajo y las decenas de guardias que aportaban su fuerza en la
causa, estaban consiguiendo todo lo contrario: el descenso de la nave hacia el
suelo.
Tenían poco tiempo antes de que la
base de la aeronave tocara el suelo y se llenara de guardias. Sabían que si
estos conseguían entrar, ya no podrían huir nunca.
En el exterior, situados en el pasillo
de los niveles superiores, se encontraban los cuatro grandes grupos de guardias,
sujetando y tirando con fuerza de las gruesas cuerdas que ataban la nave al
interior del recinto. El que parecía ser el capitán que lideraba a un grupo
gritaba, enfadado:
- ¡¡Tirad, malditos enclenques…no
podemos permitir que escapen!!
En un momento dado apareció Cristal de
repente, posada en el filo de la cuerda y manteniendo el equilibrio con la
seguridad y la elegancia de una acróbata. Llevaba en la mano su estrella ninja,
con la que rápidamente comenzó a serruchar la cuerda, tratando de cortarla. El
capitán fue el primero en darse cuenta de su presencia, y enseguida ordenó a
sus soldados:
- ¡¡Disparad, abrid fuego a la
intrusa!!
Dos centinelas del grupo dejaron sus
puestos, desenfundaron sus pistolas y empezaron a disparar contra Cristal, que
levantó la vista a ellos sintiendo el peligro, sorprendida. Antes de apretar el
gatillo, la princesa dio varios saltos mortales hacia atrás, esquivando las
balas con facilidad y moviéndose por la cuerda con maestría, sin caerse de la
misma.
Algunas de las balas disparadas
alcanzaron la cuerda y la debilitaron tanto que, cuando se les acabó la poca
munición que tenían, Cristal la cortó con su arma sin apenas esfuerzo. Con una
sonrisa burlona, la chica se colgó por ella y alejó de sus enemigos mientras se
despedía diciendo:
- ¡¡Gracias chicos, me habéis ahorrado
el trabajo!!
Con su increíble agilidad de ladrona
llegó hasta la superficie de la aeronave, y a través de la cuerda logró trepar
rápidamente y colarse por una ventana abierta de la misma. Ya habían cortado
una de las cuatro cuerdas que amarraban la nave, y quedaban tres más.
En otra parte superior del recinto
industrial, Jack y Rex se enfrentaban a una veintena de guardias. Llevaban ya
un rato esquivando los golpes que les venían encima, mientras contraatacaban y
dejaban a algunos fuera de combate. Estaban rodeados y no tenían salida.
Llegó un momento en que sus enemigos
dispararon contra ellos, y antes de que apretaran el gatillo, el mago conjuró
un hechizo mágico de protección que los envolvió a los dos a su alrededor. La
dura barrera mágica bloqueó e hizo rebotar las balas trescientos sesenta grados
desde su posición, que alcanzaron a algunos guardias. Pasado el peligro, ambos
intercambiaron una sonrisa de complicidad:
- ¿Estás listo?- preguntó Jack.
- Sí- respondió el perro.
En ese momento los dos realizaron al
mismo tiempo una técnica mágica ofensiva, que dobló la potencia del hechizo
elemental conjurado:
- ¡¡Aero+!!- gritaron los dos a la
vez.
De la combinación de ambos ataques
juntos se desató un gran tornado a su alrededor, cuyas violentas ráfagas
hicieron volar por los aires a los enemigos y cayeron a la planta inferior del
lugar, al vestíbulo.
Segundos después, con el terreno
temporalmente despejado, el mago y el perro asintieron con la cabeza y volvieron
a lanzar otro ataque mágico a la vez. En esta ocasión dos grandes bolas de
fuego invocadas por el hechizo Piro quemaron y chamuscaron la segunda de las
grandes cuerdas que retenían a la nave, que acabó partiéndose por sí sola:
- ¡Una menos!- sonrieron Jack y Rex
decididamente.
La aeronave ganaba altura, ya que se
habían cortado dos de las cuatro grandes cuerdas. La tercera le correspondía a
Eduardo, que aún se enfrentaba a su grupo de guardias.
