jueves, 6 de agosto de 2015
Un nuevo comienzo + noticias y futuro del blog
¡Hola, bloggers! ¡Tantísimo tiempo sin escribir una "entrada normal" por aquí! ¡Qué raro se me hace redactar esto ahora! xD
Bueno. Para los que hayáis estado siguiendo el blog durante los últimos meses, no hace falta decir que el website se ha convertido en una especie de telenovela culebrona con salseo a más no poder. Para los que hayáis estado más ausentes y hace tiempo que no paséis por aquí, pues solo hace falta que sigáis mirando la página para que os hagáis una idea de la temática sobre la que ha estado girando el blog últimamente. Un tema por cierto no recomendado para los que odian el género romántico y pasteloso, aunque siempre he intentado serlo lo menos posible en todo momento. Porque aunque no lo creáis, yo soy el primero que odia los romances demasiado azucarados. Son tan excesivamente dulces que me dan asco.
En primer lugar me gustaría daros las gracias, a todos los lectores que estáis ahí y que seguramente estáis leyendo esto ahora, por haber permanecido siempre ahí, no solo al tanto del fanfic sino también de esta "otra historia". Y del mismo modo también dar las gracias al resto de lectores que, a pesar de no haber seguido las crónicas, sí lo hicieron con "Final Fantasy: Memories of a Promise". A ambos grupos os doy las gracias por todo, y por estar leyendo estas líneas ahora.
Siempre quise contar mi propia historia personal al mundo, dejar mi huella. Y no solo entre el grupo de amigos más cercanos, sino en el mundo entero. Porque con estas crónicas mi objetivo ha sido siempre claro: demostrar que el amor verdadero existe, aunque la sociedad afirme lo contrario. Porque no es solo un típico e infantil cuento de hadas. No solo aparece en las historias y en las películas. Existe, es real. Y lo sé porque yo mismo lo he sentido y lo he vivido, durante la mayor parte de mi vida. Y vosotros sois los testigos, los primeros en conocer mi secreto. Los primeros en conocer la verdad tras la fantasía (en relación con el fanfic, claro).
Después de tantos años, por fin me he decidido a declararme a Érika. A la auténtica y verdadera Érika. Y para sorpresa no lo hice el día de la graduación, tal y como esperaba, sino casi una semana más tarde. Tras ponernos en contacto por el móvil y de enviarnos mensajes, ambos quedamos una tarde en la avenida junto al mar, donde sentados en un banco le confesé mis sentimientos por ella. Tras respirar hondo y de un lento suspiro aliviador, fui directo y le dije que la quería, que siempre había estado enamorado de ella.
Érika se sorprendió mucho más de lo que yo esperaba. Cuando le dije meses atrás que quería contarle algo, pero que solo se lo diría una vez acabara todo, jamás imaginó que sería precisamente esto. Llevaba todo este tiempo intrigada y en ascuas por saber qué era lo que yo quería decirle, y una vez lo descubrió no supo qué responder. Se quedó asombrada, con los ojos muy abiertos y perpleja. No tenía palabras para expresar la tremenda conmoción que acababa de causarle en un solo segundo.
Me preguntó cuánto tiempo llevaba enamorado de ella, del mismo modo que por qué no se lo había dicho antes. Yo le contesté la verdad: que debido al miedo y a la timidez nunca antes me había atrevido a intentarlo. También le enseñé como prueba la vieja libreta del colegio en la que tenía escrito su nombre, además de confesarle que, si no se lo decía ahora, seguramente me arrepentiría el resto de mi vida. Quería decírselo tarde o temprano, dejar mi conciencia tranquila y sobretodo sentirme bien conmigo mismo.
La respuesta de Érika fue clara. Me tenía aprecio y carino, que se alegraba de verme y de tenerme en clase, de que la llevara acompañando durante toda su vida y siempre fuéramos compañeros. Pero por desgracia también me confesó que, a pesar de todo ese cariño, nunca me había visto como algo más que un amigo. No sentía ese amor especial. Y trató de decírmelo de la forma más suave y menos dolorosa posible.
Me dijo que era la primera persona en su vida que la había dejado sin habla. Para tratar de animarme me dijo que era muy valiente, que no todas las personas hacen lo que hice yo, y que seguro algún día encontraría a alguien que me correspondiera. Que ella misma no era la persona que yo estaba esperando, y que seguro a Cupido le estaba costando encontrarme a ese alguien especial. Antes de despedirnos me deseó lo mejor y sobretodo que encontrara la felicidad. E incluso también quiso decirme, a modo de indirecta, que nunca sabemos las vueltas que da la vida. Con esa misma sonrisa suya se despidió de mí, y yo le dediqué la mía igual cuando nos dimos la vuelta y cada uno continuó su propio camino. La historia de mi amor platónico por Érika terminó justo en ese instante, a medida que nos íbamos alejando, caminando en direcciones opuestas junto al mismo mar que nos había visto crecer años atrás.
Este ha sido el último momento que viví con Érika, justo la semana pasada. Podéis considerarlo el final de las crónicas. Mentiría si dijera que no se me llenaron los ojos de lágrimas, pero también es cierto que no lloré. Sorprendentemente para mí no supuso un dolor tan profundo como el que imaginaba. Creía que iba a hacerlo, creía que iba a llorar. Pero fue entonces cuando me di cuenta de que no tenía ningún motivo para hacerlo. Había dicho lo que sentía, había cumplido con uno de mis mayores objetivos. Le había confesado a la persona que amaba lo que sentía por ella. Y eso era más que suficiente.