El chico llevaba ya un rato envuelto
en el numeroso grupo de centinelas, bloqueando, esquivando los golpes y
contraatacando rápidamente con la llave espada. Aquella situación desesperada,
en la que no le dejaban ni un solo segundo de respiro, lo estresaba de tal
manera que lo enfurecía.
Con gran parte de su fuerza, conjuró
un hechizo ígneo que envolvió la cabeza de dragón rojo del arma en llamas, y
arremetió con la llave espada en un poderoso ataque de área de trescientos
sesenta grados, que golpeó y quemó a todos los guardias a la redonda.
Con los restantes supervivientes el
chico se lanzó contra ellos y, mientras esquivaba sus ataques, los remató con
un fuerte golpe de su arma a cada uno a su paso.
Cuando finalmente pasó el peligro y ya
no quedaba nadie en pie, suspiró de alivio y dijo:
- Ya por fin puedo respirar tranquilo.
Caminó hasta la cuerda que le
correspondía, y de un rápido y certero ataque con la llave espada la cortó sin
mucha dificultad:
- ¡Ahí va la tercera!- sonrió Eduardo-
¡sólo queda una!
En ese momento la gigantesca nave
rugió el motor y las hélices comenzaron a moverse mucho más deprisa que antes.
Todos se dieron cuenta de lo que eso significaba:
- ¡¡La nave ya está casi lista!!-
exclamó Rex.
- ¡¡Es el momento de irnos!!- afirmó
Jack.
Todos los miembros del grupo que
habían salido a cortar las cuerdas corrieron y se metieron de nuevo en la
aeronave por la gran puerta principal, ahora abierta y preparada para la huida.
Ya dentro se encontraban Cristal, Rex, Eduardo y Jack, con la puerta abierta y
casi al borde de la entrada. El mago hizo un recuento de los miembros:
- ¿¡Quién falta!?
- ¡¡Ray!!- exclamó Cristal, que señaló
diciendo- ¡¡Allí está!!
Los demás volvieron la vista al
frente, sorprendidos. El chico de negro acababa de cortar la última cuerda con
un ataque mágico y corría rápidamente hacia la puerta abierta de la aeronave,
donde lo esperaban sus compañeros. Lo seguían una legión de guardias armados y
lo peor de todo era que, al estar ya la nave sin ataduras, iba ganando
rápidamente altura y velocidad.
Se estaba alejando de la plataforma
superior, y con ello disminuían las probabilidades de que el joven con gafas se
salvara:
- ¡¡No lo conseguirá!!- dijo Rex- ¡¡no
le dará tiempo!!
- ¡¡Ray, deprisa, corre!!- gritaba
Cristal.
Fueron auténticos segundos de profunda
tensión e intriga, en los que eran muchos los que creían que Ray no se
salvaría. El tiempo pareció detenerse en el mismo instante en que, justo al
borde de la plataforma, el chico de negro saltó lo más alto que pudo al vacío.
Desgraciadamente su mano no alcanzó el
bordillo de la puerta que tenía a varios centímetros por encima de sus dedos, y
todos pensaron que aquel sería el final de su nuevo compañero:
- ¡¡Ray!!- gritó la princesa,
asustada.
Justo cuanto todo parecía perdido, el
joven de rojo se tiró al suelo rápidamente, al borde del abismo, y la mano de
Eduardo agarró la suya, sujetándolo en el aire:
- ¡¡No te sueltes…!!- decía el chico,
tratando de no caer- ¡¡Agárrate fuerte!!
Sin embargo, Ray pesaba un par de
kilos más que él, y Eduardo no podía cargar con un peso mayor que su propio
cuerpo. Se deslizaba rápidamente por la rampa metálica y era cuestión de pocos
segundos que cayera con Ray al vacío:
- ¡¡Rápido, ayudadme a subirlos!!-
exclamó Jack, corriendo al lado del joven- ¡¡no aguantarán mucho más!!
Los demás se lanzaron junto a Eduardo,
tiraron de la mano de Ray y consiguieron subir a los dos chicos al interior de
la nave, antes de que unas balas los alcanzaran de lleno. La puerta se cerró
enseguida tras ellos y el enorme vehículo cobró altura a gran velocidad:
- ¡¡Disparad, rápido!!- ordenó el
guardia capitán, enfadado- ¡¡que no escapen!!
Cientos de metralletas apuntaron y
dispararon contra la colosal nave, en medio de una tormenta de balas, mientras
ésta ascendía por encima del techo industrial y veía el cielo azul.
Las balas no consiguieron atravesar el
duro material de acero de la misma, por lo que no le afectaban. Una vez que la
aeronave salió completamente del recinto, Alana puso en marcha los propulsores
y ésta aceleró a una velocidad que nunca antes habían experimentado sus
tripulantes.
Eduardo y los demás que se encontraban
en la entrada del vehículo volador cayeron estrepitosamente al suelo sin
remedio, en el momento en que la nave aceleró a una velocidad hipersónica.
Por fin había pasado el peligro.
Ya en el cielo despejado, viajando a
gran velocidad, todos se dirigieron a la sala de control de la nave, donde los
esperaba la piloto. Al llegar, el grupo entero se sorprendió cuando vio a Alana
desenvolverse tranquilamente en el puesto de mandos como una profesional.
Cualquiera que la viera pensaría que llevaba toda la vida pilotando aquella
aeronave:
- ¿Qué os dije?- sonrió la pelirroja
sin desviar la mirada- nadie me supera en lo que se refiere a tecnología aérea.
- Es…es increíble…- dijo Rex, casi sin
palabras.
- Sin duda esta chica es todo un
prodigio en el control aéreo- explicó Ray- lo que yo tardé en aprender el
funcionamiento básico ella supo cómo pilotar todo el sistema.
Mientras los demás observaban a Alana
y se maravillaban con su espectacular manejo de los mandos, Eduardo se acercó a
la gran cúpula de cristal frente a ellos. Un inmenso mar de nubes los rodeaba y
se extendía hasta el horizonte, donde no alcanzaba la vista.
El chico se sumergió en sus
pensamientos y dejó perder la mirada en el infinito cielo azul, en los que se
quedó pensativo durante unos instantes, hasta que Cristal lo interrumpió:
- Oye, Eduardo- le dijo la princesa,
al lado- todavía no nos has contado dónde has estado el tiempo que permanecimos
en el bosque de la muerte.
Rex, que escuchó inconscientemente las
palabras de la chica con coletas, se dio cuenta entonces de algo que habían
pasado por alto todo el tiempo. Con las prisas acumuladas en llegar hasta su
objetivo, y el secuestro en toda regla de la nave de Alejandro, apenas habían
tenido tiempo de hablar sobre el tema:
- ¡Anda, es verdad!- exclamó Rex,
dirigiéndose al joven- ¡cuéntanos todo, Eduardo!
- Aún faltan varios minutos hasta que
lleguemos a Vildenor…- informó Alana, bastante segura de sus cálculos- debemos
aprovechar este breve descanso que tenemos para recuperar fuerzas y prepararnos
para lo peor.
Todos hicieron caso a la piloto y
adoptaron posición de descanso, tratando de calmarse y relajarse. Mientras
hacían todos los preparativos necesarios, restaurando con magia y objetos la
vitalidad y la magia perdida luchando contra los guardias, Eduardo sabía que
tenían suficiente tiempo para hablar un rato.
Cuando terminó de curar sus heridas
con una ultrapoción, el chico se dirigió a sus amigos diciendo:
- Está bien, chicos…os lo explicaré.
En ese momento todos prestaron
atención, dispuestos a escuchar sin interrupción a Eduardo. Alana también lo
hizo, aunque sin dejar de atender a lo que estaba haciendo. El chico de rojo
suspiró y empezó a hablar, lenta y tranquilamente:
- Tras aquel incidente, me interné sin
pensármelo en lo más profundo del bosque…- explicó Eduardo, mientras los
desagradables recuerdos de Erika esa fatídica noche invadían su memoria- estaba
cegado por el dolor y el sufrimiento, no pensaba en otra cosa que no fuera
huir…escapar de la realidad…y fue precisamente eso lo peor que podía hacer.