Después de tales hechos ahora por fin me siento mucho más libre, más aliviado conmigo mismo y sobretodo más feliz. Siento que ahora ya no cargo con ningún peso encima, y que al dejar de pensar siempre en la misma persona ahora puedo pensar más en otras. Puedo conocer a más gente, dar oportunidades, arriesgar a abrir mi corazón poco a poco y, ¿quién sabe? Alomejor también volver a enamorarme.
Esta experiencia me ha servido para madurar y darme cuenta, con tierna calidez y esperanza, de que hay que decir siempre lo que sentimos. Nunca guardar los buenos sentimientos. De lo contrario, lo único que conseguimos es hacernos daño a nosotros mismos. Sólo somos total y completamente felices cuando decimos a los demás lo mucho que los queremos. En parte porque regalamos amor y en parte porque nos sentimos mejor y bien con nosotros mismos.
Y esa es la verdad.
Seguramente os estaréis preguntando... ¿Y qué pasará ahora con la secuela? ¿Seguirá o terminará?
Terminada esta larga etapa de mi vida, en la que la persona que me gustaba ya ha dejado de hacerlo, lo más lógico ahora sería dejar el proyecto y abandonarlo a su suerte. Pienso que es lo que haría cualquier persona normal, tras una total ruptura con su desde siempre amor platónico.
Pero como yo no me considero normal sino "anormal" (xD), pues he decidido continuarlo. Todavía sigue muy presente mi sueño de escribir una trilogía fanfiction, y el hecho de que la persona sobre la que giraba ha dejado de hacerlo no significa que deba olvidarlo. Además las otras dos historias (correspondientes a las dos siguientes partes) cuentan con nuevos protagonistas, lo cual es mucho más fácil de llevar.
Los personajes de Eduardo y Érika seguirán apareciendo en la trilogía, tal y como sigue planeado, y claro está manteniendo una relación de pareja. Ambos siguen teniendo un gran peso en la historia, y eliminarlos de repente sin razón alguna supondría un completo desastre en todo el guión. Después de todo ellos son nada más que dos personajes ficticios creados e inventados por mí. Que lleven nuestros nombres no significa que seamos nosotros en la realidad.
Respecto a la secuela, de la que por cierto hace mucho que no hablo, pues para mayor y agradable noticia he de contaros que sigue escribiéndose. Muy lentamente y a paso de tortuga, pero sigue adelante. He escrito ya los 4 primeros capítulos, y ahora estoy metido de lleno con el 5. Sé que no se corresponde con el plan que tenía de escribir un capítulo por mes, pero debéis entender que yo también soy persona. Yo también tengo mi trabajo, mis estudios y mis cosas que hacer. Como todo el mundo yo también estoy ocupado.
Ahora que ya he terminado la carrera y soy maestro (¡sí, por fin! xD) ya puedo perfectamente empezar a trabajar y ganar dinero. Sin embargo, he decidido seguir estudiando un máster, para seguir ampliando mis estudios y eso. ¡Tengo toda la vida por delante, todavía no me apetece empezar a trabajar! xD
Aprovecharé el año que tengo por delante, y puede que incluso 2 si decido hacer otro o lo que vea, para seguir escribiendo la secuela. No dejaré de lado este proyecto a menos que me canse, me harte, empiece a trabajar y no tenga tiempo, o sencillamente me enamore de otra persona que me haga olvidar este blog y el fanfic.
Podría publicar si quisiera los capítulos escritos hasta ahora, pero corro el riesgo de cometer algunos de los fallos comentados en una lejana entrada anterior, de los cuales todos saldríamos perdiendo. Vosotros por no leer una historia decentemente estructurada, y yo por no ofreceros un fanfiction de calidad sino todo lo contrario (es decir, una mierda xD). Yo siempre digo que las cosas o se hacen bien o no se hacen, e intento aplicarlo en todos los ámbitos de mi vida personal y profesional.
Por eso mismo seguiré escribiendo en silencio y sin publicar nada respecto a la secuela. Cuando llegue el momento y considere que ya puedo publicarla, entonces lo haré.
Seguramente el website quedará inactivo. El blog ya ha cumplido la función para la que fue creado: contar el fanfic de "Final Fantasy: Memories of a Promise". Además también ha contado otra historia más personal y realista, las crónicas, y que desde luego no estaban ni siquiera incluidas en los planes.
Con esto no quiero decir que no publique alguna que otra entrada de vez en cuando, quizá para adelantos de la secuela o quizá para hacer algún que otro top al que me nominen, entre otras cosas. Lo que sí está claro es que el blog no volverá a estar tan activo como en sus primeros meses de vida, hace más de 3 años. Al menos, durante esta nueva etapa en la que escribo la secuela.
Si de verdad estáis dispuestos a esperarme, a querer saber más noticias de Limaria y de sus protagonistas, o a conocer a los nuevos elegidos de la siguiente generación, deberéis tener paciencia. Si por el contrario os apetece revivir de nuevo y cuantas veces queráis las aventuras de los jóvenes Eduardo y Érika, el website estará siempre abierto. Tanto para vosotros como para los futuros nuevos lectores que lo descubran y sientan curiosidad por conocer esta historia. Yo por mi parte estaré encantado de recibir y responder los comentarios que me dejéis, al menos mientras siga en el mundo blogger.
Sin nada más que decir, os doy de nuevo las gracias por haber llegado hasta aquí, por acompañarme en esta aventura, y por ser los testigos de este nuevo comienzo de una nueva etapa de mi vida.
¡Nos leemos en la próxima entrada! ;D
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