Los demás sabían a lo que se refería,
porque ellos mismos habían experimentado lo que era estar más de cinco días en
el bosque de la muerte. No era un sitio adecuado para principiantes, y no
entendían cómo el chico podía haber sobrevivido sólo en ese horrible lugar, sin
ayuda de los demás:
- Imagino el por qué…- dijo Rex,
asintiendo a su respuesta.
El joven asintió a su vez con la
cabeza:
- Exacto…tuve que enfrentarme a
numerosos monstruos en mi camino, y en muchísimas ocasiones huir de combates
que yo sólo no podría ganar…para salvar la vida.
Tras una breve pausa, continuó
diciendo:
- Cansado, exhausto y herido por los
tantos combates, eché nuevamente a correr por entre los árboles del lugar-
explicó Eduardo- y, mientras corría sin rumbo fijo tambaleándome de un lado a
otro, de repente caí por un precipicio. Cuando quise darme cuenta ya estaba
cayendo a gran velocidad hacia el oscuro abismo, y perdí por completo el
conocimiento.
El resto del grupo se quedó atónito y
perplejo, sorprendido por lo que le ocurrió a su compañero mientras ellos
luchaban contra Ray días después de su desaparición:
- ¿¡De verdad!?- exclamó Rex, con la
boca abierta- ¿¡Y cómo sobreviviste!?
La respuesta que dio su amigo impactó
de una curiosa manera en los rostros de los demás, cuando el chico de rojo
sonrió diciendo:
- Es gracioso, porque…la verdad es que
no lo sé.
Todos lo miraron bastante
sorprendidos, sin entender nada:
- ¿¡Qué!?- exclamó Cristal, perpleja.
Eduardo procedió a aclarar la
incógnita, con lo poco que recordaba en su memoria. Cuando trataba de pensar en
los detalles de los acontecimientos, tan solo una imagen borrosa envuelta en
lagunas mentales aparecía en su mente:
- Después de caer al vacío y de perder
el conocimiento no recuerdo nada…tan solo una voz que me susurraba.
- ¿Una voz?- preguntó Jack, confuso.
El chico recordó en ese instante
aquella vez que se adentraron en el desierto de Geonyria, durante su peregrinaje
en la búsqueda del templo sagrado. Tras sufrir el inesperado ataque de una
tormenta de arena que los separó a Erika y a él del grupo, y un posterior
ataque de un escorpión gigante del desierto, Eduardo también cayó debilitado en
combate.
Antes de despertar en la aldea de la
tribu canina Kengo, el chico juraba haber oído la misma voz en sus sueños, tan
clara, maravillosa, dulce y cálida como ninguna otra:
- Sí…una que me resulta extrañamente
familiar, como si la hubiera escuchado antes…- trataba de explicar Eduardo lo
más claramente posible, en base a los efímeros recuerdos de su memoria- no
recuerdo los detalles, pero…decía saber mi nombre, y quién soy en realidad…
Tras el posterior silencio, Ray
preguntó:
- ¿Y no recuerdas nada más?
Las lagunas mentales cesaron de
repente en la cabeza de Eduardo, que recordó entonces lo que pasó a
continuación. Era como si algo bloqueara su mente y la distorsionara desde que
cayó por el precipicio hasta que recuperó el conocimiento:
- Después de eso desperté en una cama
de hojas, en lo alto de la rama de un árbol…y completamente recuperado de mis
heridas- explicó el chico, sorprendido de sus propias palabras- imagino que
alguien cuidó de mí mientras dormía, en un sueño profundo que estimo duró
varios días.
Todos se sorprendieron con la historia
y los hechos que le ocurrieron al joven durante su ausencia. Les resultaba
difícil de creer que alguien desconocido salvara la vida de su amigo y lo
cuidara hasta que se recuperara.
Podía tratarse de alguien al servicio
de la organización Muerte que por razones desconocidas lo necesitara con vida,
aunque era una posibilidad bastante remota y muy poco probable. Después de lo
que les hizo Alejandro, tampoco podían asegurar que fuera un aliado.
No sabían si era amigo o enemigo. Lo
único que conocían de la misteriosa figura envuelta en incógnita era su
inquietante y cálida voz.
Alana decidió cambiar de tema y
preguntó, desde el puesto de mandos:
- ¿Y cómo nos encontraste?
Eduardo sonrió y en ese momento sacó
de su bolsillo un objeto, que enseñó al resto de sus compañeros:
- Por suerte llevo encima el colgante
mágico, que te indica dónde se encuentran las personas que más quieres…gracias
a él pude llegar hasta vosotros, y no perderme por el camino…- entonces miró al
mago diciendo- ¿no es así, Jack?
El hombre rubio y de ropa azul le
devolvió la sonrisa mientras decía:
- Veo que lo has guardado bien…se nota
que está en buenas manos.
Jack lo miraba, con una media sonrisa.
Era él mismo el que compró el amuleto en Mugget, y el que solía llevarlo puesto
tiempo atrás, cuando era el líder del grupo. Sin él no habrían encontrado a
Marina, cuando la secuestraron en el mercado oscuro, ni tampoco el chico de
rojo hubiera llegado hasta ellos, en el bosque de la muerte. Ahora lo usaban
para rescatar a Erika, y brillaba con muchísima fuerza en la mano de Eduardo.
Sin duda el joven había cambiado,
convirtiéndose ahora en todo un buen líder, y Jack estaba muy orgulloso de él.
Para romper el inmediato silencio que
vino a continuación, Cristal intervino, sonriente:
- A todo esto, Alana… ¿has pensado ya
en algún nombre para este bichote grande?
La piloto se quedó pensativa durante
un rato, buscando un mote que ponerle a su nuevo vehículo volador. Tras unos
segundos de silencio, de repente los recuerdos de su abuelo llegaron fugazmente
a su memoria, y fue él el que la motivó a responder, firme y decidida:
- En homenaje a mi abuelo y a mi
primer avión, que sin él habríamos muerto en plena tormenta en el mar…lo
llamaré “Valor Alado”.
El resto del grupo no pudo evitar
sonreír. A pesar de no tener agradables recuerdos de su primer viaje aéreo, con
aquel viejo y ruinoso avión polvoriento empezaron sus aventuras con la
pelirroja Alana.
Sin duda se había convertido en una
importante aliada, que los había ayudado en muchas ocasiones a superar desafíos
que ningún otro habría conseguido, y que necesitaban ahora más que nunca. El
nombre no podía ser más acertado.
En ese momento todos cambiaron
radicalmente de expresión, cuando la piloto alertó, avisando seriamente a los
demás:
- ¡¡Atención, chicos, nos acercamos al
objetivo…preparaos!!
Jack y los demás desenfundaron sus
armas y se pusieron en guardia. Al contrario que el resto, Ray se quedó quieto
en un asiento y, antes de cerrar los ojos, explicó:
- Voy a disminuir la frecuencia de mi
aura…así ganaremos algo de tiempo antes de que mi padre me detecte.
El mago asintió con la cabeza, e
inmediatamente se dirigió a los demás diciendo, firme y decidido:
- ¡¡Muy bien…todos a sus puestos,
preparaos para el asalto!!
Todos los miembros del grupo salieron
corriendo de la sala de mandos, con Jack encabezando la marcha. El único aparte
del chico de negro que se quedó fue el joven de rojo, que miró durante un rato
el mar de nubes por la cúpula de cristal. Pensó en su mente, con la mirada
firme y decidida:
“Prepárate, Alejandro…vamos a por ti”
Tras unos segundos de silencio,
finalmente el chico corrió rumbo a la puerta de salida. Antes de que saliera de
la estancia, Alana le detuvo diciendo:
- Eduardo, mucha suerte a todos…estaré
cerca con Valor Alado por si me necesitáis.
El joven asintió con la cabeza, y
reanudó la marcha corriendo a reunirse con los demás. Deseó con todas sus
fuerzas que todo saliera bien, ya que se enfrentaban ni más ni menos que al
guardián de los primeros elegidos, el que salvó al mundo una vez hace quince
años.
Una dura batalla estaba a punto de
comenzar.
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